El reportaje original, Contravención de la ley – Una violación lleva a otra, se basó en información descrita como datos gubernamentales filtrados; y actualmente, a través de las leyes de Libertad de Información israelíes, Paz Ahora ha obtenido acceso a información actualizada, que presenta como confirmatoria de sus declaraciones originales. Sin embargo, Paz Ahora tiene que admitir que ha cometido un error enorme respecto a Ma’ale Adumim, un error de 15.900 por ciento. Los nuevos datos muestran que sólo el 0.54% de la tierra de Ma’ale Adumim aparentemente es palestina, en lugar de 86.4% reportado. Además, Paz Ahora omite cualquier mención a su extremadamente serio error, tanto en el comunicado de prensa publicado en su sitio web en EE. UU. como en la publicación realizada en su sitio web israelí. Sólo en el medio de su reportaje actualizado, extrañamente titulado Culpable, Paz Ahora se las ingenia para transmitir sus declaraciones actualizadas con respecto a la tierra de Ma’ale Adumim.
Este tipo de error enorme, reconocido a regañadientes y en forma tan engañosa, plantea preguntas serias acerca de la credibilidad de Paz Ahora y la fiabilidad del resto de sus declaraciones (que mencionan que la mayoría de los otros asentamientos también violan “tierra palestina privada”). Si pudieron hacer una declaración tan claramente absurda acerca de Ma’ale Adumim, y era claramente absurda, entonces, ¿cómo podemos creer en sus aseveraciones acerca de la situación de otras comunidades?
Además, en ninguna parte de su reportaje actualizado Paz Ahora aborda los problemas más amplios que también afectaron su reportaje anterior:
1. Los mapas gubernamentales que utiliza Paz Ahora no se basan en la propiedad real de la tierra, sino en las reclamaciones a la propiedad de la tierra de los palestinos. Por ejemplo, en Ma’ale Adumim de hecho se dieron reclamaciones de tierra por parte de palestinos (o más precisamente de beduinos), pero al investigar éstas se encontró que eran infundadas, como los mismos demandantes admitieron eventualmente. Esto quizás podría explicar por qué en este caso hubo un cambio enorme en el mapa.
2. Paz Ahora continúa ignorando falsamente detalles cruciales de la ley agraria de Cisjordania, concretamente ignora que:
(A) Bajo el código de Tierra Otomano, que Israel heredó prácticamente intacto de soberanos anteriores, la mayoría de la tierra de Cisjordania utilizada por los asentamientos israelíes, al encontrarse bastante lejos de otras áreas urbanas, esta tierra es mewat o tierra baldía, que siempre le pertenece al estado y legalmente no puede pertenecer a personas privadas.
(B) Cualquier tierra utilizada para asentamientos que no era tierra mewat, con certeza era tierra miri, que significa la tierra del emir, o el soberano. La tierra miri es tierra estatal sobre la cual una persona privada puede obtener ciertos derechos de uso por el hecho de cultivarla, algo así como los derechos del precarista. Sin embargo, estos derechos expiran una vez que la tierra deja de cultivarse; pero por el hecho de que alguien tuvo alguna vez el derecho de usar la tierra (incluso hace cientos de años) esta todavía podría estar inscrita en el registro catastral, aún mucho tiempo después de que los derechos hubieran expirado. Aparentemente Paz Ahora cuenta como “tierra privada palestina” cualquier tierra sobre la cual cualquier palestino logró alguna vez este tipo de derechos al cultivarla. Esto hace que el término “tierra privada palestina” que utilizan resulte desatinado.
En su reportaje original Paz Ahora culpa a Israel de “privar a miles de palestinos del derecho humano básico de posesión”. Los cuestionamos al respecto entonces y repetimos este cuestionamiento ahora. Si afirman que la tierra es “tierra privada palestina”, que especifiquen los nombres de los propietarios. ¿Cuáles personas poseyeron esta tierra, cuáles son sus nombres, cuáles fueron los límites de las parcelas y dónde están las escrituras? Si no pueden responder a preguntas tan básicas y obvias, sus declaraciones originales y actualizadas son realmente infundadas.
Cobertura de los medios de comunicación
Desafortunadamente, la información de las declaraciones de Paz Ahora, reportada por el “periódico encargado”, el New York Times, y a la vez por Clarín de Argentina, también fue poco precisa, con un artículo falto de sentido crítico escrito por el jefe del medio informativo, Steven Erlanger, que copió en su mayor parte el comunicado de prensa de Paz Ahora. Este último artículo fue similar al reportaje crédulo que ambos periódicos hicieron circular en noviembre, cuando Paz Ahora publicó su reportaje original (ver artículo completo de Clarín a continuación).
De nuevo Erlanger omitió citar a expertos israelíes independientes, conocedores de asuntos concernientes a tierras, que podrían haberle explicado las razones legales e históricas básicas de por qué las afirmaciones de Paz Ahora eran inverosímiles. En lugar de incluir a estos expertos, Erlanger citó sólo portavoces oficiales, que comprensiblemente eran incapaces de decir gran cosa debido a que el reportaje de Paz Ahora recién se había publicado.
Además de omitir citar fuentes contrarias competentes, en el artículo original en el New York Times Erlanger también enterró el error garrafal de Paz Ahora con respecto a Ma’ale Adumim en el octavo párrafo, y más bien escogió repetir y resaltar inicialmente las acusaciones de la organización. Aunque los párrafos primero y tercero efectivamente le atribuían declaraciones a Paz Ahora, el resto del artículo transmitía las acusaciones de Paz Ahora como si fueran hechos comprobados. Incluso los titulares del periódico (que el reportero generalmente no escribe) decían “Un inédito mapa israelí, a favor de los palestinos”. De hecho, esto no es lo que muestran los datos, es solamente la interpretación tendenciosa de estos datos que hace Paz Ahora.
A finales del tercer párrafo Erlanger no mencionaba las declaraciones de Paz Ahora, sino la supuesta confirmación de las declaraciones:
Esta persona, que tiene contactos frecuentes con la Administración Civil, dijo que, junto con el funcionario, querían exponer lo que consideran violaciones en gran escala de los derechos de propiedad privada palestinos por parte del gobierno y de los colonos.. (Énfasis en el artículo original).
Por supuesto, no hubo tal confirmación. En el resto del artículo, Erlanger continúa describiendo los alegatos de Paz Ahora como si fueran un hecho comprobado:
En asentamientos destacados que Israel piensa conservar en caso de un acuerdo fronterizo final, la información muestra, por ejemplo, que 86,4% de Maale Adumim, un extenso suburbio de Jerusalén, es privado; y también lo es 35,1% de Ariel.
En cada uno de estos casos, esto no es lo que dicen los datos oficiales, es lo que dice Paz Ahora.
Por otra parte, un artículo de Associated Press, titulado Base de datos militar entregada a Paz Ahora muestra poca tierra incautada a palestinos para construir el mayor asentamiento de Cisjordania, empezaba con el hecho de que Paz Ahora fue forzado a admitir que sus declaraciones originales sobre Ma’ale Adumim estaban sumamente infladas:
Según lo que reportó un grupo contrario a la colonización el miércoles, una base de datos militar, que se les entregó por presión de la corte de justicia, muestra que se incautó a los palestinos muy poca tierra privada para construir el asentamiento más grande de Cisjordania.
Las nuevas cifras son inmensamente menores que las cifras que Paz Ahora publicó en un reportaje en noviembre, basado en información filtrada.
En este caso, la AP lo entendió bien, no así el New York Times y Clarín. Nos preguntamos, ¿qué pasará cuando se fuerce a Paz Ahora a revisar sus cifras con respecto a otros asentamientos, tales como Ariel? ¿Escribirán Clarín y el New York Times otro artículo, esta vez destacando como un dato verdadero cualquier declaración que emita Paz Ahora y cuya falsedad aún esté por demostrarse?
Clarín.com Miércoles 22 NOV 2006
http://www.clarin.com/diario/2006/11/22/elmundo/i-02202.htm
Un inédito mapa israelí, a favor de los palestinos
ASENTAMIENTO. Un 86% del barrio israelí de Maale Adumin (foto) estaría sobre tierras privadas palestinas. (NYT) (descripción de foto)
Steven Erlanger THE NEW YORK TIMES. ESPECIAL
Un grupo de interés israelí, utilizando mapas y cifras que se filtraron en el gobierno de Israel, afirma que 39% de la tierra donde se encuentran asentamientos israelíes en Cisjordania es propiedad privada de palestinos.
Israel siempre ha dicho que respeta plenamente la propiedad privada palestina en Cisjordania y solamente toma tierras allí legalmente o, por razones de seguridad, en forma temporaria.
Si grandes partes de esos asentamientos realmente son propiedad privada palestina, el hecho seguramente le generará problemas a Israel y complicará aún más la ya lejana perspectiva de una paz negociada.
Las nuevas denuncias sobre la propiedad palestina provienen, aparentemente, de una base de datos del año 2004 de la Administración Civil israelí, que controla los aspectos civiles de la presencia israelí en Cisjordania. La información, constituida por mapas que muestran el registro público de la tierra por categorías, fue entregada al grupo israelí Peace Now (Paz Ahora) por alguien que la obtuvo de un funcionario de la administración. The New York Times habló con quien recibió el material del funcionario y aceptó no revelar su identidad en razón de lo delicado del tema.
Esta persona, que tiene contactos frecuentes con la Administración Civil, dijo que, junto con el funcionario, querían exponer lo que consideran violaciones en gran escala de los derechos de propiedad privada palestinos por parte del gobierno y de los colonos. El gobierno se ha negado a entregar el material directamente a Peace Now, que lo solicitó de acuerdo con la ley de libertad de información de Israel.
Shlomo Dror, vocero de la Administración Civil, dijo que no podía hacer ningún comentario sobre los datos sin estudiarlos previamente. Comentó que a veces los palestinos venden tierras a los israelíes pero no quieren admitir la venta públicamente porque temen ser considerados colaboracionistas.
En asentamientos destacados que Israel piensa conservar en caso de un acuerdo fronterizo final, la información muestra, por ejemplo, que 86,4% de Maale Adumim, un extenso suburbio de Jerusalén, es privado; y también lo es 35,1% de Ariel.
El informe no incluye a Jerusalén, anexada por Israel, y que no es considerada parte de Cisjordania, pese a que buena parte del mundo considera Jerusalén Este ocupada. Buen parte del mundo también considera que los asentamientos israelíes en tierra ocupada son ilegales de acuerdo con el derecho internacional.
Por otra parte, las definiciones de tierra privada y estatal son complicadas, dadas las diferentes administraciones de Cisjordania que se remontan al Imperio Otomano, el mandato británico, Jordania y ahora Israel. Durante el Imperio Otomano, solo pequeñas zonas de Cisjordania estaban registradas a nombre de dueños específicos y a menudo los lugareños mantenían la tierra en común para no pagar impuestos. Los británicos iniciaron un registro catastral más formal sobre el uso de la tierra, el pago de impuestos y la propiedad de casas que continuó hasta el período jordano.
Grandes zonas de tierra agrícola aparecen registradas como tierra estatal; otras zonas fueron confiscadas o requeridas por los militares israelíes después de 1967 por razones de seguridad, pero esas requisiciones teóricamente eran temporarias, debían ser renovadas y no cambiaban la propiedad legal de la tierra, dijo Dror, el vocero de la Administración Civil.
El premier israelí Ehud Olmert dice que Israel conservará un 10% de la Cisjordania ocupada, con Jerusalén Este incluida, posiblemente en un canje por tierras en otra parte. La zona que Israel pretende guardar está marcada aproximadamente por la ruta del muro de separación inconcluso, que corta Cisjordania y fue pensado para frenar a los terroristas suicidas palestinos. No obstante, Olmert la describe como una frontera putativa. Casi 80.000 judíos viven en asentamientos más allá de la ruta de la barrera, pero son unos 180.000 los que viven en colonias hacia el interior de la barrera y unos 200.000 en Jerusalén Este.