Televisión Española emitió el martes, 7 de diciembre, un episodio del programa Españoles en el Mundo dedicado a Jerusalén. En dicha emisión, el equipo de la cadena estatal viajaba a la que definió como la ciudad más deseada y disputada del mundo y entrevistaba a una serie de españoles que por diversos motivos han elegido vivir allí, definitiva o momentáneamente. Pilar, una guía turística convertida al judaísmo, Rodrigo, chef del Hotel Restaurante Notre Dame, perteneciente al Vaticano, el Padre Artemio Vitores, vicevicario de la custodia Franciscana en Tierra Santa, Sal Emergui, periodista corresponsal, entre otros medios,del diario español El Mundo y David y Juanjo una pareja de jóvenes en un kibbutz, son los protagonistas del espacio televisivo.
El programa transmite una impresión general de normalidad, y preguntados por el conflicto, algunos de los entrevistados subrayan que la imagen de violencia constante que los medios transmiten al exterior no tiene nada que ver con lo que realmente se vive en Jerusalén. El chef Rodrigo, incluso bromea asegurando que antes de trasladarse, pensaba que tendría que ir a buscar el pan saltando entre trincheras, pero que la realidad es bien distinta. Voluntariamente y por la propia filosofía del programa, Españoles en el Mundo rehuye entrar en el debate israelo-palestino y decide mostrar el día a día de los entrevistados.
Y es precisamente debido a este no-posicionamiento que el programa ha sido objeto de una campaña de descrédito liderada por el diario Público que denunciaba a través de un artículo el supuesto sesgo sionista del capítulo y ofrecía a sus lectores la posibilidad de escribir una carta de protesta a Elena Sánchez, defensora del espectador de Radio Televisión Española. Público también ponía a disposición de sus lectores el link a una carta-modelo, alojada en la página de Facebook de Alberto Arce.
Según el diario Público:
– (El programa) ofreció una visión de Jerusalén que para algunos españoles que viven en la ciudad fue casi insultante, después de que RTVE decidiese censurar el punto de vista desde la zona palestina de la ciudad.
Algunos españoles a lo que hace referencia el diario son:
– Eugenio García Gascón: corresponsal de Público en la zona y que reside en Jerusalén desde hace 15 años, le ha parecido muy sesgado: “Básicamente dan su opinión españoles judíos que han emigrado a Israel y que sintonizan con el pensamiento sionista más tradicional.”
– Laura Caro, corresponsal de ABC desde hace cinco años, “no daba crédito” cuando vio el programa. “Es una burda propaganda, esa no es la ciudad donde yo vivo.”
Al margen de que ni el Padre Artemio, ni el chef son judíos (como asevera Gascón), es interesante que precisamente sean estos dos corresponsales quienes denuncien el sesgo en un medio de comunicación. Basta visitar los artículos de Laura Caro o de Eugenio García Gascón para comprender qué es el sesgo informativo, ya que lo practican a diario desde sus tribunas. Es imposible encontrar un sólo artículo de cualquiera de estos dos corresponsales que no demonice a Israel, tanto desde la selección de la noticia como del tratamiento que le dan. En este caso, condenan un programa no porque muestre a los israelíes como buenos, sino porque no los señala como malos.
El diario también cita a:
– Alberto Arce, periodista free lance: A Arce el programa le parece “una vergüenza” desde el punto de vista editorial: “¿Qué pasa cuando en un programa de la televisión pública que ven millones de espectadores se sigue el peligroso juego de despolitizar, mintiendo y omitiendo, la ciudad de Jerusalén?”.
Hay que destacar que Alberto Arce se vio lanzado al estrellato mediático durante la Operación Plomo Fundido al quedarse dentro de Gaza y mandar sus informes desde ahí al diario El Mundo y otros medios, sin importar su parcialidad (llegó a Gaza como miembro del grupo “Free Gaza”) y manifiesto desprecio hacia la neutralidad periodística.
Otro argumento que esgrime el diario Público para pedir que se retire el programa es que:
– ‘el conflicto’ es la esencia de Jerusalén e ignorarlo es, para muchos, tomar partido. Máxime cuando de la selección de contenidos y personajes resulta un “publirreportaje sionista”, un “fraude” y una “gran mentira”
Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo. Sagrada para las tres grandes religiones monoteístas, hoy viven en ella 763.800 personas que, tal y como mostraba el programa Españoles en el Mundo, salen, trabajan, compran, disfrutan del ocio, se relacionan y conviven en paz, al margen de un conflicto que, cualquiera que haya visitado la ciudad sabe que no es su seña de identidad. Sin embargo, resulta especialmente útil mantener constante en los medios la imagen de violencia para prolongar la idea de un Israel agresivo y evitar a toda costa normalizar la imagen del país.
La campaña emprendida por Público logró su objetivo y tras recibir 170 cartas de protesta Televisión Española terminó eliminando de sus archivos la emisión dedicada a la ciudad de Jerusalén.
Hay que destacar que Españoles en el Mundo ha viajado a Turquía y no ha tratado el problema kurdo, a China, sin acercarse a la cuestión del Tíbet, o a Marruecos, sin mencionar el problema Saharaui. Sólo se ha eliminado el programa dedicado a Jerusalén.
Cediendo a la presión de grupos abiertamente anti-israelíes, y con la excusa de querer mantener una supuesta parcialidad, Televisión Española practica la censura y entra de lleno en el conflicto y la manipulación, negando a sus espectadores el derecho a una información veraz y equilibrada.