El artículo publicado en Milenio contenía numerosas afirmaciones incendiarias, además de contradecir datos fehacientes proporcionados por diferentes fuentes en relación con el conflicto del agua entre israelíes y palestinos.
García Gascón pretende crear un vínculo entre la matanza en Noruega e Israel, al utilizar el falso argumento de la conexión entre la “filia sionista” del terrorista descargada violentamente contra un grupo de personas que promovían el boicot contra Israel.
En un momento en el que la comunidad internacional centra su atención en el conflicto en Medio Oriente y demanda de Israel y de los palestinos hacer todo lo posible por retomar las negociaciones de paz, el hecho de que el relator de la ONU para ese conflicto esté envuelto en una polémica que cuestiona su imparcialidad debería tener un eco mediático, algo que aún no ha ocurrido.
Es de destacar este artículo de Enric González, corresponsal del diario El País, por esforzarse en contar la verdad sin omisiones, por acercarse al drama humano lejos de consignas ideológicas y por poner en contexto todas y cada una de las versiones.
Los juegos semánticos que El Mundo realiza para evitar aclarar las verdaderas identidades de los protagonistas, convierten a los terroristas en milicianos, minimizan la amenaza de los cohetes y responsabilizan a Israel por defenderse.
Incluso ahora, tras la confesión del juez, que afirma que Israel no cometió crímenes de guerra y que no intentó asesinar civiles, algunos periodistas siguen empeñados en sus acusaciones y señalan a Israel como el responsable tras bambalinas de esa decisión individual del juez Goldstone.