Así, el rabino era un “activista de extrema derecha”; y su victimario sospechado, “un palestino”.
¿Lo implícito? ¿El odio judío desencadena respuestas desesperadas?
Vayamos a la cobertura.
Por ejemplo, la agencia española de noticias Europa Press decía:
“La Policía de Israel ha anunciado este jueves la muerte del presunto responsable del tiroteo registrado a última hora del miércoles en Jerusalén en el que resultó herido el activista israelí de extrema derecha Yehuda Glick.
[…]… Glick, portavoz de una organización que reclama la entrada de los judíos en la Explanada de las Mezquitas, reservada a los fieles musulmanes”.
Europa Press no señalaba que el lugar es el más sagrado del judaísmo (el tercero para los musulmanes), y que también se conoce como Monte del Templo. Dando así la idea de que se pretende ocupar un lugar musulmán.
Por su parte, el diario El País titulaba su crónica sobre la noticia de la siguiente manera:
“El intento de asesinato de un judío ultranacionalista eleva la tensión”
Y enseguida destacaba:
“La Policía israelí mata a un palestino sospechoso del ataque a tiros a un judío en Jerusalén”
En el texto indicaba, a su vez, que:
“… el hombre, ha indicado la misma fuente, había sido detenido en 2002, durante la Segunda Intifada, y había pasado diez años en prisión por ‘actividades terroristas’ aún no especificadas. Salió libre en 2012”.
El también español diario ABC apuntaba que:
“La Policía israelí ha matado este jueves a tiros a un palestino al que perseguía por su supuesta implicación en el intento de asesinato del rabino Yehuda Glick, destacado activista ultranacionalista…
[…]El sospechoso muerto ha sido identificado por fuentes palestinas como Mutanaz Hijazi, de 32 años, y, según la radio pública israelí, había cumplido diez años de prisión por delitos relacionados con la seguridad”.
¿Qué delitos? ¿Pertenecer al crimen organizado? ¿Realizar fraudes?
En tanto, El Mundo realizaba una cobertura más equilibrada:
“Tras varias horas de persecución, agentes de la unidad de la lucha antiterrorista de la Policía israelí han matado esta mañana en Jerusalén Este a Mutaz Higazi (32), ex preso palestino perteneciente a la Yihad Islámica. Según los servicios secretos internos, Higazi que se resistió a la detención disparando desde el tejado de un edificio del barrio palestino de Abu Tor, intentó asesinar anoche al rabino Yehuda Glick (49), líder derechista del movimiento ‘Fieles del Monte del Templo’”.
Bueno, el diario español aportaba una información que hasta el momento le había sido negada al lector: el presunto agresor pertenecía a la Yihad Islámica, considerada una organización terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros.
Alguien que pertenece a una organización terrorista, ¿podría ser definido como “ultra”?
En esta crónica, Glick pasaba a ser simplemente un “líder derechista”.
El Mundo también aclaraba que:
“Glick participó anoche en la conferencia ‘Israel regresa al Tercer Templo’ celebrada en el Centro Beguin de Jerusalén y que citó a seguidores y partidarios de su polémica campaña a favor del rezo de judíos en la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo”.
A la vez que recordaba las palabras recientes de Mahmoud Abbas:
“Hay que evitar por todos los medios posibles que judíos radicales contaminen y profanen el lugar sagrado para los musulmanes”.
Un dato llamativo que surge de la cobertura de este suceso es la proclividad de los medios de comunicación en español a definir algo que no explican. Así, el rabino Glick resultaba ser, en sus crónicas, un “ultranacionalista”, de “extrema derecha”. Pero, ¿por qué?
Eso es algo que a los lectores ya les viene dado.
La agencia de noticias Efe también seguía el patrón de definiciones, e indicaba que:
“La Policía israelí mató hoy a tiros a un palestino al que perseguía por su supuesta implicación en el intento de asesinato del rabino Yehuda Glick, destacado activista ultranacionalista…
[…]
El sospechoso muerto fue identificado por fuentes palestinas como Mutanaz Hijazi, de 32 años, y, según la radio pública israelí, había cumplido diez años de prisión por delitos relacionados con la seguridad.De momento, ninguna organización armada ha asumido la autoría del intento de asesinato del rabino, un conocido dirigente del ala ultranacionalista que aboga por levantar un Tercer Templo en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén”.