Un presidente pragmático no es un presidente “moderado”
Es más, Rohani fue el negociador jefe iraní en cuestiones nucleares entre agosto de 2003 y octubre de 2005, y según informaba el Jerusalem Post (07/02/2013), dijo durante un discurso ante el Consejo Supremo de la Revolución Cultural en 2004 – donde explicaba cómo procedía durante las conversaciones nucleares con Gran Bretaña, Francia y Alemania – que:
“Mientras hablábamos con los europeos en Teharán, estábamos instalando equipamiento en parte de las instalaciones de Isfahan. Creando un ambiente distendido, fuimos capaces de completar el trabajo allí”.
Pero claro, eso es el pasado. Y el pasado, al parecer, no debe estorbar las ilusiones del presente que miran hacia un futuro límpido y preñado de confraternizaciones.
Pero sigamos.
Ahora, con Ali Younesi, una persona muy cercana a Rohani; tanto, que esuno de sus asesores – y ex ministro de Inteligencia entre los años 2000 y 2005, durante la presidencia de Jatamí. En su discurso del 8 de marzo de 2015 – que fue publicado por la agencia de noticias iraní ISNA el mismo día – en la conferencia “Irán, Nacionalismo, Historia y Cultura”, celebrada en Irán , Younesi aseguró que Irán es nuevamente un Imperio, como lo fue en el pasado, y que su capital, Iraq, es “el centro del patrimonio, cultura e identidad iraníes”, delineando, según MEMRI, las fronteras del Imperio Persa o, en palabras de Younesi, del “gran Irán”, en el que incluyó países desde China, el subcontinente Indio, norte y sur del Cáucaso y el Golfo Pérsico.
Nada, “moderación” y promesas de paz…
Asimismo, el diario Ha’artez informaba el 23 de marzo de 2015, que el Comandante de las fuerzas de élite Quds – “el ala externa (en el extranjero) de la Guardia Revolucionaria” -, Qassem Soleimani – quien figura en la lista de personas y entidades del Consejo de la Unión Europea, a las que se les aplican medidas específicas de lucha contra el terrorismo -, durante una conferencia con jóvenes en Irán, dijo que creía en la capacidad de Teherán para controlar los eventos en Jordania, tal como lo hace en Iraq y el Líbano. Era la primera vez, remarcaba el diario israelí, que un alto oficial iraní discutía abiertamente las ambiciones iraníes en Jordania.
La agencia de noticias de los estudiantes iraníes citó – según Ha’artez – a Soleimani diciendo que Irán tiene presencia en el Líbano e Iraq y que ambos países están cediendo a los intereses iraníes. Añadió también, que Irán tiene la capacidad para controlar a Jordania de la misma manera. Soleimani dijo que las revoluciones en el mundo árabe están adquiriendo lentamente un tono musulmán, similar al de la revolución islámica iraní, y que Teherán debe proporcionar ayuda y orientación a estas revoluciones.
Pero volvamos con el presidente iraní; el “adalid” del acercamiento a Occidente.
Decía el analista de CAMERA, Eric Rozenmann, que Rouhani, al parecer, también fue miembro de un comité secreto (Vijeh) encargado de supervisar asesinatos de opositores al régimen y alentó la represión mortal de las protestas iraníes en 1999, según informó Goodman el 20 de junio (“Presidente electo iraní en consejo de asesinato,” Free Beacon).
Irán: terrorismo yasesinatos en el extranjero
Además, en 2013, y según informaba el diario argentino Infobae:
“…el fiscal General de la causa AMIA Alberto Nisman, acusó – aquí un sumario del informe – al régimen iraní de haber armado una red terrorista en Sudamérica tendiente a cometer atentados en diversos países de la región.
Según las pruebas con que cuenta Nisman, Irán infiltró agentes de inteligencia en Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam, llamadas en la causa ‘estaciones de espionaje’ que operarían en esos países bajo órdenes del gobierno iraní.
[…]Las pruebas que presentó Nisman indicarían que el país más ‘infiltrado’ por Irán es Guyana, en cuyo territorio operó Abdul Kadir, ex parlamentario, ex Alcalde de la Ciudad de Linden… Hoy, Kadir purga una condena de prisión perpetua por el frustrado atentado contra el aeropuerto norteamericano J.F. Kennedy, de Nueva York”.
Los fiscales de la Unidad de Investigación de la Oficina del Fiscal Generalanalizaron, para sostener su afirmación, varios casos que muestran similitudes y paralelismos entre los eventos acaecidos. Entre ellos:
|
En su edición del 25 de marzo de 2015 El País publicaba un artículo de opinión en el que se señalaba:
“Ahora, de repente, Irán nos tiene que parecer un país honesto, amigable, con el que iniciar un trato tú a tú, una especie de noviazgo. ¿Qué ha cambiado, en Irán? Todo el mundo sabe que nada. Tan solo el nuevo presidente, el clérigo Rohaní, usa un lenguaje menos áspero, menos violento que su antecesor. Pero las amenazas de destrucción a Israel no se han retirado. Ni se ha retirado la política represora contra su propia población. Ni que decir tiene contra las mujeres, la oposición, los artistas, los intelectuales, los homosexuales y tantos otros ciudadanos que carecen de todo derecho. Por razones geopolíticas –o de economía– Estados Unidos ha optado por negociar sobre un aspecto de enorme peligro para el mundo: el potencial nuclear”.
En Irán no ha cambiado nada. A lo sumo, los medio, más pragmáticos, para perseguir los fines de siempre.
Donde parece haber habido un cambio, es en la mayoría de la prensa en español (y de los gobiernos europeos, y de Estados Unidos): los ojos que veían, ahora han decidido no ver.
Así, entre las omisiones mediáticas, los gobiernos europeos se lanzan a seducir a los capitales iraníes (sin importar su participación en la guerra siria, ni los derechos humanos en su país, ni que la justicia argentina reclame a varios de sus líderes para poder iniciar el juicio por el atentado que asesinó a 85 civiles en Buenos Aires). La “moral” se practica con un fiel trucado y una balanza coja.
Ya lo decía Quevedo:
“Madre, yo al oro me humillo, Él es mi amante y mi amado, Pues de puro enamorado Anda continuo amarillo. Que pues doblón o sencillo Hace todo cuanto quiero, Poderoso caballero Es don Dinero”.