Dos días de mal periodismo en El Mundo
Tel Aviv capital, omisiones, titulares engañosos...
El Mundo: “medios judíos”, “lobby pro-israelí”, y un BDS sin cara ni grupos organizados de presión
Al abordar la noticia sobre un ayuntamiento – generalmente pequeño – español que vota a favor del boicot a Israel, se menciona la reacción de grupos afines a Israel, de comunidades judías; pero nunca, qué hay detrás de tales votaciones: la presión del movimiento BDS
LA SEXTA TV se censura para no ofender al activismo anti-israelí
La cadena se quitó los velos y mostró su sometimiento a los intereses del activismo anti-israelí, al censurar su crónica sobre la mujer en Gaza
El Mundo en Gaza: todo es culpa de Israel
¿Tienen acaso otros medios mejores fuentes en Gaza que la corresponsal de El Mundo? Por lo pronto, parecería que más variadas.
El Mundo: un ocultamiento y una impostura por parte de su enviada especial en Gaza
Según la enviada especial a Gaza del diario español, el hallazgo de ruinas bizantinas fue bien acogido por Hamas, que además buscaría preservarlas. Mas, el periodista Abu Toameh afirma que Hamas está haciendo justamente lo opuesto
Lo que los medios maquillaron de la “nóbel de educación”
Los periodista vuelven a fallar a la hora de corroborar la información. ¿Quién era de verdad el marido de la premiada?
Gaza: donde el periodismo da paso al activismo
Desde el enclave costero, la corresponsal del diario español El Mundo apelaba a las emociones y ejercía el activismo pro-palestino sin sutilezas
El Mundo: un poco de propaganda palestina
Un artículo publicado por el diario español recurría a la usual historia-testimonio, confundiéndola con una noticia, con el fin de recordarle al lector de la existencia de los “refugiados” palestinos y el origen de su “calvario”: Israel
El Mundo y los diálogos tramposos
¿Titularía el medio un encuentro: “Cuando el terrorismo es sentarse a hablar”? Porque hasta nueva orden, eso es la Intifada: terrorismo
Semántica según la circunstancia: benevolencia con los palestinos
O el periodismo como herramienta de propaganda contra Israel. Al menos, así parece entenderlo la colaboradora de El Mundo, Isabel Pérez