Fiscalía de la Corte Penal Internacional rechaza por tercera vez investigar el caso Mavi Marmara
Y como ello no sólo no deja mal parado a Israel, sino que más bien lo contrario, los medios, salvo una excepción, lo ignoraron
Y como ello no sólo no deja mal parado a Israel, sino que más bien lo contrario, los medios, salvo una excepción, lo ignoraron
Los líderes palestinos siempre encuentran una excusa para recurrir a la violencia – después de todo, sea la OLP o Hamás, el objetivo es eliminar a Israel. Igualmente, la mayoría de los medios en español siempre tienen una excusa para no dar cuenta de ello o, incluso, para presentarlo como una desesperada lucha contra la opresión: su cómplice activismo sin fisuras
La última ronda de ataques desde Gaza, a cargo este grupo terrorista palestino, ha sido una oportunidad más para que los medios pusieran en evidencia el doble rasero aplicado al tratamiento de los eventos ocurridos en el marco del conflicto árabe-israelí
La figura del “mártir” - el instrumento más acabado no sólo para obtener la obediencia sino también de controlar las voluntades de los palestinos - es ensalzada como modelo sistemáticamente por el liderazgo palestino y sus medios oficiales. Y vez tras vez este hecho es omitido por los medios
Lo hacía emparejando una acción que pretendía, según uno de los líderes de la organización terrorista en Gaza, “derribar la frontera” y “arrancarles los corazones de sus cuerpos” a los israelíes, con las protestas sociales en Ecuador, Chile o Francia
Tanto el diario deportivo como la agencia de noticias acaballaban la causa determinada - y luego el contexto - de la denegación de permisos de viaje para integrantes de un equipo de fútbol gazatí, para ofrecer, en definitiva, una “noticia” que señalaba a Israel
La cobertura en español del conflicto árabe-israelí es como una lata donde se oye siempre el mismo ruido. Un alboroto que, pretende, disimule los conspicuos silencios
Desde el titular, el medio indicaba a la audiencia cómo interpretar el texto que seguía a continuación (aunque, realmente, el propio titular ya era la “noticia”) y, a la vez, oficiaba de inadvertido aviso: “Cuidado, activismo”
La corporación británica recurría a lo habitual para crear un retrato negativo de Israel: recurrir a la infaltable ONG, omitir, relegar la voz (burocrática) israelí, entre otras
La presentación sin corroborar de las acusaciones del grupo terrorista Hizbulá como ciertas, deja al descubierto apenas un activismo con un envoltorio de información cada vez más translúcido