Es curioso cuando un mismo hecho, narrado desde la misma perspectiva, adquiere elementos centrales disímiles. Es esperable cuando quienes refieren el hecho pertenecen, por decirlo de una manera, a bandos o intereses distintos
Yo antes, yo solo, yo mejor, yo víctima, yo legitimado…” es necesario para “no hay nada que negociar” y para producir el consecuente “yo tengo el derecho, la obligación de ejercer la violencia (“resistencia”) contra el otro”
Los sucesos dejan de ser tales en buena parte de las crónicas sobre Israel en los medios españoles para transformarse, despreciado su valor, en mera partícula, ingrediente precursor de la historia que “hace” el narrador – y que sigue, reiterativa, un mismo patrón
Llama la atención la cantidad de medias verdades y algún serio error, que impiden al lector entender algo tan esencial como la legitimidad histórica y legal sobre la que reposa el Estado de Israel
No, no lo sabía. O, seamos más respetuosos de la estadística, y digamos, no, muy probablemente no lo sabía. ¿Cómo iba a hacerlo si la amplísima mayoría de medios en español lo apartó de sus páginas, segmentos, etc.?
Si lo que ha costado fijar, puntualizar, es empleado con la liviandad y el afán de difamación o intimidación con que se emplean las palabras en las gradas de un estadio de fútbol o en un ring de boxeo; pierde toda capacidad de diagnóstico, de potencial capacidad disuasoria
La hipocresía reina entre los mediocres y los proselistas como el tuerto entre los ciegos. La moral es una palabra sin contenido: puro continente para atrapar adeptos, crédulos, despistados
El jueves 4 de mayo, la Asamblea Nacional rechazó por 199 votos contra 71, la propuesta de resolución del partido comunista que condenaba "la institucionalización por Israel de un régimen de apartheid".
A esta altura sería demasiado necio creer en la negligencia como fuente de unos errores que resultan ser siempre del mismo signo, que acontecen en un sentido determinado de la balanza informativa sobre un conflicto sobre el que, además, tanto y tanto se dice (demasiadas veces, sin sustancia, un puro ruido)