El Periódico: un “análisis” que es un lugar común para empezar el año
Difícilmente podrá analizarse un conflicto si, de entrada, se deja a una de las partes fuera del tratamiento para dedicarse a demonizar a la otra
Difícilmente podrá analizarse un conflicto si, de entrada, se deja a una de las partes fuera del tratamiento para dedicarse a demonizar a la otra
Ni desarme, reparaciones, absorción y reasentamiento de refugiados, devolución de territorios conquistados. Si el objetivo del ataque es Israel, incluso hay premio: UNRWA
La cobertura acerca de los enfrentamientos entre Hamás e Israel de las últimas semanas ha ofrecido otro ejemplo de su abandono de la deontología periodística para abrazar una narrativa específica
Mientras se pretendía convertir a Aed Abu Amro en un “ícono” – o ni siquiera; apenas su imagen retratada -, el diario español lo transformaba inadvertidamente en una evidencia de su sesgo informativo respecto de Israel, y de cómo termina transmitiendo la “narrativa” palestina
Un hecho o una efeméride que viene – una vez más – a poner en evidencia los grandes vicios del periodismo en su cobertura del conflicto árabe-israelí
¿Dónde está la cobertura? Claro, que esta pregunta no se limita a esta admisión, sino a todas las que a lo largo de los incidentes fueron realizando en este sentido altos cargos del grupo terrorista palestino
Haciendo suyo el discurso de un activista palestino, sin verificar sus afirmaciones y sosteniendo la falacia sobre el “apartheid”, el periódico está en las antípodas del buen quehacer periodístico
Hablando sobre la situación socio-económica Gaza y la UNRWA, el texto no mencionaba ni una vez al grupo terrorista Hamás, ni las controversias alrededor de la agencia de la ONU
Muy a menudo se encuentra el lector con textos informativos que dan a conocer más bien poco. O casi nada. Apenas lo que un comentario en la parada de un autobús. Sin explicación. Como si ocurrieran en un universo paralelo, o debajo de la superficie, como los túneles de Hamás.
La mera transmisión de comunicados de prensa y declaraciones de partes interesadas termina por reducir la labor periodística a una mera tarea de altavoz, sin ningún valor agregado