En eso, precisamente, anda la agencia española de noticias Europa Press a la hora dedar cuentasobre el conflicto palestino-israelí.
Así, el 6 de abril de 2016 ofrecía un ejemplo más de esta desidia profesional, al abordar los cortes de luz a usuarios palestinos por parte de la Corporación Eléctrica de Israel (CEI) debido a los multimillonarios impagos de la Autoridad Palestina.
Así, se ha referido [el vicealcalde de Hebrón] a los mismos como decisiones políticas para ejercer presión sobre la AP’, asegurando que la Compañía Eléctrica de Hebrón ha cumplido con sus pagos con la CEI durante los tres últimos años, según ha informado la agencia palestina de noticias Ma’an.
El presidente de la CEI, Yiftah Ron Tal, declaró:
No conozco ninguna otra compañía que acordara no hacer nada respecto de una deuda de 460 millones. Es hora de poner fin a una situación en la que las deudas aumetan. No tenemos otra alternativa que limitar la potencia proporcionalmente de manera inmediata. Insto a aquellos en posiciones de autoridad, a que nos ayuden a cobrar las deudas.
Por su parte, según el medio israelí, el director de la Compañía de Electricidad del Distrito Árabe de Jerusalén, Hisham al-Omari, dijo que el gobierno de la Autoridad Palestina no ha respondido sobre los 132 millones de dólares que adeuda, que es aproximadamente un tercio de lo que esta firma le debe a la CEI.
Pero a un impago crónico, Europa Press decidía, junto a las voces palestinas, convertirlo en decisiones políticas para ejercer presión sobre la Autoridad Palestina, en un castigo colectivo; es decir, en una arbitrariedad más de la ocupación israelí.
¿No sería periodísticamente pertinente perguntar dónde está ese dinero adeudado?