La controversial liberación del terrorista Samir Kuntar como parte de un reciente intercambio de prisioneros entre Israel y Hizballah se ha acompañado por intentos de encubrir las acciones del terrorista. Kuntar, a quien Líbano recibió como un héroe, fue declarado culpable de varios asesinatos horrorosos, que incluyen apalear a una niña de 4 años. No obstante, esto no ha detenido a algunos de los medios de comunicación de tratar de depurar la imagen del terrorista.
Pongamos, por ejemplo, un artículo escrito por Craig Smith, publicado en la edición del 16 de julio del New York Times y de su publicación hermana, el International Herald Tribune. Un completo encubrimiento del terrorismo, donde se le da la misma credibilidad a las contradicciones del asesino en la sala del tribunal que al veredicto de culpabilidad de la corte, el cual se basa en declaraciones de testigos oculares y evidencia forense.
El encabezado del New York Times, “En Líbano esperan darle una bienvenida de héroe a cautivo de Israel, transfiere el centro de atención de la transgresión de Kuntar hacia Israel, con lo que transforma instantáneamente a Kuntar de terrorista y asesino en un cautivo de Israel (con la connotación de esclavitud). Su ataque depravado y a sangre fría se presenta delicadamente como un ataque [que] salió horriblemente mal. Danny Haran, a quien Kuntar baleó por la espalda y ahogó, y su hija Einat, a quien apaleó hasta matarla en una forma espantosa, ya no son las víctimas de un terrorismo brutal, sino solamente forman parte de las cinco personas que quedaron muertas en un ataque chapucero. A través del artículo circula una pregunta implícita, ¿Es Kuntar un asesino de niños, como declara Israel, o un luchador valiente contra Israel? Se asigna el mismo peso a ambas posibilidades.
La versión del International Herald Tribune llega al extremo de tildar al convicto de comando:
El 22 de abril de 1979 Kuntar dirigió una banda de comandos adolescentes a una ciudad costera soñolienta, e intentó tomar rehenes para intercambiarlos por prisioneros palestinos que están en las cárceles israelíes.
Comando es una palabra que se aplica a operaciones especiales de fuerzas militares elitistas y tiene connotaciones de valentía e incluso de rescate de rehenes (contrario a la toma de rehenes y el asesinato de niños). Pero aparentemente reacio a utilizar esta etiqueta, Smith hábilmente invierte el papel de Kuntar. (La versión del New York Times omite esta descripción de Kuntar).
Después de un largo relato de la triste niñez y las carencias del terrorista, con una cita textual que describe el modo en que Kuntar estuvo profundamente afectado por las muertes que presenció después de que Israel invadió Líbano, Smith presenta el caso contra Kuntar como una acusación de Israel que se debe comparar con la declaración de inocencia de Kuntar. Por supuesto, Smith no niega el cargo de secuestro, que Kuntar no ha refutado, pero presenta dudas acerca de la brutalidad y los asesinatos. Pero al presentar la evidencia a favor y en contra de Kuntar, con base en las transcripciones del juicio publicadas recientemente en el diario israelí Yediot Aharonot, Smith escoge a gusto qué presentar y qué ignorar. Por ejemplo, no menciona la confesión de Kuntar que describió Yediot. De acuerdo al diario israelí:
Justo después de su captura, cuando se extendió su prisión preventiva, Kuntar confesó que había apaleado a muerte a Einat con la culata de su rifle. Sin embargo, posteriormente, cuando testificó en la corte, Kuntar negó los cargos.
La versión del New York Times también olvida decir que Kuntar acaudilló el grupo de terroristas. Ambas versiones omiten mencionar evidencia forense clave (de la cual que el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí publicó una foto en su sitio web) que muestra el tejido del cerebro de Einat Haran en la culata del rifle de Kuntar. Al ignorar estos hechos, el artículo puede reformular un veredicto sólido basado en evidencia sustancial y convertirlo en una declaración cuestionable, devaluando así el acto terrorista y la magnitud de la brutalidad. Smith concluye con indulgencia, Cualquiera que sea la verdad, el secuestro de un niño nubla el supuesto heroísmo de Kuntar.
En forma similar, en su sitio web CNN dedica un artículo al argumento de que Samir Kuntar es inocente. “Hermano de asesino convicto dice que este es inocente“, escrito por Octavio Nasr, proporciona una plataforma para el hermano de Samir Bassan, a su vez un terrorista, que declara haber sido el cerebro del complot con el fin de negar la culpabilidad de Kuntar. El periodista de CNN nunca se refiere a Kuntar como un terrorista y describe el despiadado ataque sólo como una incursión en [que] murió un policía, un joven padre y su hija de 4 años.
Después de repetir la negación de su hermano en la corte, Bassan declara que en realidad Haran de 28 años, murió a manos de la policía israelí en un tiroteo que se produjo con los terroristas; y en calidad de supuesto cerebro de la operación indica que Samir sólo quería tomar a Haran como rehén porque este era un científico nuclear, pero que nunca tuvo intención de matarlo. No estamos seguros por qué CNN consideraría creíbles y de interés periodístico las declaraciones hechas por un miembro de la familia que además es un terrorista. Adicionalmente, en el escrito no se menciona la confesión de Samir, la evidencia forense que lo relaciona con las muertes, ni el testimonio del testigo presencial, que anulan la negación de última hora de Samir en la corte. De hecho, gran parte del artículo se toma de una entrevista que la televisión libanesa le hace a Bassan, en un país donde Samir se considera como un héroe nacional por matar israelíes. Es preocupante que CNN haya procedido de esta forma.
El 17 de julio, en una bienvenida digna de un héroe en Líbano, Kuntar proclamó provocativamente:
No me he arrepentido de lo que hice ni por un solo día. Por el contrario, permanezco comprometido con mis convicciones políticas. Siento gran júbilo porque he regresado a las filas de la resistencia y a mi familia. (AFP, 17 de julio de 2007 “Kuntar de Líbano dice que no se arrepiente de los asesinatos en Israel“)
Luego Kuntar visitó la tumba de Imad Mughniyeh, líder de Hizballah, quien fue el cerebro de los bombardeos terroristas en Israel durante los años 1980 y 1990 y murió en la explosión de un carro en Siria en febrero pasado, se comprometió a seguir los pasos de Mughniyeh y manifestó:
Juramos por Dios continuar por el mismo camino y no retirarnos hasta que alcancemos el mismo prestigio que Alá te ha concedido. Este es nuestro gran deseo. Te envidiamos y lo lograremos, Dios mediante. (Associated Press, 17 de julio de 2007 “Kuntar: continuaré el legado de Mughniyeh“)
¿Cuándo dejarán de encubrir el terrorismo el New York Times, el International Herald Tribune y CNN?