Suponga usted que está en una cena con amigos. Y que, en el transcurso de la misma, donde la narración de anécdotas suele ser casi una forma de prestigio, usted refiere un suceso. El asunto que menciona tiene como personaje principal a Fulano Mengánez. Usted relata dos o tres cuestiones recargadas de moralina y de información inverificable, y termina la exposición. ¿Cree realmente que nadie le preguntaría quién en Fulano? ¿Que no inquirirían por algo de su implicación, su interés personal en lo relatado? Si es así, usted no ha estado jamás en una reunión de amigos. Conocerá, a lo sumo, el ejercicio del soliloquio.
Y, si usted es un periodista, no tiene usted ni la más mínima idea sobre los rudimentos básicos de la profesión que dice ejercer. Como no sea usted uno de los varios que se dedican a esa otra práctica que hurta hechos, explicaciones y argumentos, para promover unas ciertas emociones, una cierta idea de mendaz consenso.
La crónica del 19 de noviembre de 2024 del diario El Independiente entraba dentro de esta última praxis.
Presentaba unas declaraciones de un diputado árabe en el Parlamento israelí, Ayman Odeh, pero no le informaba a su audiencia quién es ese parlamentario, es decir, a qué inclinaciones ideológicas suscribe; ni qué representa el partido que lidera.
El analista de CAMERA Sean Durns mencionaba en 2020 que Tablet Magazine documentó en 2019, que “la Lista Conjunta [liderada por Odeh], tristemente, sigue siendo un partido vehementemente antisionista [oposición al derecho a la autodeterminación judía] cuyos miembros han expresado a menudo su apoyo a terroristas convictos”.
Refería el caso del miembro de la Lista Conjunta, Haba Yazbak, que elogió a Samir Kuntar, un terrorista que asesinó a una niña israelí de cuatro años llamada Einat Haran golpeando su cabeza contra una roca frente a su padre. O el colíder del partido Mtanes Shehadah, que publicó en 2019 una foto suya en Facebook abrazando a Samir Sarsawi, un terrorista que había pasado 30 años en la cárcel por lanzar granadas de mano contra peatones judíos en Haifa.
En 2020, Odeh, que, vale la pena recordarlo, es un legislador electo en Israel, participó, según explicaba el también analista de CAMERA Hanan Aminur, en una conferencia de prensa conjunta entre Fatah y… el grupo terrorista Hamás.
Ese mismo año, y con motivo de la firma de los acuerdos de paz entre Israel y varios países árabes, apuntaba Durns, Odeh manifestó su oposición a dichos tratados. Y expresó su desacuerdo ni más ni menos que en una entrevista con el brazo propagandístico de Hizbulá, el canal Al Manar. Allí señaló que no es Irán el problema regional, sino Israel, su “ocupación”. Que se le cuenten a los civiles sirios, a los libaneses, iraquíes, yemeníes, kurdos…
Conociendo este prontuario ideológico, este posicionamiento indudable, las declaraciones adquieren el valor que deben tener: interesadas, conteniendo muy probablemente falsificaciones o adulteraciones.