Así, en cambio,hacía hincapié en los dichos de fuentes palestinas, dibujando un escenario de arbitrariedad e, incluso, brutalidad israelí (es decir, la cara de la oprobiosa ocupación):
El ejército israelí registró este martes los locales del consejo estudiantil de una universidad y una asociación caritativa en el norte de la Cisjordania ocupada, informaron fuentes palestinas.
Los militares confiscaron casi todos los ordenadores y bienes en la sede de la organización Zakat de Tulkarem, afirmaron a la AFP fuentes policiales y varios testigos palestinos.
Los soldados hicieron saltar las cerraduras con explosivos y luego entraron en el local, informó la agencia oficial Wafa.
En la tercera parte del artículo de ReVista sobre Hamas – El (único) rostro de Hamas -, apuntábamos que Matthiew Levitt, Senior Fellow y director del Programa Stein en Contraterrorismo e Inteligencia en el Washington Institute , en su libro Hamas: Politics, Charity, and Terrorism in the Service of Jihad,explicaba que:
Hamas depende de sus activistas y organizaciones políticas y sociales para construir la base de apoyo para el movimiento, para detectar y reclutar a futuros operativos, para proporcionar trabajos diarios y para darle cobertura a los operativos y servir como la red de apoyo logístico y financiero de las células terroristas del grupo. Muchas veces los operativos de Hamas que dirigen las oficinas políticas y de beneficencia son, ellos mismos, actuales o ex miembros de células terroristas. Hamas es capaz de utilizar sus organizaciones públicas políticas y de beneficencia como una red de apoyo logístico y financiero para sus operaciones terroristas.
Asimismo, Ricki Hollander, analista de CAMERA,comentaba en un artículo que los comités de beneficencia de Hamás sirven, justamente, como lugares de reclutamiento y para impartir cursos de entrenamiento a terroristas; y que la recaudación de fondos de beneficencia se utiliza para posibilitar las operaciones terroristas de la organización.
Uno de los comités de Zakat (caridad)bajo control de Hamas es, justamente, el de Tulkarem (véase The United States Court of Appeals for the Fifht Circuit, Revised January 13, 2012, No. 09-10560; Uniteds States of America vs Mohammad El-Mezain; Ghassan Elashi; Shukri Abu Baker; Mufid Abdulqader; Abdulrahman Odeh; Holy Land Foundation for Relief and Development, Dec. 7, 2011; página 10, nota 1).
Mas, según publicó el diario israelí Ha’aretz (un texto de la agencia Associated Press) el mismo día 22, las fuerzas israelíes confiscaron propaganda militante vinculada a Hamas y otros grupos en la universidad.
A todo esto, recordemos que Hamas está considerada como una organización terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos y por la Unión Europea, entre otros.
¿Qué hacía material vinculado a un grupo terrorista en una universidad?
Pero el medio, pasaba de puntillas por el suceso; omitiendo y distorsionando los hechos.
Y casi al final del texto, señalaba que:
…una portavoz militar israelí afirmó que este tipo de operación contribuye a impedir nuevos atentados‘, en referencia a los ataques cometidos en los últimos meses en Cisjordania y en Israel.
Ya se sabe, entrecomillar lo que diga un israelí; no para indicar que lo escrito es una reproducción textual, sino para ponerlo en duda. Tanto, que enseguida el medio se encargaba de aclarar que son meros ataques. Ataques de nadie, contra nadie.
Los ataques, además,“son” asícasi una minucia, y no tienen nada que ver con lo que digan o hagan los líderes políticos y religiosos palestinos (con la incitación al odio y a la violencia; con la glorificación del terrorismo). Son, en definitiva, una exageración israelí. Una excusa para oprimir aún más a los palestinos. Y los ataques con armas de fuego y los atropellos… Pues nada, esos son tan pocos, que para qué mencionarlos:
Estos ataques suelen ser obra de palestinos aislados y casi siempre armados con cuchillos.