Israel comienza la construcción de un muro de separación con Líbano (30 de abril de 2012), titula el diario español El País la crónica de su corresponsal Ana Carbajosa, otorgando a la noticia un dramatismo del que carece la verdadera información.
Si uno se limita a leer el titular, parecería que Israel va a construir un muro a través de toda la frontera. De hecho, la primera frase del artículo apunta en esa misma dirección, cuando la corresponsal asegura que:
Israel ha comenzado a construir un nuevo muro, esta vez para blindar su frontera norte, la que linda con Líbano
Sin embargo, el lector que se toma la molestia de adentrarse en la noticia descubre que: el muro separará la aldea libanesa de Kfar Kila y Metula, en el lado israelí. Es decir que se trata de un muro de apenas un kilómetro de longitud que en absoluto separará la frontera de dos países sino dos poblaciones muy concretas.
Por otra parte, la periodista asegura que:
1- El muro que “rodea los territorios palestinos apenas alcanza los 4 kilómetros y por tramos separados, ya que aproximadamente el 95% es una valla de alambre. La parte de muro corresponde a zonas estratégicas concretas, y fue construida para evitar los ataques de francotiradores palestinos.“El muro de hormigón tendrá entre cinco y siete metros de altura, algo menos que el que rodea los territorios palestinos, cuyo trazado fue considerado ilegal por el Tribunal de La Haya.”
2- El Tribunal de La Haya no tiene jurisprudencia en la región y su opinión no es vinculante, ya que para ser legítima la acción del Tribunal debe ser reconocida por las partes en litigio e Israel no lo reconoció ya queel recurso a ese organismo violaba las reglas de los Acuerdos de Oslo que exigen que las disputas sean resueltas entre las partes. Al marge de esto, al emitir su opinión, el Tribunal obvió toda mención al terrorismo palestino y a los ataques suicidas sufridos por Israel, que motivaron la construcción de la valla/muro.
La periodista concluye su crónica asegurando que:
Esta nueva muralla se suma además a la que Israel está construyendo a lo largo de su frontera con Egipto
Pero una vez más, el dramatismo del lenguaje empleado no se corresponde a la verdad, ya que con Egipto Israel no está construyendo ninguna muralla sino que se trata aquí también de una valla de alambre.
No es una cuestión menor el empleo de las palabras exactas para definir lo que sucede en una región con las pasiones a flor de piel. Los medios de comunicación deben tener cuidado a la hora de añadirle más dramatismo.