La Vanguardia: Una lluvia de mal periodismo
Gotas gruesas, gotas más pequeñas. Una tras otra: negligencia, omisión, toma de partido. Para terminar con una cobertura empapada de parcialidad y mala calidad
Gotas gruesas, gotas más pequeñas. Una tras otra: negligencia, omisión, toma de partido. Para terminar con una cobertura empapada de parcialidad y mala calidad
Si quiere informarse, o algo similar, sobre el conflicto árabe-israelí, sobre las internas palestinas y sobre Israel, mejor aprenda otro idioma, porque en español sólo va a encontrar ruido, moralina y, encima, mala redacción
La agencia introducía el planteamiento de que Israel debería contribuir a la vacunación de los ciudadanos en dichos territorios, omitiendo por un lado la voz israelí y, por el otro, silenciando las decisiones de los líderes palestinos que han perjudicado la lucha contra la pandemia
Reducido el conflicto a esta dicotomía, la audiencia tiene poco espacio para la interpretación, para la consideración; sólo le resta ubicarse de uno u otro lado de la rígida línea pretendidamente moral que se le ha trazado
Se ha normalizado como algo natural ver a los niños palestinos convertidos en parte necesaria y fundamental del conflicto; por ejemplo, en enfrentamientos o “marchas” violentas. Lo que habitualmente sería un escándalo, no sólo se acepta; sino incluso se aplaude
Entre lugares comunes, maniqueísmo evidente, se evitaba mencionar la responsabilidad de los líderes palestinos a la hora de vacunar (o no vacunar) a la población bajo su gestión. Ya estaba la carta Israel para “explicar” todo
El diario El Español reproducía un artículo erróneo del diario inglés The Guardian, convirtiéndose en un mero traductor y amplificador
Los líderes palestinos no ocultan su visión del conflicto cada vez que se dirigen al público árabe: Israel no tiene derecho a existir. Pero sí lo hace la amplísima mayoría de los medios en español
Cada vez más parece que la cobertura en español en general sigue casi una suerte de molde, de patrón que es fácil reproducir en forma de listado de omisiones habituales
En numerosas ocasiones, los titulares funcionan como una suerte de clave para indicarle, o sugerirle, al lector cómo debe abordar, interpretar la noticia: que podría resumirse en “Israel es el sujeto activo”, es “el quid del conflicto”