Un argumento recurrente a la hora de analizar la política internacional de los Estados Unidos acusa a los judíos americanos de tener demasiado poder en cuanto a política exterior norteamericana se refiere. El famoso “lobby judío” es una figura reincidente en la prensa hispana, que convenientemente descontextualizada, a menudo se presenta como una nueva y políticamente correcta versión de los Protocolos de los Sabios de Sión.
La visita del candidato republicano Mitt Romney volvía a evidenciar esta tendencia. Cuando los medios norteamericanos hablaban de la búsqueda del voto judío y evangélico, los medios hispanos casi obviaban mencionar este segundo colectivo,otorgando al primero demasiado poder.
Así era vista la gira de Romney por los principales medios estadounidenses, de diferente tendencia política:
“La visita a Jerusalén, en medio de una gira por el extranjero de siete días que comenzó en Londres y continuará el lunes en Polonia, fue en gran parte una serie de oportunidades de sacarse varias fotos con la intención de apuntalar el apoyo entre los cristianos evangélicos que han sido cautelosos ante la candidatura del Sr. Romney, y para rascar algunos votos de los judíos americanos insatisfechos con cómo el presidente Obama trató el tema de Israel.”
El domingo fue un día cuidadosamente coreografiado […] diseñado para ayudar a Romney a incrementar su atractivo ante los votantes judíos americanos y otros partidarios de Israel, incluidos los cristianos evangélicos.
Por su parte, George Will en ABC explicaba que
“En este momento, el gran apoyo a Israel, la energía, viene de la comunidad evangélica, que es parte de la base republicana Así que el viaje a Israel es una manera de encender esa enormemente importante y un tanto escéptica base republicana hacia Mitt Romney”.
The Christian Post, especialmente interesado en la figura de Romney, hacía hincapie:
“Después de un comienzo difícil, la campaña de Romney está centrando su gira por Europa en un viaje de Mitt a Israel como un factor clave en el apoyo evangélico para el aspirante a la presidencia en noviembre.”
Mientras que en The Huffington Post, Amy Teibel escribía:
“Con las encuestas mostrando una reñida contienda, Romney espera que esta demostración de su postura pro-israelí le ayudará a atraer los votos de los votantes demócratas tradicionalmente judíos y de los cristianos evangélicos que defienden con celo la política del gobierno israelí.”
Hay que destacar que también en el Huffington Post, Philip Elliott sí insistía en la búsqueda del voto judío y apenas mencionaba la importancia de los votantes evangélicos, lo que provocó la respuesta de algún que otro lector:
“Una cosa que no entiendo de este artículo es ¿por qué habla sólo del voto judío? El viaje de Romney a Israel consistía tanto en ganar el voto de los evangélicos, todavía desconfiados, como en conseguir el voto judío.”
Sin embargo, los lectores hispanos apenas tuvieron acceso a esta información, ya que en su mayoría, los medios se limitaron a apuntar hacia los judíos como únicos receptores del mensaje de Romney.
En uno el teletipos de EFE al respecto, ni tan siquiera se menciona la palabra “evangélico” y subraya la voluntad electoralista del republicano:
Romney inicia su agenda en Israel con la mirada puesta en el voto judío
Otro teletipo de la misma agencia, sí hace una leve referencia a este colectivo al asegurar que:
“El candidato republicano viajó a Israel procedente del Reino Unido para recabar el apoyo judío y evangélico, en una visita que concluye con una cena recaudatoria para su campaña el lunes.”
Sin embargo, EFE recalca en ambas ocasiones que el discurso de Romney fue “un discurso destinado a satisfacer a una audiencia judía” e insiste en que:
“El objetivo del viaje es recabar apoyos entre el electorado judío, tradicionalmente demócrata y numéricamente pequeño, pero que puede resultar decisivo en noviembre en Estados como Florida.”
Interesante este párrafo ya que es muy parecido al que se puede leer en la información de Haaretz, que asegura que:
“Mientras que los votantes estadounidenses judíos apoyan abrumadoramente a los demócratas, la fuerte postura pro-israelí de Romney podría ayudarle a acortar el dominio de Obama con este bloque de votantes, lo que podría resultar decisivo en un estado clave como Florida”
Sin embargo, Haaretz añade:
“Tal lo más importante del viaje a Israel es que podría dinamizar a los conservadores evangélicos incondicionales pro-israelíes que siempre sospecharon de Romney -un mormón con un historial moderado – y que buscaron otra alternativa durante la batalla de las primarias republicanas.”
Pero esta parte, EFE la obvia. Al igual que lo hacen la mayoría de los medios hispanos de referencia.
Así El País asegura:
“Las declaraciones con las que Romney ha tratado de seducir a los israelíes y sobre todo, al votante judío estadounidense, han enfurecido a los líderes palestinos que le han llamado “racista” e ignorante.”
La Vanguardia, por su parte, explica:
“Las organizaciones judías desempeñan una labor eficaz e influyente, y existe la idea de que, aunque sólo representen un 4% del electorado en las presidenciales, su peso en las urnas es decisivo.”
La Nación de Argentina elaboraba con varias agencias una información que prescindía de la presencia evangélica y optaba por el siguiente titular:
Sin duda, más sorprendente era el titular del 30 de julio elegido por Europa Press:
Romney recibe más de 800.000 euros de estadounidenses judíos para su campaña
Curioso que esa sea la información que destacan, cuando en su propio texto podemos leer que:
“En Londres recaudó dos millones de dólares (1,6 millones de euros) de donantes estadounidenses.”
¿Por qué interesa más destacar 800.000 dólares que 2.000.000 de dólares? ¿Tal vez porque todo lo que relacione a los judíos con el dinero es un a priori más suculento?
Toda la información que estos medios aportan es cierta, sin embargo, resulta incompleta. El sistema electoral norteamericano es complejo y en su mayoría, los medios hispanos no han ofrecido a sus lectores todas las piezas del puzzle, sino una sola de las lecturas posibles.
Por ejemplo, una reciente encuesta del AJC muestra que sólo un 6% del electorado judío vota en función de las relaciones entre Estados Unidos e Israel. Puede ser, en efecto un 6% decisivo para estados como Florida o Pennsylvania, pero no necesariamente más decisivos que los evangélicos, que representan el 30% de la población, y que tienen también otras prioridades a la hora de elegir a su candidato.
En este sentido, otro factor importante a tener en cuenta a la hora de analizar el viaje de Romney, no es solamente que estuvo en Israel, sino qué otros países visitó. Interesado en ofrecer una imagen de hombre de estado, el más que posible futuro candidato republicano viajó a países aliados de los Estados Unidos, con quienes probablemente vislumbra mantener estrechos lazos en un futuro.