A saber si la propaganda fue siempre tan chapucera. O, puesto de otra manera, acaso quienes buscaba hoy una justificación para su convencimiento prejuicioso en ella, están más desesperados por ese armazón notorio, o están, lisa y llanamente, menos dotados para, o menos interesados en el discernimiento.
En suceso del día 24 de marzo de 2025 volvía a mostrar con nitidez cómo funciona la propaganda pro-islamista – ya sea en auxilio de Hamás, Catar, Hizbulá o el régimen de los ayatolás. Censura un dato imprescindible para comprender el hecho y, en su lugar, ensalza la ficción cuasi mística que ha de imponer la credulidad emotiva sobre la razón factual.
Así, Hossam Shabat, muerto en una acción llevada a cabo por el Ejército Israelí, era presentado como simplemente como un “periodista” de la cadena catarí (el mismo estado que financia a Hamás y hospeda a parte de su liderazgo) Al Jazeera. Y, como tal, como una suerte de ángel de la verdad. Casi un santo de la información.
Pero la verdad que se ocultaba detrás de esa alabanza caricaturesca, muy a su pesar, era bien otra. El “periodista” era un francotirador de Hamás.
Como se señalara, Hossam Shabat era, según el Ejército de Israel (FDI), y tal como indicaba el diario israelí Times of Israel, un francotirador del batallón Beit Hanoun de Hamás. Las fuerzas armadas israelíes añadían que durante el transcurso de la guerra “Shabat llevó a cabo atentados y participó en actividades terroristas contra fuerzas de las FDI y ciudadanos del Estado de Israel”.
En su cuenta de X, las FDI publicaban documentos de Hamás que, afirmaban, acreditaban la pertenencia de Shabat a dicho grupo terrorista.
Por otra parte, aunque también en X, el articulista e investigador Eitan Fishberg, publicaba pantallazos de la elocuente vida digital de Shabat y su afinidad con los “héroes” de Hamás del 7 de octubre de 2023.
Esta misma red social descubre las filias o, acaso, las sumisiones, de tantos que, también con la credencial de periodistas (recurso trillado si los hay), ejercen otra labor bien distinta: la de propagandistas o transformadores de la realidad; en resumen, cuidadores de la imagen de grupos y regímenes islamistas.
Hoy, pues, toca Shabat y su laudatorio; y siempre toca “genocidio” espolvoreado con “colonialismo” y “apartheid”. Tropos viejos apenas adaptados a la actualidad. De un lado, “víctimas”, del otro, los judíos. Como siempre, vamos.