Un reporte de Reuters sobre la disminución de la población cristiana en los territorios bajo el control palestino atribuye esta disminución a la desesperación de los cristianos como consecuencia de la “vida bajo la ocupación israelí”, y a la vez ignora la abrumadora evidencia de que este hecho se debe a una intimidación generalizada de los cristianos por parte de los musulmanes. De hecho, el artículo (“El sufrimiento tienta a los cristianos a huir”, escrito por Alistair Lyon, 11 de marzo de 2007) cita a “líderes cristianos” palestinos anónimos que dicen que “no enfrentan persecución religiosa por parte de la mayoría musulmana de los palestinos, ni tampoco de Israel”.
Por supuesto, no sorprende leer que los cristianos árabes están libres de persecuciones religiosas a manos de israelíes; después de todo, en lugar de decrecer, la población cristiana árabe en Israel está creciendo aproximadamente en la misma proporción que la población judía israelí. Pero otra cosa es leer que los cristianos palestinos también están libres de persecución por parte de sus vecinos musulmanes, una afirmación contraria a los testimonios más recientes provenientes de los mismos cristianos palestinos.
Por ejemplo, un artículo publicado en el Daily Mail británico (“Oh, ciudad musulmana de Belén,” 16 de diciembre de 2006), menciona las indudables dificultades que creó la valla de seguridad de Israel, y a su vez reporta que el problema principal que enfrentan los cristianos palestinos es una campaña de persecución musulmana, que incluye ataques violentos:
“La vida para los cristianos palestinos… se ha vuelto cada vez más difícil en Belén, y muchos de ellos se están yendo. La población cristiana de la ciudad ha disminuido desde una proporción superior al 85 por ciento en 1948 hasta el 12% de sus 60.000 habitantes en 2006. Hay reportes de persecución religiosa en forma de asesinatos, palizas y arrebato de tierras…
George Rabie, un taxista de 22 años del suburbio de Beit Jala en Belén, está orgulloso de su cristianismo, aunque este lo pone en peligro diariamente. Hace dos meses fue golpeado por una banda de musulmanes provenientes del cercano Hebrón que estaban de visita en Belén y detectaron el crucifijo que colgaba de su parabrisas.
“Padezco de discriminación a diario”, dijo. “Es una especie de racismo. Somos una minoría lo que nos convierte en un blanco más fácil. Muchos extremistas provenientes de las aldeas están llegando a Belén”.
Jeriez Moussa Amaro, un artesano de Beit Jala de 27 años que trabaja con aluminio, es otro cristiano que tiene una experiencia de primera mano de la terrible violencia que enfrentan los cristianos. Hace cinco años, un pistolero musulmán hirió de muerte, en su propia casa, a sus dos hermanas: Rada, de 24 años, y Dunya, de 18 años. Su crimen era ser mujeres cristianas atractivas que vestían ropa occidental y no llevaban velo. Rada había dormido con un hombre musulmán en los meses que precedieron su muerte.
Una organización terrorista, las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa, promulgaron un alegato en el que asumían la responsabilidad por el ataque, el cual decía: “Queríamos limpiar la casa palestina de prostitutas”. Jeriez dice: “Un hombre cristiano es débil en comparación con un hombre musulmán”. “Ellos tienen familias más grandes y poderosas y conocen personas en la Autoridad Palestina que están en posiciones muy encumbradas”.
El miedo a la agresión ha motivado a muchos cristianos a emigrar, entre estos se incluyen la hermana del Sr. Canawati, su esposo y sus tres hijos, quienes ahora viven en New Jersey, Estados Unidos. …Samir Qumsieh es el gerente general de Al-Mahed (Natividad), que es la única estación de televisión cristiana en Belén. Ha recibido amenazas de muerte y visitas de hombres armados que le exigían tres acres de su tierra, y ahora está listo para irse.
“Como cristianos, no tenemos futuro aquí”, dice. (Énfasis añadido)”
En forma similar, un artículo escrito por Khaled Abu Toameh en el Jerusalem Post (“Cristianos de Belén temen a vecinos”) reporta que:
“Una serie de familias cristianas han decidido finalmente romper su silencio y hablar abiertamente acerca de lo que describen como la persecución musulmana de la minoría cristiana en esta ciudad.
El movimiento viene como resultado del aumento de las agresiones de los musulmanes contra los cristianos en los últimos meses. Las familias dijeron que habían escrito cartas quejándose de los ataques al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a los líderes de la Iglesia del Vaticano y a gobiernos europeos, pero sus apelaciones han caído en oídos sordos.
Según las familias, por mucho tiempo, numerosos cristianos han tenido miedo de quejarse públicamente de la campaña de “intimidación”, por temor a la venganza de sus vecinos musulmanes y a que se les tilde de “colaboradores” de Israel…
“La situación es muy peligrosa”, dijo Samir Qumsiyeh, el dueño de Al-Mahd (Natividad), la estación de televisión privada con sede en Beit Sahur. “Creo que en el plazo de 15 años no quedarán cristianos en Belén. Entonces se necesitará una linterna para encontrar a un cristiano aquí. Esta es una situación muy triste”.
Qumsiyeh, uno de los pocos cristianos dispuesto a hablar acerca de las duras condiciones de su comunidad, ha sido sujeto de numerosas amenazas de muerte. Su casa fue atacada recientemente con bombas, pero nadie resultó herido.
Qumsiyeh dijo que ha documentado más de 160 incidentes sobre ataques a cristianos en el área en años recientes.
Dijo que un monje fue tratado con violencia por tratar de evitar que un grupo de hombres musulmanes se apoderaran de tierras pertenecientes a cristianos en Beit Sahur. Los ladrones se han centrado en las casas de muchas familias cristianas y una “mafia de tierras” ha podido echar mano sobre extensas áreas de tierra perteneciente a cristianos, añadió.
Fuad y Georgette Lama se levantaron una mañana del pasado septiembre para descubrir que musulmanes de una aldea cercana habían separado con una valla la parcela de seis dunams de su familia, situada en el suburbio de Karkafa al sur de Belén. “Un abogado y un funcionario de la Autoridad Palestina simplemente llegaron y se llevaron nuestra tierra”, dijo Georgette Lama, de 69 años…
Un comerciante cristiano que pidió no ser identificado dijo que las condiciones de los cristianos en Belén y sus alrededores se han deteriorado desde que se entregó el área a la AP en 1995.
“Todos los días escuchamos de otra familia cristiana que ha emigrado a EE. UU., Canadá o Latinoamérica”, dijo. “Actualmente, los cristianos constituyen menos del 15% de la población.
Las personas están huyendo porque el gobierno palestino no está haciendo nada para protegerlas, ni tampoco a sus propiedades, de los sinvergüenzas musulmanes. Por supuesto, no todos los musulmanes son responsables, pero hay una sensación general de que los cristianos se han vuelto una presa fácil”. (Énfasis añadido)”
En un artículo que hizo todo posible para minimizar las tensiones entre musulmanes y cristianos en los territorios palestinos, incluso el New York Times no pudo evitar mencionar al menos algunas de las dificultades que aquejan a los cristianos:
“Desde el año en que Hamas llegó al poder, se están confirmando algunos de los temores de un nuevo matiz de islamismo en la sociedad palestina. Los cristianos han empezado a quejarse discretamente acerca de que desacuerdos locales adoptan rápidamente un sabor sectario. Y los reportes de golpizas y daños a la propiedad perpetrados por musulmanes han crecido.
En uno de los casos más serios, palestinos armados incendiaron el edificio de la Y.M.C.A. en la ciudad de Calquilia de Cisjordania en septiembre, donde miembros de Hamas controlan todos los 15 escaños del consejo. Previamente,personalidades musulmanes en la ciudad habían acusado a la Y.M.C.A. de dedicarse a actividad misionera y le advirtieron que debía clausurarse. (New York Times, 11 de marzo de 2007; énfasis añadido)”
En el libro de Justus Weiner, Los derechos humanos de los cristianos en la sociedad palestina, se encuentran detalles adicionales y mucha información básica, que incluye las obligaciones de la AP de proteger a los cristianos de acuerdo con la ley internacional de derechos humanos.