Lo de siempre: hoy ejecutado por Europa Press

La pauta parece ser rebajar siempre al menos un grado las acciones tanto de los grupos palestinos, sus líderes y organismos, como de aquellas organizaciones o personas que los apoyan; o que, mejor dicho, se sirven de la llamada “causa palestina”, para denigrar a Israel en el foro mediático y institucional internacional.

Lo propio de una agencia de relaciones públicas y propagandistas. El caso es que esta “norma” la siguen medios de comunicación. Occidentales, para más inri. O para más espanto.

Por ejemplo, la agencia de noticias española Europa Press dedicaba (24 de febrero de 2025) diez párrafos a la noticia de la expulsión, a su llegada a Israel, a dos parlamentarias europeas. Pero, siguiendo esta aparente regla, decidía omitir el meollo del asunto: ¿Por qué se les negó el ingreso?

La agencia decía que “según informa el diario The Times of Israel” por “fomentar el boicot contra Israel”. Y en esa oración escasa, aplicaba la rebaja. El motivo esgrimido por Israel debía parecer banal, casi berrinchudo: es que el llamado al boicot pura y exclusivamente contra el único estado judío – y no contra Irán, Turquía, China, Catar y tantos estados donde los derechos humanos son violados sistemáticamente – ya ha sido naturalizado como tantos otros aspectos del antisemitismo.

Pero volviendo a lo que decía; o, antes bien, a lo que censuraba la agencia, el propio medio israelí que citaba lo indicaba claramente el mismo día: se prohibió la entrada en el país a la eurodiputada Rima Hassan – siria nacionalizada francesa, del partido de Melenchón – debido “a sus comentarios pasados en los que animaba a boicotear y sancionar a Israel y a luchar armadamente contra él”. Acabáramos.

Vamos, por sus llamados a la violencia contra Israel.

De hecho, el Jerusalem Post informaba en julio de 2024 que “Hassan se refirió a los atentados [el ataque de Hamás y otras organizaciones terroristas palestinos del 7 de octubre de 2023] como ‘legítimos’, una declaración que suscitó duras reacciones de diversos sectores, entre ellos autoridades judiciales y personalidades políticas de Francia”. Y añadía que “las autoridades francesas la citaron para interrogarla, por considerar que los comentarios podían hacer apología del terrorismo”.

El momento para realizar su viaje, por otra parte, más que obedecer a una agenda “política”, parecía pertenecer al campo de la provocación. Pocos días después del regreso de los restos de los niños Kfir y Ariel Bibas a Israel. Poco después de la macabra escenificación de Hamás para entregar sus cadáveres a la Cruz Roja – que no se dignó en visitar en ninguno de los rehenes. Poco después del apoyo manifestado por numerosos gazatíes en esa ceremonia del horror; casi como el día que llevaron a los secuestrados y asesinados y los pasearon por las calles de Gaza. Y poco después de acusar a Israel en una publicación en X de matar a los niños aunque la realidad era bien otra: “Los análisis forenses de Kfir y Ariel también demostraron que fueron asesinados a sangre fría por sus captores en Gaza”.

Pero la Hassan intentaba desviar la atención, sustraer la responsabilidad de Hamás, toda vez que promovía la propaganda difundida por dicho culto genocida, para, cuanto menos, instalar la ilusión de una disputa de “versiones” – donde, se porfía, Hamás tiene la misma legitimidad que el estado democrático de Israel.

Todo esto era omitido por Europa Press. En su lugar, rellenaba espacio con declaraciones trilladas dirigidas contra el estado judío. Lo de siempre. Porque esta práctica no es casual. No es un error. No a esta altura. Es el funcionamiento habitual en muchos medios en español: hacer de difusores y, a la vez, protectores de la “narrativa” e imagen palestina. Unos medios dedicados al bricolaje de la realidad para aparentar verosimilitud y dar coherencia a la fabricación, el fake, la propaganda, y al alejamiento de los valores que invocan, pero no ejercen.

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