1. CONFUSIÓN:
No hay sustrato, no hay contexto, no hay explicación: sólo “fenómenos”. Y como los fenómenos están aislados, son indiferenciables y se presentan como parte de una confusa “reyerta”, de un “ida y vuelta de agresiones”.
Así, por ejemplo, titulaba la CNN, un día en el que seguían los atentados, cobrándose la vida de al menos tres judíos:
Las tensiones escalan entre israelíes y palestinos con 4 nuevos ataques
2. RELATIVISMO:
En este relativismo mediático, toda explicación desaparece cuando elagresor resulta ser un árabe o palestino. Víctimas y verdugos contabilizados por igual.
En este sentidotitulaba por ejemplo Radio Televisión Españolaun textoen su webel 13 de octubre de 2015:
3. JUSTIFICACIÓN:
La Vanguardia, por su parte,generalizaba definiéndolo todo como una”semana trágica”, y decidía poner el foco en la respuesta policial, inventándose la existencia de videos de “ejecuciones extrajudiciales por la policía israelí” para justificar los asesinatos de judíos.
De hecho, parte del problema de los medios ha sido no sólo el relativismo y la ocultación de la identidad de la víctima, sino que en algunas ocasiones, aparecen “explicaciones” que son, en realidad, coartadas, dispensas, líneas de inmunidad tendidas al perpetrador.
“Explicaciones” que no explican nada, a la vez que transfieren la responsabilidad a la víctima: culpable así de su asesinato. Esto es algo que hemos podido ver no sólo en artículos publicados, como el anterior de La Vanguardia, sino también tesis defendida por los propios periodistas en las redes sociales.
Un buen ejemplo lo ofrece el corresponsal del diario ABC:
Una instantánea que no dice más que el instante. Pero la premisa parecía ser la de crear un”héroe”; y de crear un estado emocional concreto.El video no es más que el de un anciano que le grita a unos soldados y cae al tropezar. El anciano palestino sabe perfectamente que los soldados no le van a disparar, a pesar de lo que intente hacer creer ABC.
En definitiva, los palestinos, según esta visión mediática son sujetos pasivos que, llegado cierto momento, ante la falta de perspectivas, ante la imposibilidad de crear las condiciones de su propio bienestar – ante la “opresión” -explotan.Mientras sus líderes yacen, siempre, igualmente impotentes ante esta “realidad”.
Y, si esto es así, ¿a quién, sino a Israel, apuntará el dedo?
¿Así sería a cobertura de ataques de ETA? ¿Se transformaría al perpetrador en una víctima de las circunstancias? ¿Invertirían la realidad de esta manera?
Hace años, España lamentaba que los medios franceses vendieran una imagen edulcorada del grupo terrorista ETA, que sólo dieran voz a los terroristas, que justificaran sus crímenes hablando de “tortura” practicada en España, etc…
Pero si los terroristas matan judíos, entonces parece que sí se justifica.