Si A apuñala/dispara a B; A es el agresor/victimario
Si A, en el acto de apuñalar/disparar a B, es abatido; A sigue siendo el agresor/victimario
Bien, teniendo esto en cuenta y que otros han sido abatidos en enfretamientos violentos con la policía (no mientras iban al trabajo, volvían del colegio; de camino a las compras, a ver a un amigo…) , veamos cómo, ya en el primer párrafo, Clarín (15/10/2015) postulaba a los agresores (palestinos) como víctimas:
Varios partidos políticos palestinos llamaron a la celebración de un viernes de la ira para protestar hoy contra las medidas draconianas que acaba de adoptar el Gobierno de Israel de cara a sofocar la ola de violencia que comenzó el pasado 1° de octubre y que ya se ha cobrado la vida de 32 palestinos (incluidos varios atacantes) y 7 israelíes. Tanto el movimiento islamista Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza desde junio de 2007, como el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), han amenazado con avivar los disturbios a lo largo de una jornada que podría resultar sangrienta.
Sería interesante conocer cuáles son esos varios partidos políticos que llaman a encender más los ánimos. ¿Serán los mismos que, desde la oficialidad, incitan al odio y la violencia desde hace ya tanto tiempo? ¿Serán todos simplemente partidos políticos según se entiende el término en occidente?
A la redactora no le resultaba extraño que los agresores llamaran, ni más ni menos, a un viernes de la ira. Sobre todo, cuando la propia población palestina no ha llamado masivamente a un día de la paz, la convivencia para condenar los atentados contra israelíes. Al parecer, se pretende normalizar el hecho de que se llame a un día de la ira que puede, justamente, resultar en más derramamiento de sangre – ¿qué otra cosa puede esperarse de un día de la ira? -… Es decir, en más violencia. La misma que comenzó con los atentados palestinos contra israelíes.
¿Se vé la paradoja?
El agresor, reconvertido en víctima, llama a un día de furia (otro más) enel que, muy probablemente, se derramará más sangre, que se sumaráa la ya derramada inicialmente por el propio agresor que se “enfurecerá” ante la respuesta a su agresión y llamará a un “día de la furia” y…
Acto seguido, hablaba de ola de vilencia – abstracta, sin inciadores, sin culpables y, no contenta con confundir a las víctimas con los victimarios, priorizaba a éstos como víctimas de esa ola sin rostro, sin causantes.
Pero había más; al parecer, siete líneas sobran para pervertir los hechos, para impostar otra realidad, en la que Hamas es sólo un movimiento islamista, aunque para la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros, se trate, claramente, de un grupo terrorista.