La siguiente entrevista fue otorgada en forma exclusiva a ReVista de Medio Oriente el 10 de octubre de 2010 por la doctora Pilar Rahola en ocasión de su visita a Boston, Massachusetts. Durante esta visita, Pilar Rahola recibió el prestigioso premio Daniel Pearl de la Liga Anti Difamación.
Revista de Medio Oriente: Las democracias occidentales paralelamente alientan el multiculturalismo y los derechos humanos. ¿Cómo sostener entonces dentro de la propia sociedad culturas que entienden por ejemplo que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres y a la vez sostener los derechos humanos, con esta idea de que somos todos iguales?
Pilar Rahola: Las sociedades que creen en el multiculturalismo se están destruyendo. Hoy yo creo que, por ejemplo Inglaterra que es la panacea del multiculturalismo y lo defendió históricamente, se ha dado cuenta de que eso sólo ha comportado un proceso de creación de ghettos, que no se miran a la cara unos a otros y que intentan tener leyes paralelas y parlamentos europeos. La clave de vuelta del futuro de los países democráticos es una sola cultura civil, que es la de las leyes civiles, y a partir de ahí por supuesto, vinculadas a esas leyes, las diferencias culturales y religiones de cada cual. Es decir, la idea no es el multiculturalismo, el multiculturalismo ha fracasado como espacio de libertad y como espacio de democracia, sólo es un ejercicio de paternalismo. Lo que no fracasa es la convicción de que formamos parte de una misma civilización, la de las leyes, la del imperio de la ley, la ley democrática y a partir de ahí las diferencias se amparan en la ley. Aquellas sociedades que creen que amparándose en una religión o en una tradición se puede pervertir la ley común sólo pueden estar condenadas al fracaso o, peor aún, al proceso de autodestrucción por la vía de tener grupos y núcleos profundamente antidemocráticos. Yo no creo en el multiculturalismo, yo creo en las leyes democráticas y en esas leyes amparando las diferencias de cada cual.
Revista de Medio Oriente: Incluso en países democráticos, como Inglaterra, están las leyes de la Sharia que son aplicadas por tribunales paralelos
Pilar Rahola: El ejemplo inglés es paradigmático. Algunos de los asesinos más importantes que ha tenido el terrorismo islámico tienen pasaporte inglés y han estudiado desde pequeños o nacido en Inglaterra, en lo que llamaríamos Londonistán. Se han creado ghettos, auténticas sectas, que van mucho más allá de las leyes comunes que los amparan. En España está empezando a pasar, tenemos imanes que quieren imponer policías religiosas, hemos tenido tribunales islámicos paralelos a los tribunales propios aunque se ha combatido con la ley en la mano. Quizás el ejemplo francés es el más ejemplar porque teniendo también un proceso multicultural, de golpe han descubierto que lo único que los puede salvar es el pacto republicano, es decir el pacto de la libertad. Por tanto es cuando se dice: Oiga usted no puede imponer criterios a las mujeres por el hecho de ser mujeres porque el pacto republicano las hace iguales, Usted no puede imponer las leyes de los dioses porque el pacto republicano es laico y los dioses forman parte de la trascendencia espiritual pero no de las leyes, etc., etc. Yo creo que Francia está corrigiendo el multiculturalismo y yendo hacia el pacto republicano. Inglaterra también, sin ninguna duda. La prueba es que les costó muchísimo detener a imanes fundamentalistas y ahora lo hace y los combate y España estamos virando hacia otro lado, no enterándonos del problema que nos viene encima. Pero no nos equivoquemos, el multiculturalismo es un ícono de la izquierda, que se ha demostrado letal para la libertad y muchos intelectuales, con la cabeza en su sitio y los pies en el suelo, lo combaten directamente y continuando por los que intentamos tener una voz pública diciendo por aquí no vamos bien.
Revista de Medio Oriente: En lo que al conflicto multicultural refiere, las mujeres cumplen un rol central. Muchas veces las feministas argumentan, por ejemplo con el tema de la burkah en Francia, que se violenta a las mujeres al imponerle elegir entre las leyes del gobierno y las leyes religiosas.
Pilar Rahola: Lo primero que tengo que decir es que yo, que tengo un largo historial feminista, estoy horrorizada con el papel de las feministas en el mundo respecto a la mujer en el Islam, horrorizada. El feminismo tiene una deuda pendiente con las mujeres islámicas, a las que ha abandonado a su suerte, no alza la voz potente que puede llegar a tener. Alzamos la voz por las mujeres en Occidente, alzamos la voz por las mujeres de Ciudad Juárez, por la prostitución infantil, por el maltrato femenino. Por todo esto somos, yo creo, muy combativas, a veces perdemos, a veces ganamos, pero ahí estamos. Las mujeres libres hemos cambiado el mundo y el siglo XX ha sido en parte el siglo de la mujer porque consiguió, de alguna forma, darle la vuelta a 2.000 años de historia misógina. Sin embargo, tengo que decir que esas mismas mujeres y esas mismas voces que tan fuertes fueron para defender a la mujer occidental, han fracasado rotundamente en la defensa de las mujeres islámicas. Lo que yo he leído en el feminismo norteamericano, inglés e italiano es absolutamente aberrante y las mujeres musulmanas que luchan por sus libertades las combaten. El ejemplo más paradigmático fue una manifestación en Suecia en el Día de la Mujer (8 de marzo) que un grupo de mujeres musulmanas pidieron que se incluyera como lema en las manifestaciones No a la esclavitud de la mujer en el Islam y la organización feminista sueca se negó porque como es el tercer mundo y al entrar en las tradiciones, no quería entrar en este tema. Hubo una mujer musulmana quemó su hiyab [cobertura de cabeza y cara] como protesta por la actitud de los grupos feministas suecas. Te lo digo porque de entrada yo soy muy crítica con determinados planteamientos del feminismo respecto al Islam. No en otros temas donde me siento implicada y comprometida. Respecto a los temas del debate respecto al burkah hay que decir dos cosas: cuando se plantea la prohibición en Francia, no del burkah sino de cualquier símbolo religioso en las escuelas, se está protegiendo a las niñas. Es cierto que parece una prohibición dura, aunque yo quiero recordar que la democracia se basa en prohibir, a veces lo olvidamos, solo nos ponemos nerviosos cuando decimos Prohibido algo del Islam pero cuando decimos Prohibido matar, ¿está bien verdad no?. Quizás hay que plantearse también algunas cosas. En el caso de las escuelas, lo primero que encontramos es que detrás de una niña tapada, hay una niña que no hace gimnasia, una niña que no va a la piscina, una niña que de golpe es diferente a los demás. En Cataluña, por ejemplo, en un pueblecito, a una niña de 7 años que lleva el velo hasta los pies la escuela se negó a que fuera vestida así y la Administración dijo que tenía derecho. ¿Quién tiene derecho? ¿La niña de 7 años o el padre fanático que la obliga a ir así? De manera que la ley contra los símbolos religiosos, que fue un eufemismo porque el problema era sólo con el Islam francés, a mí me parece una protección de las leyes. Es decir, las niñas tienen la obligación de ir a la escuela y tienen la obligación de que sus símbolos religiosos estén en su casa y eso sorprendentemente las protege. Respecto al burkah, desgraciadamente no hemos entrado en el debate de fondo ni en Francia ni en ningún lugar porque nadie se atreve pero en cambio sí ha habido debates sobre el tema de la seguridad. La democracia se basa en la identificación, nosotros nos miramos a la cara en la democracia. Si en lugar de ser un burkah islámico fuera un pasamontañas, ¿lo permitiríamos? Alguien con pasamontañas, ¿entraría en una universidad, en un banco, en un autobús? Evidentemente no, es un tema de seguridad, de franqueza, de mirarnos a la cara. El burkah no te mira a la cara, tapa completamente a la mujer. Siempre detrás de un burkah, siempre hay una mujer esclava, nunca hay una opción. De modo que yo creo muy bien que en los lugares públicos esté prohibido el burkah, como está prohibido ir cubierto completamente para hacer cualquier gestión pública. La mujer no elige, es una mentira. Nunca detrás de una mujer con burkah hay una mujer que ha elegido, nunca. Lo que hay es una presión social, religiosa y familiar brutal para que esa mujer se segregue de la sociedad, lo que hay es una mujer segregada, violentada en su condición de mujer libre, que nunca escoge, a menudo que ni habla el idioma del país en el que vive desde siempre, que no tiene acceso ni a la cultura ni a la emancipación de ningún tipo y que sólo sirve de conejo para traer más niños de padres fanáticos al mundo. De manera que yo estoy absolutamente a favor de que el tema del burkah se ponga sobre la mesa pero además quiero decir algo que es importante: el burkah nunca fue un símbolo religioso. El burkah nace a finales del siglo XIX en la monarquía afgana cuando el rey afgano se pasea por las calles para demostrar su poder y por tanto su patrimonio, empieza a tapar completamente a sus mujeres para que se vea públicamente en sus paseos públicos que tiene muchas. La aristocracia afgana empieza a imitar al rey como símbolo de poder, hablamos de finales del siglo XIX, y eso de golpe se convierte en una costumbre de poder, por supuesto, masculino y en el caso de Arabia Saudita, que es el otro lugar donde se usa en este caso el nikhab, es exactamente igual. Es una cuestión de poder de las clases dirigentes para mostrar su poderío ante los ciudadanos. Después, con la influencia de Abd al-Wahab, el fundador del wahabismo que la aristocracia saudí toma como propio, esa idea de la mujer tapada se generaliza. No hay ningún lugar ni en las suras coránicas ni en todo el Corán que hable que las mujeres deben estar completamente tapada, habla como mucho de cubrirse la cabeza. De manera, cuando hablamos del burka o del nikhab, no hablamos de una cuestión religiosa sino de poder, por tanto yo creo que hay que combatirlo.
Revista de Medio Oriente: Respecto al tema de Latinoamérica, ¿cómo se puede explicar que amigos de Argentina, como Brasil, Venezuela, Bolivia, den cobijo y digan que Ahmadinejad es su amigo pese a que Argentina innumerables veces ha denunciado internacionalmente a Irán como responsable del atentado a la AMIA?
Revista de Medio Oriente: Justamente América Latina ha sido históricamente receptiva a Israel o por lo menos neutral en lo que refiere al Conflicto. En los últimos años se advierte que hay un cambio, ¿a qué atribuís este cambio de postura frente al tema de Israel?
Revista de Medio Oriente: ¿Y qué ocurre con España?
Revista de Medio Oriente: Yo fui a la Comunidad [Lubavitch] para un Kabalat Shabat y eran 50 o 60 personas y muchas medidas de seguridad.
Pilar Rahola: Porque la Comunidad Lubavitch ha sufrido cada vez que ha habido manifestaciones contra Israel, se le ha roto algunos vidrios, se le ha tirado alguna cosita bonita, algún coctel molotov, han pasado cosas. Háganse ustedes una pregunta: ¿quién imparte terrorismo en el mundo? Los fundamentalistas islámicos. ¿Quién tiene que estar protegido en el mundo? Las sinagogas. No hay ninguna mezquita que necesite policía, nadie se dedica a matar a ningún musulmán a pesar de que una parte del mundo musulmán, el fanático, nos mata. Israel no mata a nadie y sin embargo tienen que estar protegidos sus lugares de culto. Esta es la locura del mundo. Son fundamentalistas islámicos los que nos matan y son ellos las víctimas en las sociedades occidentales, es una contradicción increíble y caemos en esa trampa.
Revista de Medio Oriente: Justamente te iba a preguntar esto: el tema de los pilotes. Vos vas a Buenos Aires y podes advertir donde hay instituciones judías a partir de los pilotes. Yo me hice la pregunta de si poniendo pilotes y construyendo estos sistemas de seguridad no estamos haciendo lo que los terroristas quieren que es marcar a la comunidad judía, señalarla, decir que es diferente.
Pilar Rahola: Es cierto pero la comunidad judía está marcada. Es decir, hoy estamos ante una yihad global, la línea de fuego de esta guerra es el mundo, el planeta Tierra. Han tomado el mapamundi, lo han puesto sobre la mesa y han dicho ¿Cuál es nuestro objetivo? El mundo. El mundo como conquista, el mundo como ideal y el mundo como campo de batalla. ¿Quién es el que está en la línea de fuego en la batalla? El judío, por muchos motivos. Primero porque la muerte de un judío es siempre culpable. El judío es siempre culpable de algo. Si matan en una sinagoga, la gente va a decir: Claro, como hay el problema con los palestinos. Habrá siempre un poquito de culpa, la víctima judía tiene algo de culpa siempre. Si mueren unos niños en unos autobuses de Jerusalém, Claro, ¿cómo no va a pasar?. Algo de culpa tienen. Cuando Daniel Pearl muere, yo recuerdo los artículos diciendo: Pero claro ¿cómo se le ocurre hacer de periodista en Pakistán siendo judío?. La culpa es suya ¿Por qué se mueve de su casa? ¿Por qué va por el mundo? ¿Por qué hace de periodista?. El culpable no es el asesino sino que la víctima tiene algo de culpa y, evidentemente si tú eres judío, estás en la primera línea. Luego están todos porque al final esta guerra mata a todo el mundo y, principalmente por facilidad, ha matado más musulmanes que a nadie. Cada día hay musulmanes que mueren en manos del fundamentalismo islámico en Irak, Afganistán, en las montañas de Pakistán.
Revista de Medio Oriente: Y no salen en ningún diario
Pilar Rahola: Salen pequeñito en la CNN o en la Fox salen abajo. En nuestros países, en España y en Argentina, ni en eso salen, ¿para qué van a salir?. En España y en Argentina, nos gustan las víctimas palestinas solamente. Esas salen en el titular y en la portada. Treinta muertos en Afganistán saldrá en un breve en la página 20 si es que tienen suerte. En parte porque no los han matado ni los americanos ni los israelíes. En nuestros países sólo nos interesan los culpables israelíes y las víctimas palestinas o los culpables americanos y las víctimas que caen bajo sus balas. Cuando las víctimas son, por ejemplo musulmanes que caen bajo manos de terroristas islámicos, no interesan a nadie. También porque el periodismo se ha pervertido profundamente en parte por comodidad, en parte por prejuicios, en parte por miedo. No olvidemos que el miedo hoy forma parte de nuestra vida y ¿qué periodista quiere jugársela? ¿Qué periodista quiere estar en la diana? ¿Qué periodista quiere tener un perfil alto y hablar incorrectamente y jugársela y enfrentarse? ¿Quién? ¿Qué político? Vivimos en un mundo de miedo. Se hacen unas caricaturas de Mahoma y los pobres dibujantes daneses tienen que vivir toda su vida escondidos. Hay un tipo que dice una tontería en una iglesia en Estados Unidos y queman iglesias por si acaso en Pakistán o en Egipto o matan a una monja. Vivimos con miedo. Un seminario muy famoso de España que se llama El jueves, que es el diario que sale el miércoles, cuando pasó lo de Mahoma se veía a un dibujante con su mesita diciendo Queríamos dibujar a Mahoma pero nos hemos cagado (risas). Perdón por la expresión pero resumía el estado de ánimo del mundo. ¿Por qué podemos reírnos de la religión católica? ¿Por qué podemos hacer una viñeta con un rabino sin ningún problema porque nadie va a venir a matarnos pero no lo hacemos sobre un imán? Porque tenemos miedo. Antes decía en El Quijote: Con la Iglesia hemos topado Sancho, esto hace muchos siglos que no ocurre. Hoy podemos decir Con el Islam hemos topado Sancho y ese Islam nos ha recortado nuestros derechos no en sus países, en los nuestros porque ha impuesto el miedo.
ReVista de Medio Oriente: Pilar, tú nos recuerdas a Don Quijote pero en femenino.
Pilar Rahola: El siglo XXI permite que ese Quijote sea femenino
Revista de Medio Oriente: Después de todo lo que fue la Dictadura militar,percibimosque la sociedad argentina, y principalmente la juventud está muy apática, cuesta mucho involucrarse
Pilar Rahola: Y los que se involucran lo hacen mal a veces. Hay mucho joven estudiante universitario que tiene la cabeza como un lío y que cree que las causas que está defendiendo son las suyas, cuando en realidad son las causas que le han impuesto los viejos revolucionarios de la década del 60 que se han quedado colgaditos en esas revoluciones fallidas, se han mantenido en las cátedras universitarias y han llenado las cabezas de líos a una cantidad de jóvenes enormes. Hay un montón de tipos que aún están durmiendo con el póster del Che Guevara y ese póster tiene un lío mental considerable en el siglo XXI. ¿Tú crees que valen la pena las universidades? Yo siempre que me dicen voy pero mi experiencia con el mundo universitario es que lo que consigues es movilizar a los cuatros anti, que se te pongan en las primeras filas, te monopolizan las preguntas, te hunden y los otros que van son los convencidos. Es una pérdida de energía, yo creo más en los medios que en la vida universitaria. Antes pensábamos que las universidades era la cuna de la inteligencia, puede que aquí (por Estados Unidos) pero en Buenos Aires no y te aseguro que en Barcelona tampoco. Yo he dejado de ir a las universidades, ¿para qué? Es un circo, están los típicos que quieren tener su momento de gloria, te montan un espectáculo. A mí no me importa, yo he estado en la Universidad pública de Caracas, tenía a media FARC adelante. Otra cosa es que los profesores universitarios agarren un artículo tuyo y lo sometan a debate, esa es otra historia pero ir al Aula Magna a pelearte vas a ser el objeto de gloria de los más locos, los más gritones, porque van a decirte Sionista, Pobres palestinos y además con gente que es imposible debatir porque están cerrados. Yo he sido una estudiante muy revolucionaria en mi época, luchando contra la dictadura de Franco, con 15 años iba a manifestaciones, no sabía a dónde iba ni tomar el metro pero llegaba con un grupo de amigos. Mi primer gran amor fue en una manifestación en la Plaza Universidad, llegué con un grupo de amigos mayor que yo, llegó la policía, todo el mundo empezó a correr, yo me asusté, no sabía volver y de golpe en una portería un chico con barba, alto, guapo, me tomó, me abrazó, me escondió y me quedé enamoradísima del tío que nunca más volví a ver en mi vida. Mi experiencia es de un activismo político desde muy joven porque creía en las libertades, porque vivíamos en una dictadura, por muchas cosas. Sin embargo, yo creo que en las democracias, el activismo universitario está generalmente bastante enloquecido. Hoy en día ese ruido universitario, esa implicación universitaria tiene que ver muy a menudo con las ideas más enloquecidas que con ideas de libertad. Yo tiendo a admirar más al estudiante que se prepara para ser un gran profesional para su país, que es culto, que es tolerante, que es inquieto, que trabaja seriamente porque al fin y al cabo su sociedad le está dando una oportunidad extraordinaria que aquel que se pasa el tiempo queriendo cambiar el mundo. Depende, si lo quiere cambiar para bien lo aplaudo pero si lo quiere cambiar para mal como tantos locos que hay por ahí, no sé que decirte.