El profesor del Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Exeter, Ilan Pappé volvía a pedir desde las páginas del diario El País el boicot académico a Israel, con su artículo publicado en Tribuna el 5 de Febrero de 2012, Boicot académico israelí: el caso Tantura’.
Antes de entrar en el“caso Tantura”en sí, recordemos que:
– Ilán Pappé dice de sí mismo: “Admito que mi ideología influencia mis escritos históricos, ¿y qué?” (entrevista de 1999 con Baudouin Loos para el diario belga Le Soir)
– De Ilán Pappé han comentado historiadores, críticos con Israel, como Benny Morris: “Lamentablemente, mucho de lo que Pappé trata de vender a sus lectores es montaje.”
– Recientemente, Porter Speakman, Jr., productor del documental anti-israelí With God on our side, se disculpó públicamente, ya que se había basado en unas supuestas frases atribuidas por Ilán Pappé a David Ben Gurion. Esas citas no pudieron ser comprobadas ni siquiera en las fuentes que Pappé nombraba, y el productor se comprometió a suprimirlas en futuras ediciones de la película.
Este es el profesor que paradójicamente, desde las páginas de El País se queja por la supuesta falta de rigor histórico y la pretendida influencia ideológica en las universidades israelíes, pidiendo un boicot de castigo.
Para ello recurre al caso Tantura, un caso sobre el que ya en 2005 la analista de CAMERA, Ricki Hollander, había escrito lo siguiente:
El caso Tantura:
El estudiante Theodore (Teddy) Katz presentó una tesis de maestría en la Universidad de Haifa en 1998, en la que alegaba que el ejército de Israel había perpetrado una masacre anteriormente desconocida, que ocurrió en el pueblo pesquero de Tantura durante la guerra de 1948. Con los supuestos testimonios que había recogido de 60 residentes de Tantura, Katz afirmó que el 33º batallón de la IDF (Fuerza de Defensa de Israel, por sus siglas en inglés) había puesto en fila y asesinado a más de 200 aldeanos árabes después de que estos se rindieran el 22-23 de mayo de 1948.
En un aparente intento de sumarse a los nuevos historiadores post sionistas que se expresan a favor de reexaminar la historia de Israel y disipar lo que ellos consideran como mitos sionistas de heroísmo y valentía, Katz contactó a periodistas y a personal de televisión para tratar de difundir su historia por todo el país. El 21 de enero de 2000, el diario Israelí Ma’ariv publicó un artículo de cinco páginas, escrito por el periodista Amir Gilat, en el cual divulgaba las declaraciones de Katz.
Al descubrir que habían sido acusados públicamente de crímenes de guerra en las páginas del periódico de mayor tirada de Israel, los veteranos del 33º batallón de la Brigada Alexandroni se indignaron. Ellos sostenían que la batalla por Tantura era estratégica, un intento para detener el contrabando marítimo de armas y alimentos y evitar que se cortara la carretera entre Haifa y Tel Aviv; y que durante toda la batalla por la supervivencia en una guerra sangrienta emprendida por los árabes, ellos habían mantenido las normas éticas más estrictas. Aunque la batalla por Tantura fue difícilmurieron en batallas callejeras 14 miembros del batallón de la IDF y alrededor de 40 árabeslos veteranos insistieron en que Katz había mentido sobre la masacre.
De hecho, señalaron que ya a las 10 de la mañana de la supuesta masacre, el 99 por ciento de los aldeanos se habían transferido fuera de Tanturalas mujeres al pueblo vecino de Faradis y los combatientes a la estación de policía de ZichronYa’akov. En abril de 2000, el abogado Giora Erdinast, un activista de Paz Ahora y el yerno de uno de los miembros del batallón, aceptó representar a los veteranos y presentó una demanda por difamación contra Teddy Katz en la corte de Tel Aviv. Según se dice, Katz recibió alrededor de $8.000 de un ex ministro de la Autoridad Palestina, Faisal Husseini, para pagar por su defensa.
Durante el juicio, en diciembre de 2000, el abogado Erdinast desacreditó la supuesta evidencia de Katz. Por ejemplo, en su tesis Katz había citado a un testigo importante llamado Abu Fahmi quien decía que la IDF había rodeado a los aldeanos, los había puesto en fila contra las paredes y los había asesinado. Después de obtener una orden de la corte que forzaba a Katz a entregar las grabaciones de sus entrevistas, Erdinast demostró que no existían tales citas. Por el contrario, Abu Fahmi había afirmado repetidamente que el IDF no asesinó a los aldeanos después de que estos se rindieran.
Confrontados con muchas discrepancias burdas de este tipo entre las citas en su tesis y las entrevistas grabadas, Katz insistió bajo juramento que se le había malinterpretado y que él nunca había creído que hubiera una masacre. En virtud de una orden judicial, posteriormente Katz firmó una disculpa y accedió a publicar anuncios por su propia cuenta haciendo pública su negación de la masacre. Katz escribió:
Después de verificar repetidamente la evidencia, ahora estoy seguro, sin lugar a dudas, de que no existe ninguna base para el alegato de que después de la rendición de Tantura la Brigada Alexandroni o cualquier otra unidad de combate de la IDF haya asesinado a alguno de los residentes. Quisiera dejar en claro que se malinterpretó lo que escribí y que no pretendí sugerir que había habido una masacre en Tantura, y tampoco creo que alguna vez haya habido una masacre en Tantura.
Pero en el lapso de un día, Katz se retractó de su disculpa y adujo que debido a que estaba en mal estado de salud su familia lo presionó a firmar una disculpa a cambio de que se retiraran los cargos en su contra. Ahora insistió que estaba seguro de que hubo una masacre allí, aunque no puedo saberlo porque yo no estaba allí. El juez se negó a aceptar la retracción de Katz, y de la misma forma se descartó su apelación a una corte superior.
Mientras tanto, la Universidad de Haifa nombró una comisión para reexaminar la tesis de Katz. La comisión descubrió mentiras y distorsiones de citas en la obra y descalificó la tesis sacándola de las estanterías de la universidad. Katz aceptó la oferta de revisar su tesis y la volvió a presentar a cinco nuevos supervisores nombrados por la universidad en el año 2002, pero la nueva tesis, más extensa, no fue aprobada; se le concedió a Katz el grado de no investigador.
Ilan Pappé, el tutor y consejero extraoficial de Katz, hizo el caso del estudiante su cause de jour, e insistió que las aseveraciones de Katz eran ciertas a pesar de la desacreditada evidencia (el director de la tesis fue el historiador druso Kais Firro, pero Katz dedicó la obra a Pappé mi maestro y amigo). Alimentando el ansia de los palestinos de adoptar la desacreditada “masacre de Tantura” como parte de su narrativa histórica, Pappé escribió para el Journal of Palestine Studies, explicando con más detalle las aseveraciones originales de Katz y criticando a la Universidad de Haifa por no aceptar una obra sólida y convincente cuya validez esencial no se empaña en absoluto por sus deficiencias. De hecho, la introducción al artículo de Pappé decía:
Aunque el investigador, Teddy Katz, es un sionista, el caso arroja luz sobre hasta qué punto el sionismo tradicional está dispuesto a llegar para desalentar la investigación que pone en evidencia aspectos de la guerra de 1948 tales como la limpieza étnica.
Luego Pappé utilizó este artículo para apelar al mundo académico internacional a fin de presionar a la Universidad de Haifa para que se retractara de su decisión de descalificar la tesis de Katz. En una carta escrita a las asociaciones históricas y del Medio Oriente americana y británica, Pappé describió la obra como la revelación de una de las peores masacres de la guerra y les pidió que intervinieran, porque “los académicos israelíes no tienen el valor de mantenerse leales a las reglas básicas de la investigación y la libertad académica.
Esta carta de Pappé, así como la crítica pública y el abuso personal de sus colegas, dio como resultado una queja del decano de humanidades de la Universidad de Haifa, Yossi Ben-Artzi, que pedía el despido de Pappé. Ben-Artzi enfatizó que su queja no era una cuestión de libertad de palabra o un intento de atacar a Pappé por sus opiniones anti sionistas sino una cuestión de falta de compañerismo, conducta antiética e inmoral, mentiras, calumnias e imprudencia.
Pero, según una declaración oficial emitida por la Universidad de Haifa, a pesar de que
Pappé transgredió todas las normas éticas habituales de la vida académica el comité disciplinario nunca convocó a Pappé, porque el presidente del comité decidió no seguir adelante con la denuncia. Además, y al contrario de la aseveración del Dr. Pappé, la universidad no hizo ningún intento de despedirlo.
Pappé no pretende buscar objetivamente la verdad. Admite que está más motivado por la ideología que por los hechos. En su artículo publicado en el Journal of Palestine Studies reconoció que Teddy Katz era muy consciente de la falta de claridad’ de la descripción derivada de los recuerdos de los participantes y de los supervivientes tanto tiempo después de los traumáticos eventos, que el estudiante no estaba interesado en los detalles pequeños o las certezas sobre la cronología y los nombres exactos ni por los números precisos. Pappé desestimó la necesidad de tal rigor cuando se escribe una tesis histórica.