La noticia en cuestión, de acuerdo a lo que informaba el Jerusalem Post:
“El Consejo del Tribunal Supremo de la Sharía en la Franja de Gaza, gobernada por [el grupo terrorista] Hamás, ha impuesto restricciones de viaje a las mujeres solteras…”.
“… el consejo dictaminó que se “puede impedir que una mujer soltera viaje si no ha obtenido el permiso de su tutor’…”.
Hace apenas una semana, el ente de radio y televisión español, RTVE, abordaba la violencia contra las mujeres en la Franja de Gaza. “Abordar” es un término demasiado generoso. Quizás redefinir el conflicto y a sus actores sea más ajustado, porque según el ente, en el enclave costero se da “un contexto único en el que elbloqueo, la violencia y la suma de crisis conforman una tormenta perfecta con efectos devastadores para las mujeres”.
Un primer párrafo sin mencionar a Hamás, ni más ni menos, que además de ser un grupo terrorista, es un grupo integrista islámico que, en el artículo 18 de carta fundacional estipula:
“La mujer en el hogar de la familia yihadista, sea madre o hermana, desempeña el importantísimo papel de cuidar de la familia, criar a los niños según las ideas y los valores morales derivados del islam. Ella tiene que enseñarles a cumplir los deberes religiosos en preparación para el papel yihadista que les espera. Por eso es necesario prestar gran atención a las escuelas y los planes de estudios aplicados a la educación de las niñas musulmanas, para que cuando crezcan sean buenas madres, conscientes de su papel en la batalla de liberación”.
¿No existirá alguna relación causal entre la violencia contra las mujeres en Gaza y esta visión del papel, del lugar de la mujer en esa sociedad?
Como fuere, era completamente irrelevante para RTVE
Recién en el octavo párrafo (de nueve) aparecía Hamás:
“Bajo la dirección de Hamás. la Franja apenas ofrece asistencia a las víctimas o rendición de cuentas para los culpables. Y el bloqueo impuesto por Israel y las restricciones egipcias las mantienen atrapadas”.