La realidad, al parecer, no es del agrado del diario español La Vanguardia. La realidad indica que palestinos llevan a cabo ataques, atentados, contra israelíes. La realidad es que a veces, no llegan a consumarlos. La realidad, es que la mayor parte de las veces perpetren o no el atentado -, son abatidos durante el ataque, o en su intento.
La realidad es que los palestinos han impuesto una situación donde cualquier israelí hombre, mujer, anciano o niño; civil o no vive bajo la constante amenaza de ser apuñlado, baleado, apedreado, atropellado. Es decir, bajo la amenaza de ser asesinado en cualquier momento y en cuanlquier lugar por el mero hecho de ser israelí/judío.
Pero esa realidad, no parecía ser la que La Vanguardia (16 de febrero de 2016) quería que su público recibiera. En su lugar, modificaba la realidad la verdad sea dicha, de manera muy torpe (acaso contando con que, a fuerza de repetir los retratos y los marcos para el conflicto palestino-israelí, el lector o no se dará cuenta, o bien hará como que no se percata) convirtiendo a los palestinos en víctimias de su propia intifada de los cuchillos (que también incluye armas de fuego y automóviles y cócteles molotov).
En una nueva serie de ataques perpetrados por jóvenes palestinos contra las fuerzas de seguridad israelíes, cinco atacantes…
Y, aún así, el título victimiza a los atacantes: La “intifada” palestina se cobra como víctimas a sus propios perpetradores…
Ya se sabe, si la realidad no se ajusta al mensaje (que no información) que se desea que reciba el lector, se modifica siguiendo una lógica particular, excepcional, puntual. Una lógica ilógica Total, ya nada parece importar mucho menos las formas y la profesionalidad cuando de Israel se trata.