A esta altura debería ser posible partir, de entrada, con el conocimiento compartido de que la Franja de Gaza está controlada por un grupo terrorista: Hamás – y nunca mejor dicho, controlada, porque las vidas de los habitantes están bajo su poder. Es decir, que cuando se dice el “Ministerio de Sanidad” o “Ministerio del Interior” de Gaza, se está diciendo Hamás
¿Qué queda en un medio una vez que el periodismo ha sido considerado una práctica prescindible? O, puesto de otra manera, ¿cuál es el residuo que permanece, que se establece en su lugar? No es el único, pero la propaganda es el escombro más conspicuo
Cada vez que un líder, partido, organización o gobierno ha prometido que traerá o repondrá la luz – el progreso, la justicia, la moral -, alguien tendrá que ser culpado por la oscuridad que viene a representar, el pasado o el aciago presente. Ese alguien ha sido, y es, universalmente el judío. O, ahora, el estado judío
El antisemitismo sistemático de Abbas es sistemáticamente obviado o minimizado como un exabrupto; aunque refleja una profunda cosmovisión que comparte con gran parte del liderazgo palestino
Una vez más están los líderes palestinos en el turbio negocio de la sensiblería y la violencia asaltando, como con anterioridad, la valla de seguridad entre Israel y la Franja de Gaza. Los medios, por ahora, callan.
La utilización – usurpación y trivialización – de los términos “campo” y “refugiados” encaja la ‘narrativa’ que hace del victimismo su eje central: justificación de sus acciones y crucial herramienta propagandística
La “realidad” que presentan algunos medios, parafraseando a Jean Baudrillard (Simulacra and Simulation), devora el contenido de la realidad, así como a la propia comunicación que dicen ejercer