Prácticamente todos los medios internacionales han ignorado una información proveniente de Francia, donde un tribunalhadictaminado quela ocupación israelí es legal.
Según publicaba el medio francés Dreuz, la Corte de Apelación de Versailles dictaminó el 13 de marzo de 2013 que la ocupación israelí de territorios reclamados por los palestinos no es ilegal.
En marzo de 2013, la decisión judicial ponía fin a un largo proceso iniciado por la Asociación Francia-Palestina Solidaridad (ASPF) y la propia Organización para la Liberación de Palestina (OLP) representada en la figura del mismísimo Mahmud Abbas.
La ASPF y la OLP denunciaron en febrero de 2007 a las compañías francesas Veolia Transport y Alstom Transport SA por haber construido, tras licitación, el tranvía de Jerusalén que atraviesa la ciudad hasta el este, parte reivindicada por los palestinos.
Respecto a la ocupación, para su denuncia, la OLP y la ASPF recurren a artículos existentes en las convenciones de Ginebra y de La Haya de 1907 y 1954. Pero la Corte de Versailles especifica que no son aplicables dichos artículos porque en primer lugar, esos acuerdos se aplican a Estados, y ni la Autoridad Palestina ni la OLP lo son. En segundo lugar, esos textos hacen referencia a “las partes contratantes” y ni la OLP ni la Autoridad Palestina firmaron nunca esos documentos.
En cuanto a las empresas de transporte, el tribunal francés, ante el cuál ya no queda apelación posible, dictamina que Israel tiene derecho a construir ya que el artículo 43 de la Cuarta Convención de La Haya de 1907 especifica que “[…] la autoridad del poder legal habiendo pasado de hecho a manos del ocupante, éste tomará todas las medidas que de él dependen para reestablecer en la medida de lo posible el orden y la vida públicos respetando, salvo impedimento absoluto, las leyes en vigor en el país”
Finalmente, la Corte condena a la AFPS y a la OLP a pagar 30.000 euros a Alstom, 30.000 euros a Alstom Transport, y 30 000 euros aVeolia Transport.
Es interesante observar cómo cuando tribunales inventados para condenar a Israel, probados personajes anti-israelíes acusan a Israel, o el Papa de turno manifiesta su rechazo a Israel, los medios corren a informar. Sin embargo, cuando un Tribunal toma una decisión legal, basada en el derecho internacional y no en una opinión personal, el silencio mediático es apabullante.
Parece que en ellos no hay cabida para los hechos. Sólo para las opiniones.