Pero esto, que parece de Perogrullo, cuando de cubrir el conflicto árabe-israelí se trata, no se aplica. Entonces se le hacen hacer bucles imposibles al tiempo de manera que permitan acomodar los hechos para que el lado israelí resulte ser el atacante, el agresor o, como mínimo, el provocador.
Así, la respuesta israelí a un ataque del grupo terrorista palestino Hamás, de la Yihad Islámica Palestina, de Hizbulá, o de un terrorista palestino procedente de Cisjordania, se presentará casi invariablemente como la acción central.
La aviación israelí ha bombardeado este lunes una instalación del movimiento islamista Hamás en Gaza, un día después del lanzamiento de tres cohetes desde la franja.
Entonces:
1. El ataque inicial es de un grupo terrorista palestino desde Gaza. Pero este no aparecía en el titular. Así, la parte palestina queda desvinculada de la acción atacar.
2. Israel no bombardeó Gaza, sino una instalación muy específica.
3. Cuando se indica que hubo lanzamiento previo desde Gaza, no se asocia esa acción a nadie en concreto, apenas el lugar de origen. Israel, en cambio, está bien identificado y asociado al verbo bombardear (que además sugiere algo más bien aleatorio, o masivo).
Finalmente, respecto del ataque producido en la capital libanesa, el diario Washington Post señalaba que fue el grupo terrorista Hizbolá quien acusó a Israel de llevar a cabo dicha acción. RTVE no aclaraba esto, sino que transformaba la aseveración del proxy iraní en verdad:
Durante el fin de semana, Israel ha atacado con drones los suburbios de Beirut que domina el grupo chií Hizbulá, causando daños materiales en su centro de medios de comunicación.
El líder de Hizbulá, Hassan Nasrallah, ha advertido que este ataque, supone la primera ruptura clara, importante y peligrosa de las reglas de enfrentamiento marcadas en 2006’.
Por un lado, se esfuerza por no identificar a un grupo terrorista como tal. Por otro, convierte la acusación de un grupo terrorista en verdad (sin corroborar, sin aclarar que se trata de tal afirmación). Y, además, se presenta todo de forma que Israel sea la parte agresora. Sin señalar el relevante contexto de transferencias de armas de Irán a su proxy, amenazas iraníes y de Hizbulá hacia Israel, y expansión iraní en la región.