En su ensayo Grupos radicales en Oriente Medio: Estrategia, capacidades y alianzas, Javier Jordán, de la Universidad de Granada:
“Hamás tiene un doble objetivo: liberación de todo el territorio de Palestina, mediante la destrucción de Israel, e instauración de un estado islámico; así aparece recogido en la Carta programática de Hamás, firmada el 18 de agosto de 1988.
Hamás se reconoce a sí misma como una de las ramas de Hermanos Musulmanes en Palestina. … Los Hermanos Musulmanes constituyen una de las principales matrices de los movimientos islamistas actuales y, como organización, persiguen la recuperación de los territorios perdidos por el Islam y la reinstauración del antiguo califato, de modo que el poder político garantice el cumplimiento de la sharía en la sociedad”.
La organización terrorista Hamas anuncia, en el artículo 2 de su carta fundacional:
“El Movimiento de Resistencia Islámica es uno de los brazos de la Hermandad Musulmana en Palestina. El Movimiento de la Hermandad Musulmana es una organización universal que constituye el mayor movimiento islámico de los tiempos modernos. Se caracteriza por su conocimiento profundo, su comprensión exacta y su adhesión completa a los conceptos islámicos de todos los aspectos de la vida, la cultura, el credo, la política, la economía, la educación, la sociedad, la justicia y el juicio, la difusión del islam, la educación, el arte, la información, la ciencia de lo oculto y la conversión al islam”.
Si es una “organización universal”, ¿sus planes se limitan a Gaza, a la “Palestina” – sin Israel – con que sueñan?
Matthias Küntzel, politólogo alemán e investigador asociado en el Centro Vidal Sassoon para el Estudio del Antisemitismo (Universidad Hebrea de Jerusalén), decía en su libro Jihad and Jew Hatred que, al definirse como universalista, no es Israel el enemigo, sino el “Sionismo Mundial”. Pero, ¿sólo el Sionismo Mundial – o lo que sea que significa ello para Hamas?
De hecho, el artículo 10 sentencia:
“[El Movimiento] No ahorrará esfuerzo por establecer la justicia y derrotar a la injusticia, de palabra y de obra, en este lugar y dondequiera que pueda llegar y tener influencia”.
Y el propio Küntzel reproducía una declaración del Sheikh Ahmed Yassin, fundador de Hamas:
“Debemos ser pacientes… porque el islam se propagará tarde o temprano y tendrá el control sobre todo el mundo”.
No, evidentemente, no se trata sólo de Gaza, Cisjordania (Judea y Samaria) e Israel. Los planes son más amplios.
En este sentido, el 24 de abril de 2013 el diario inglés The Telegraph informaba que:
“La Sociedad Islámica de Norte América, una rama de la Hermandad Musulmana, ha publicado un artículo en el que denomina a Andalucía… un ‘paraíso’ que regresará cuando ‘el único victorioso sea Alá’. Se lee en parte como cuaderno de viaje y en parte como un tratado religioso, que afirma que Andalucía fue una región de tolerancia ‘durante 800 años’ cuando estaba ocupada pos los musulmanes, y que fue arruinada por la ‘locura que sobrevino luego de la reconquista española’…
Hassan al-Banna, el fundador de la Hermandad Musulmana, escribió que ‘Andalucía, Sicilia, los Balcanes, el sur de Italia y las islas del mar romano fueron todas tierras islámicas que deben ser restablecidas a la patria del islam… es nuestro derecho restablecer la gloria al Imperio Islámico‘”.
En Gaza, en tanto, el 11 de mayo de 2007, el canal de televisión Al-Aqsa transmitía el programa infantil Pioneros del Mañana, cuyo presentador decía:
“Hazim [adulto]: ‘El Islam se extenderá por toda la tierra, de un extremo a otro, y la justicia, el bien y la bondad se extenderán. ¿Acaso la historia presencio un época mejor que aquella en la que el islam dominó?… ¿Te acuerdas cada día de Andalus (España)? ¿La querida Andalus volverá [al islam] un día.’”
Efraim Karsh (Islamic Imperialism) cometa que a día de hoy muchos árabes y musulmanes descaradamente añoran la restauración de España y consideran su expulsión en 1492 como una grave injusticia histórica, como si fueran los legítimos dueños de España y no los ex-ocupantes coloniales. Incluso indicaba que el aclamado historiador Edward Said aplaudió el legado colonialista de Andalucía como “el ideal que debe movilizar [sus] esfuerzos ahora”.
Mahmoud Al-Zahhar, líder de Hamas, resumía:
“Los cimientos proféticos son el mensaje del Profeta Mahoma, de que el Islam entrará en cada hogar y se extenderá por el mundo entero” (Al-Aqsa Tv, 11 de manyo de 2007).
El escritor, columnista del diario argentino La Nación y Caballero de las Letras y las Artes (Francia), Marcos Aguinis, indicaba que es “Hamas quien aspira a un califato que se extienda desde el Atlántico hasta Indochina, y luego más. En sus escuelas enseñan que España pertenece al islam y deberá ser recuperada. El objetivo más alto no es ahora la creación de un Estado palestino, sino la victoria universal de la fe y la legislación islámicas. Su programa aspira a que rijan las leyes de la sharía, imposibles para la civilización occidental”.
Es decir, que el mundo que piensa es un mundo de amos y esclavos. La coexistencia sólo es posible, según indican, si el islam domina por sobre el resto: una extraña “coexistencia”, donde la existencia del “otro” está, en realidad, supeditada a los caprichos del conquistador.
Puesto que el grupo terrorista Hamas declara que “el Movimiento de Resistencia Islámica es uno de los brazos de la Hermandad Musulmana en Palestina”; es necesario rastrear sus orígenes ideológicos en la propia Hermandad.
Para ello, es preciso acercarse al pensamiento de Hassan al-Banna y Sayyid Qutb que delinearon el ideario de la Hermandad.
“Creo que, entre la juventud del despertar islámico, el amor por la yihad y el sacrificio por la liberación de los lugares sagrados es mucho mayor que el amor que tienen los sionistas por la vida…”.
Hamas, y sus brigadas Al-Qassam, han creado vídeos con mensajes a los israelíes, que son emitidos a través de la televisión de la organización terrorista, Al-Aqsa TV. Uno de los mensajes dice:
“De las Brigadas Al-Qassam a los soldados sionistas: Las Brigadas Al-Qassam aman más la muerte que ustedes la vida”.
En 1938, según relataba Küntzel, Al-Banna publicó su concepto de yihad en un artículo titulado, ni más ni menos, La industria de la muerte – este término, explicaba Küntzel, denota un ideal, y no un hecho aborrecible. Al-Banna escribió:
“Sólo a una nación que perfecciona la industria de la muerte y que sabe cómo morir noblemente, Dios le otorga una vida gloriosa en este mundo y la gracia eterna en la vida venidera”.
Este eslogan, comentaba Kützel, fue tomado de manera entusiasta por las “Tropas de Dios” – como los Hermanos Musulmanes se llamaban a sí mismos.
Anularlo todo: al “otro”, y si, pare ello es necesario, también la propia vida “en este mundo” para posibilitar todo tipo de “soluciones”. Si la vida no tiene valor en “este mundo”, o su valor es despreciable frente a la de un “mundo ulterior”, todo está justificado contra la vida misma: matar, en definitiva, es un acto que redime.
En otro libro, Palestine Betrayed, Karsh menciona que, además, Al-Banna – que manifestó su simpatía pro-nazi a las pocas semanas del ascenso de Hitler al poder – a finales de los años 1930 constantemente predicaba la superioridad racial y espiritual árabe/musulmana.
Por su parte, Jeffrey Herf, profesor en el Departamento de Historia de la Universidad de Maryland, en su libro Nazi Propaganda for the Arab World apuntaba que Al-Banna, había realizado un estudio de las organizaciones nazi y fascista, y que, utilizándolas como modelo, había formado organizaciones de hombres especialmente entrenados y de confianza, que se correspondían “respectivamente con las Camisas Pardas y las Camisas Negras”.
A todo esto, el otro ideólogo de la Hermandad Musulmana, Sayyid Qutb, “[a partir de su lectura del Corán] llegó a conclusiones sobre los judíos idénticas a las de los radicales antisemitas europeas del siglo XX. Aunque el antisemitismo europeo era muy antiguo, fueron los nazis quienes primero aseguraron tanto que los judíos habían lanzado una guerra a escala internacional contra sus enemigos y que por ello los judíos debían ser asesinados. Qutb, como al-Husseini y sus asociados transmitiendo desde Berlín en guerra, afirmaba que los judíos habían estado librando una guerra contra el islam desde sus inicios”.
Qutb, señala Herf, “fusionó el antisemitismo radical de la historia moderna europea con un antisemitismo radical arraigado en la lectura detallada del Corán”.
Herf, además, sostiene que el Corán y, sobre todo, su “selectiva apropiación e interpretación, fue el texto más importante en tanto que funcionó como punto de entrada del nazismo a la audiencia árabe y musulmana”. Y argumentaba que:
“El Corán ofrecía suficiente confirmación textual de las afirmaciones nazis de que los judíos eran indeleblemente malvados y de que estaban determinados a destruir el islam en el siglo XX…”.
“Los judíos se han enfrentado al Islam desde el momento en que se estableció el estado islámico en Medina. Conspiraron contra la comunidad musulmana desde el primer momento en que se convirtió en una comunidad. El Corán contenía directivas y sugerencias en lo concerniente a esta enemistad y conspiración [judías]. Estas directivas eran suficientes para describir esta amarga guerra que los judíos han lanzado contra el islam, el Mensajero de Alá y la comunidad musulmana a lo largo de esta larga historia. Esta es una guerra que no se ha extinguido ni por un instante por cerca de catorce siglos, y que continúa hasta este momento, el incendio que asola todos los rincones de tierra”.
Saul Friedländer, historiador franco-israelí, señalaba en su libro Una psicosis colectiva que:
“En el contexto alemán del siglo XIX, el judío es el promotor de todos los fenómenos de ‘desintegración social’, ya sea el materialismo, el liberalismo, el socialismo o la explotación capitalista… en el contexto global… la raza judía enfrenta a la raza aria en una lucha de la que depende la suerte de la misma humanidad”.
Esto también sería incorporado también por Qutb:
“Detrás de la doctrina del materialismo había un judío,… detrás de la destrucción de la familia y de las relaciones sagradas en la sociedad… había un judío…”.
En tanto, Friedländer explicaba que:
“El nuevo mito judío, formado en la Alemania de posguerra, contiene… dos motivos centrales [que] predominan…: el de la conspiración mundial judía y – como corolario – el de la desintegración sistemática del pueblo germánico contaminado por la sangre judía”.
Qutb, también tomó estos ingredientes. Pero en lugar de “raza”, ubicó el término “religión” (islam):
“La lucha entre el islam y los judíos continúa vigente y continuará así porque los judíos sólo estarán satisfechos con la destrucción de esta religión. Incluso luego de que el islam los había subyugado, continuaron luchando contra esta religión a través de conspiraciones, traiciones y activando a sus agentes para hacer el mal”.
Pero, por si el paralelismo pareciese forzado o traído de los pelos, nadie mejor que el propio Qutb para dejar las cosas muy claras:
“Y los judíos volvieron a hacer el mal, así que Alá le dio a los musulmanes poder sobre ellos. Entonces los musulmanes los expulsaron de toda la península arábiga… Luego los judíos volvieron a hacer el mal y en consecuencia, Alá envió a otros de sus sirvientes contra ellos, hasta los tiempos modernos. Entonces Alá trajo a Hitler para que gobernara sobre ellos. Y hoy, una vez más, los judíos han vuelto a hacer el mal bajo la forma de ‘Israel’, que ha hecho que los árabes, los dueños de la tierra, saboreen el dolor y la aflicción”.
Herf dice que así como los nazis en su momento amenazaron a los judíos con un “castigo” por sus supuestos crímenes pasados, de la misma manera, Qutb ofrecía una justificación religiosa para otro intento de “impartir el peor tipo de castigo” a los judíos en Israel. Esto, propone Herf, es evidencia de una continuidad ideológica con la propaganda islamista radical que provenía de Berlín durante la II Guerra Mundial.
El propio Herf, en un artículo publicado en 2009, refería que entre 1941 y 1943, las estaciones de radio, como Radio Berlín y la Voz del Arabismo Libre adaptaron la propaganda nazi a la realidad de Medio Oriente.
Las emisiones nazis en árabe fueron el resultado – ampliaba Herf – de la colaboración entre oficiales del Ministerio de Exteriores alemán y exiliados árabes pro-nazis que encontraron refugio de los británicos en Berlín, de los cuales, “los más notables, fueron Haj Amin al-Husseini, el Gran Muftí de Jerusalén y la figura religiosa y política palestina más importante del momento; y Rashid Ali al-Kilani, líder del levantamiento en de 1941 en Iraq.
Herf reproducía un fragmento del programa titulado Mata a los judíos antes de que te maten a ti, emitido el 7 de julio de 1942 por la Voz del Arabismo Libre:
“Ante este proceder bárbaro de los británicos pensamos que es mejor, si es que se quiere salvar la vida de la nación egipcia, que los egipcios se levanten como un solo hombre para matar a los judíos antes de que tengan la posibilidad de traicionar a la gente egipcia. Es el deber de los egipcios de aniquilar a los judíos y destruir su propiedad. … debéis matar a los judíos, antes de que abran fuego contra vosotros. Matad a los judíos, que se han apropiado de vuestra riqueza y que conspiran contra vuestra seguridad. ¿Los árabes de Siria, Iraq y Palestina, qué esperan? Los judíos planean violar a sus mujeres, matar a sus hijos y destruirlos. Según la religión musulmana, la defensa de la vida es un deber que sólo se puede realizar aniquilando a los judíos. Esta es vuestra mejor oportunidad de deshacerse de esta raza sucia, que ha usurpado vuestros derechos y ha traído la desgracia y la destrucción en vuestros países. Maten a los judíos, quemen sus propiedades, destruyan sus tiendas, aniquilen a estos partidarios de base del imperialismo británico. Su única esperanza de la salvación está en la aniquilación de los judíos antes de que os aniquilen”.
Incluso, comentaba Klaus Gensicke, en su libro The Mufti of Jerusalem and the Nazis, Amin al-Husseini intentó justificar la ‘guerra de Hitler contra los judíos’ alegando que éstos eran los responsables de la derrota de Alemania en la I Guerra Mundial.
En tanto, Matthias Küntzel, en su trabajo European Roots of Anti-Semitism in Current Islamic Thinking, remarcaba que:
“El agente de propaganda nazi más importante fue Amin el-Husseini, mufti de Jerusalén… Su amistad con Heinrich Himmler y su papel en el Holocausto son ampliamente conocidos. Menos conocido es un logro que recién hoy está dando sus frutos: … transvasar el antisemitismo europeo al contexto islámico. En el centro de sus esfuerzos yace el intento por revitalizar el odio a los judíos sobre la base de las tradiciones islámicas que inteligentemente vinculó con la noción de una eterna conspiración contra los fieles”.
Mas, esto no fue un producto de la inercia de los tiempos, una cuestión ya pasada, olvidada. Esto se continúa hasta el presente. Así, Küntzel señalaba que:
“El traductor al árabe de Mi lucha [Mein Kampf], el libro de Adolf Hitler, escribía en su introducción: ‘Adolf Hitler no pertenece únicamente al pueblo alemán, sino que es uno de los pocos grandes hombres que casi detienen el movimiento de la historia, alteran su curso… El Nacional Socialismo no murió con la muerte de su heraldo. Más bien, sus semillas se multiplicaron bajo cada estrella”.
En la lista de los libros más vendidos en 1999 en los “territorios palestinos”, Mi lucha alcanzó el sexto lugar. ¿O la gente pensaba que estaba comprando, en realidad, Nuestra lucha contra los judíos, de Qutb?
Gensicke recogía una declaración muy reciente para ser desdeñada:
“El clima de irreconciliabilidad, que no es diferente del de los años 1920 y 1930 bajo el Muftí, está brutalmente ilustrado por los comentarios de 2008 de Mahmoud Zahar, líder de Hamas: ‘Luego de que derrotemos a los sionistas, los perseguiremos… los perseguiremos hasta la eternidad, y el sol de la libertad y la independencia de palestina quemará a todos los sionistas”.
Ejemplos de tal agitación anti-judía en Palestina, y en otros países musulmanes, son legión y demuestran que la propaganda nazi cayó en suelo fértil en la mayoría de los países árabes y continúa teniendo un impacto en el presente, moldeando los prejuicios que son alimentados e inculcados y que suponen, aunque los medios le den la espalda, el mayor obstáculo para la paz. Ningún acuerdo cancelará el odio instilado durante tanto tiempo, a tantas generaciones.
El diario The New York Times publicaba una crónica el 14 de enero de 2013 que informaba:
“Hace casi tres años atrás, un líder de la Hermandad Musulmana pronunció un discurso instando a los egipcios a ‘amamantar a nuestros niños y nietos en el odio’ a los judíos y sionistas. Un mes más tarde, en una entrevista televisiva, el mismo líder describió a los sionistas como ‘esos chupasangre que atacan a los palestinos, esos belicistas, los descendientes de los monos y los cerdos’.
Ese líder, Mohamed Morsi, es hoy el presidente de Egipto…”.
Ni más ni menos, que el presidente de un país vecino. La prensa, en tanto, ha decidido confundir pragmatismo con moderación.
El fundador de Hamas, Sheikh Ahmed Yassin, había fundado en primera instancia el Mujama al-Islami (Congreso Islámico), que en sus primeros años de existencia, según detalla Küntzel, construyó una sólida base de apoyo a través de trabajo social y educacional, financiado por Arabia Saudita, Kuwait y Jordania. Esta organización no publicaba textos propios, sino que distribuía los textos de Al-Banna y Qutb.
En este punto, el Mujama mostraba poco interés en el sionismo y en la “ocupación israelí”. En cambio, percibían a la izquierda palestina y al nacionalismo secular palestino como sus principales enemigo. El campo de batalla más importante era la Universidad Islámica de Gaza, que fue sistemáticamente convertida en un campo de entrenamiento islamista. Pequeños arsenales de armas fueron escondidos en sótanos del campus, en tanto que todo el contenido académico fue rigurosamente islamizado.
De hecho, Mark Tessler (A History of the Israeli-Palestinian Conflict) señalaba que uno de los líderes de Hamas, Abd al-Aziz al-Rantisi, era profesor en dicha Universidad.
A día de hoy, puntualizaba Küntzel, parece virtualmente imposible graduarse en la Universidad Islámica de Gaza sin convertirse en un antisemita.
¿Una exageración?
El ex rector de la Universidad y miembro del Consejo Fatwa designado por la Autoridad Palestina, Ahmad Abu Halabiya en un sermón del 13 de octubre de 2000, espetó:
“No tengáis piedad de los judíos, sin importar dónde estén, sin importar en qué país estén. Cuando os encontréis con ellos, matadlos. Allí donde estéis: matad a los judíos y a los americanos, que son como ellos y los apoyan. Están todos en una trinchera contra los árabes y los musulmanes… Está prohibido trabar amistad con israelíes o prestarles ayuda. No los améis o entréis en acuerdos con ellos, no los ayudéis o firméis acuerdos con ellos. Quien realiza esto es uno de ellos. Esta es la palabra de Alá, alabado sea. Ellos, ellos son los terroristas. Ellos deben ser masacrados. Ellos deben ser asesinados. Tal es la palabra de Alá”.
Esto fue en el año 2000, no en el 1000 de la Era Común. Hace tan sólo 13 años. No lo dijo un manifestante. Lo dijo el ex rector de la Universidad Islámica de Gaza. Esto no es irrelevante.
Es vital, en este punto, comprender que el rector de la Universidad es designado por Hamas, o con la venia de Hamas, en su cargo; que lo que dice no sólo no desentona con el mensaje de la organización terrorista, sino que va en su línea. Y es justamente en el mensaje que expone de manera explícita los métodos del grupo, donde yace la explicación de por qué Hamas es un grupo terrorista. Ernesto Garzón Valdés filósofo argentin0, que ha sido profesor de filosofía del derecho de las universidades de Córdoba y La Plata en Argentina, y, en Alemania, de las universidades de Bonn, Colonia y Maguncia, decía que:
“… cuando quien combate por la libertad de su pueblo utiliza el método terrorista, convierte una causa cuya legitimidad podría ser objeto de evaluación moral positiva en una empresa inexcusable. Dado que el terrorismo es un método de ejercicio de la violencia, toda persona o grupo de personas que lo utilice se transforma en terrorista, ocasional o permanente, en el respectivo ámbito de su actuación”.
En tanto, Küntzel decía que desde 1990, el islamismo ha estado avanzando a paso firme en Palestina debido a numerosos motivos. Primero, con la desaparición de la escena mundial de los países socialistas que los apoyaban, se esfumó el sostén de los elementos anti-imperialistas seculares de la OLP. El vacío ideológico fue ocupado por el islamismo. En segundo lugar, en 1993, Hamas adoptó la táctica del atentado suicida masivo, superando con ello, en la acción de campo, a la OLP. Y, finalmente, mientras que el atentado llevado a cabo por Baruch Goldstein, israelí de origen estadounidense (disparó contra musulmanes orando en una mezquita en Hebrón en febrero de 1994, 26 personas fallecieron), inspiró horror y una serie de contramedidas políticas en Israel – y a día de hoy sigue siendo un paria -; la respuesta a las masacres de Hamas era la opuesta en los territorios autónomos palestinos.
De hecho, actualmente se glorifica a los mártires, no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania – por la Autoridad Palestina.
Por ejemplo, Arnon Groiss, en su estudio Palestinian Textbooks, From Arafat to Abbas and Hamas, señala:
“… la ausencia de una abierta promoción de la paz con el adversario, incluso cuando el mismo proceso de paz está siendo discutido. En su lugar, los libros de texto se centran en la lucha violenta por la liberación contra la ocupación, la medida de la cual nunca se especifica. Por el contrario, el establecimiento del Estado de Israel en 1948 se describe en los libros de textos como una ocupación de Palestina y se hacen grandes esfuerzos por presentar a las ciudades, regiones y sitios [israelíes] dentro de las fronteras anteriores a 1967 como palestinas, dejando una fuerte impresión – seguramente entre los estudiantes – de que la lucha contra la ocupación israelí no finaliza en las fronteras de Cisjordania y Gaza.
… la glorificación de la imagen del shahid, el “mártir”. Esta exaltación permite que el flujo de voluntarios siga fluyendo. Y asegura la continuidad del conflicto. La violencia y el odio se convierten así en ejes centrales de la identidad colectiva y en medios para alcanzar el reconocimiento”.
Todo lo anteriormente expuesto por Küntel permitió que Hamas creara una base de apoyo masivo y, luego, “en la lucha contra los opositores palestinos, construyeran sus fortalezas organizativas”. Recién entonces se embarcaron “en la tercera fase: la confrontación con Israel”. El punto de activación de esta fase fue la intifada.
Küntzel, entonces, explicaba que, siguiendo el patrón de los disturbios de 1936-39, durante los que el Muftí liquidó a sus oponentes árabes palestinos; en la intifada, cincuenta años más tarde, los palestinos murieron a manos de otros palestinos.
Bassam Tibi – politólogo sirio que profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Göttingen, Alemania, hasta su jubilación – escribió (Fundamentalismus im Islam):
“En los territorios ocupados por Israel, más musulmanes fueron asesinados por los fundamentalistas de las brigadas Qassam [Hamas] que por las tropas israelíes ocupantes”.
En tanto, y según Yizhar Be’er y Saleh Abdel-Jawad (Collaborators in the Occupied Territories), 942 palestinos fueron asesinados, sólo entre 1987 y 1993, acusados de ser colaboradores.
Y es que, según explica Efraim Karsh (Islamic Imperialism):
“… lejos de ser un movimiento de liberación corriente, en busca de la auto-determinación nacional, Hamas ha subordinado su objetivo de lograr la destrucción de Israel y crear un estado palestino sobre sus ruinas, al objetivo más amplio de establecer el imperio universal de Alá”.
Para ello, relata Karsh, ha seguido los pasos de su organización madre (los Hermanos Musulmanes), que veía la violenta oposición en los 1930 y 1940 como una parte integral de la “lucha maniquea para la creación de un califato mundial”, más que en la defensa de los derechos nacionales de los árabes palestinos. En palabras de uno de los fundadores de Hamas, Mahmoud al-Zahar:
“Las visiones islámicas y tradicionales rechazan la noción del establecimiento de un estado palestino independiente… En el pasado no había un estado palestino independiente… [Por lo tanto], nuestra meta principal es establecer un gran estado islámico, sea pan-arábigo o pan-islámico”.
Matthiew Levitt, Senior Fellow y director del Programa Stein en Contraterrorismo e Inteligencia en el Washington Institute , manifestaba en su libro Hamas: Politics, Charity, and Terrorism in the Service of Jihad que Hamas se ve a sí mismo liderando un movimiento pan-islamista internacional mayor:
“Hamas no es una organización local – explica Kahled Meshal, el líder de la oficina política de Hamas – sino la punta de lanza para un proyecto nacional, que tiene también ambiciones árabes, islámicas e internacionales”.
En un número de 2006, de la revista infantil de Hamás, Al Fateh, se explicaba a los niños sobre la ciudad llamada Asbilia (Sevilla), y los llamaba a liberarla de los infieles y a reinstaurar el mandato musulmán:
“Salaam Aleykum, queridos míos. Me gustaría presentarme: soy la ciudad de Asbilia, la novia del país Al-Ándalus (España). En el pasado fui la capital del Reino de Asbilia (…) los árabes musulmanes, liderados por el heroico comandante Musa bin Nusair, me conquistaron en el 713, tras un sitio que duró un mes.
En el año 97 del calendario musulmán, el gobernador del Al-Ándalus, Ayoub bin Habib al Lahimi, trasladó la capital a mi ciudad hermana, Córdoba (…) en el año 646 del calendario musulmán Fernando III me sitió y me conquistó, tras un sitio que duró un año y cinco meses debido al vigor de mis fortificaciones y murallas. Así es como terminó la Edad Dorada de los Musulmanes, y Asbilia (Sevilla) se perdió para los musulmanes”.
Klaus Gensicke, en el libro The Mufti of Jerusalem and the Nazis, sostenía que “los sentimientos expresados en la Carta fundacional de Hamas son idénticos a los de las transmisiones radiofónica de Amin al-Husseini desde Berlín, arremetiendo contra el sionismo mundial, las fuerzas imperialistas y, en nombre de la religión, contra todos los judíos”.
Alguien podría decir, sin embargo, que el programa de Hamas es de 1988 y que las cosas cambian. Pues no, no ha cambiado nada. Ricki Hollander, analista de CAMERA, apuntaba que ningún representante de Hamas ha renunciado al contenido de la carta y que, por el contrario, los líderes no sólo reiteran los preceptos allí plasmados, llamando a un califato islámico en todo Israel, sino que lo ven como un primer paso para el dominio islámico:
“Los palestinos señalan el ‘Día de la Naqba’ este año con la gran esperanza de traer a su fin el proyecto sionista en Palestina” (Ismail Haniyeh, líder de Hamas; durante un discurso el 15 de mayo de 2011).
“Nuestro objetivo es establecer un estado palestino libre y completamente soberano en Cisjordania y la Franja de Gaza, cuya capital es Jerusalén, sin ningún colono y sin tener que entregar ni una sola pulgada de tierra y sin tener que abandonar el derecho de retorno… Nuestro enemigo común es Israel. Israel debe ser combatido tanto por la fuerza como por la diplomacia”. (Khaled Meshaal, líder de Hamas, 4 de Mayo de 2011, durante la firma del acuerdo de reconciliación Hamas-Fatah).
Bueno, parece que Meshaal deja lugar para la esperanza. Si bien no quiere negociar nada, no habla de la aniquilación de Israel. Pero no es tan así. Casi un año antes, Mahmoud al-Zahar, cofundador de Hamas, según divulgó MEMRI, explicó cómo es el proceso completo:
“Hemos liberado Gaza, pero, ¿hemos reconocido a Israel? ¿Hemos renunciado a nuestras tierras ocupadas en 1948 [a todo Israel]? Demandamos la liberación de Cisjordania y el establecimiento de un estado en Cisjordania y Gaza, con Jerusalén con su capital – pero sin reconocerlo [a Israel]. Esta es la clave, sin reconocer al enemigo israelí ni en una sola pulgada de tierra… Este es nuestro plan para esta etapa – liberar Cisjordania y Gaza sin reconocer el derecho de Israel a ninguna pulgada de tierra y sin renunciar al derecho de retorno de ningún refugiado palestino. Nuestro plan para esta etapa es liberar cualquier pulgada de tierra palestina, y establecer un estado allí. Nuestro plan definitivo es tener Palestina en su integridad. Lo digo alto y claro para que nadie me acuse de emplear tácticas políticas. No reconoceremos al enemigo israelí…”. (15 de junio de 2010, Future TV, Líbano)
Es más, el propio Meshaal, el 7 de diciembre de 2012, declaraba:
“Ante todo, Palestina – desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo], del norte al sur – es nuestra tierra… No renuncia ni abandono ni a una pulgada o pequeña parte de ella.
Segundo, Palestina fue, continua siendo y será, árabe e islámica…
La yihad y la resistencia son el camino verdadero y apropiado para la liberación y la restauración de nuestros derechos”.
El 4 de febrero de 2013, durante un discurso, Ismail Haniyeh, primer ministro de Gaza, dijo, hablando sobre “la victoria palestina” durante la operación israelí Pilar Defensivo en noviembre de 2012:
“… la resistencia bombardeó la ocupadas Tel Aviv, Jerusalén y Herzliya; y por primera vez, dos millones de israelíes estuvieron bajo tierra y cinco millones experimentaron la supremacía de los misiles…”.
“Hamas no sólo pide la destrucción de Israel, sino que se ha dedicado activamente a esta tarea como consecuencia de sus principios orientadores. Este movimiento fue pionero en los bombardeos suicidas dentro de Israel desde los años 1990, que mataron y mutilaron a los judíos en sus propias comunidades. La intención de Hamas era aterrorizarlos, desmoralizarlos y expulsarlos. La lluvia de cohetes que Hamas lanza desde Gaza hacia Israel, en arcos cada vez más amplios, también tienen el propósito de destruir la vida de los judíos en Israel.
[…]No hay una posibilidad de transigencia, ni campo para el debate; para Hamas, la tierra de Israel está confiscada por el Islam, para siempre.”
Y concluía diciendo que:
“El entendimiento de las metas supremacistas y homicidas de Hamas, su desprecio por el derecho de los no musulmanes y sus programas de adoctrinamiento, ayudan a comprender mejor los desafíos que enfrenta Israel…”.
Hamas, en su carta, invoca al pasado – como un instante idealizado, que fue pervertido por los judíos -, pero lo que dicen está presagiando el futuro; o, al menos, anunciando sin cortapisas lo que se proponen ejecutar para realizar ese futuro.
Así, nada mejor que la carta fundacional y las propias declaraciones de los líderes de Hamas para conocer sus objetivos y los medios que se proponen emplear para conseguirlos.
Matthias Küntzel, en Jihad and Jew Hatred aseguraba:
“La Carta de Hamas dejaba en la sombra en todos los sentidos a la de la OLP: en tanto que el texto de esta última buscaba justificar la necesidad de la eliminación de Israel sin recurrir al antisemitismo abiertamente manifiesto, la Carta de Hamas ya no se restringe en este sentido. Aquí, la yihad contra Israel se presenta como el primer paso en la guerra de aniquilación judía. La Carta de Hamas es probablemente uno de los documentos programáticos del islamismo contemporáneo más importante, y su significación va más allá del conflicto palestino”.
Ya en su preámbulo, la carta anuncia:
“Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el islam lo aniquile, como antes aniquiló a otros.”
En una nota de opinión publicada por el diario israelí Israel Hayom en febrero de 2012, el director ejecutivo de Advancing Human Rights, David Keyes indicaba que en occidente se apresuran a explicar los “matices” de la retórica de Hamas. Y proponía que se lleva a cabo en tres etapas:
1) Se arguye que las declaraciones son una reacción a una compleja situación política que debe ser comprendida.
2) Se dice que no hay que tomarlo literalmente. La expresión árabe no es precisamente esa. Además, después de todo, sólo es retórica acalorada para consumo interno.
3) Y, si fuese literal la incitación al genocidio, como no tienen la capacidad de llevarlo a cabo, no existe problema alguno.
El blog del Ejército de Defensa de Israel indica que en un artículo publicado el 23 de abril de 2007 por Al-Rissala, el diario oficial de Hamas, esta organización terrorista promueve el exterminio de judíos por medio de ataques suicidas contra Israel por el bien mundial:
“Encontramos más de una condena y denuncia por las operaciones de resistencia y ataques realizados por Hamas y las ramas de resistencia palestinas… [Finalmente] cada uno sabrá que hicimos esto sólo porque nuestro Señor nos lo ordenó, por lo que: ‘Lo hice no por mi propia voluntad’ [Corán] y de modo que la gente sepa que el extermino de de judíos es bueno para los habitantes de los mundos.”
El Consejo de Asuntos Australianos/Israelíes y Judíos manifestó el 28 de noviembre de 2012 que, respecto de los llamados al genocidio, en marzo de 2012 el portavoz del parlamento gazatí, Ahmad Bahr, gritó en su sermón:
“O, Alá, destruye a los judíos y a quienes los apoyan. O, Alá, destruye a los americanos y a quienes los apoyan. O, Alá, cuéntalos uno por uno, y mátalos a todos, y que no quede ni uno solo”.
Keyes señalaba que lo que hace a estas incitaciones especialmente peligrosas, es que son transmitidas en vivo por la televisión de la Hamas a lo largo y ancho de Gaza. Y argumentaba:
“Las emisiones de radio de Ruanda una vez crearon el marco idóneo para el genocidio que mató a 800,000 personas en cien días. Hoy, los principales líderes de Hamas utilizan tecnologías aún más potentes, incluso medios sociales, para incitar a la violencia y al extremismo contra sus vecinos y sus propios ciudadanos. Imperdonablemente, este ultraje ha sido en gran parte ignorado por las Naciones Unidas y por muchos en la comunidad de los derechos humanos.
…
La incitación al genocidio es, siempre, el precursor del genocidio. Lo fue en Ruanda, en Alemania, y prácticamente en toda otra instancia de masacre en masa”.
Ricki Hollander, analista de CAMERA, reproducía unas declaraciones del líder de Hamas, Khaled Meshaal en 2006:
“Cuando Israel sea vencido, su camino será vencido, los que pidan apoyarlo estarán vencidos, y los cobardes que se oculten detrás de él y lo apoyen estarán vencidos. Israel será vencido y también lo será cualquiera que lo apoye…
…Antes de morir, Israel debe humillarse y degradarse. Con la ayuda de Alá, antes de morir, ellos experimentarán humillación y degradación cada día… Con la ayuda de Alá, les haremos perder su vista, les haremos perder sus cerebros”.
En su introducción, la carta de Hamas reza:
“…ha brotado la llamada que convoca al pueblo y le lleva a seguir los caminos de Alá, conduciéndole a tener resolución para desempeñar su cometido en la vida, vencer todos los obstáculos y superar las dificultades del camino. Se ha mantenido la preparación constante, como también la disposición a sacrificar por Alá la vida y cuanto existe de valioso”.
“Nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria. Exige todos los esfuerzos sinceros. Es un paso al que inevitablemente habrán de seguir otros. El Movimiento no es más que un escuadrón que debe ser apoyado por más y más escuadrones de este vasto mundo árabe e islámico, hasta que el enemigo sea vencido y se realice la victoria de Alá”.
Pero, si el “movimiento es universalista”, y si la idea es la “difusión del islam”, ¿cuándo, precisamente, se realizará la “victoria de Alá”?
El artículo 3 dice:
“La estructura básica del Movimiento de Resistencia Islámica está formada por musulmanes que han hecho entrega de su lealtad a Alá y le adoran sinceramente…, que conocen sus deberes para consigo mismos, sus familias y su país. En todo ello temen a Alá y alzan el estandarte de la Jihad frente a los opresores, a fin de liberar a la tierra y al pueblo de su impureza, su vileza y sus males”.
La “pureza”, la superioridad religiosa y las invocaciones a Alá que justifican de antemano todos los medios – puesto que si el propio Alá los dicta, ¿quién será capaz de desobedecerlo? El United States Holocaust Memorial Museum indicaba que Adolf Hitler declaró que su raza debía permanecer pura para poder tomar el control del mundo algún día. ¿Cuál es la diferencia con este tercer artículo de la carta de Hamas? Ninguna. Pero nadie se molesta en señalar los paralelismos evidentes y nada casuales, visto el origen ideológicos de quienes redactaron la carta y de quienes dan las órdenes en la Franja de Gaza.
En el caso de Hamas el colectivo religioso se enfrenta contra el mal total que “[oprime] a la tierra y al pueblo [con] su impureza, vileza y sus males”. Un mal total enfrentado a la propia comunidad conduce a soluciones totales, finales.
El artículo 5 establece que:
“… el Movimiento se remonta a la época del nacimiento del mensaje islámico, de los virtuosos antepasados, porque Alá es su meta, el Profeta es su ejemplo y el Corán es su constitución. Su extensión en el espacio alcanza a todo lugar del mundo donde haya musulmanes que abracen el islam como modo de vida. Por consiguiente, se extiende hasta las entrañas de la tierra y se eleva hasta el cielo”.
Es decir, que al haber musulmanes en Francia, España, Reino Unido, Alemania, Brasil, Estados Unidos, Portugal, Colombia, ¿estos países quedan bajo el alcance del “movimiento”? ¿Qué significa eso?
El artículo 6 reza.
“Lucha por alzar el estandarte de Alá sobre cada pulgada de Palestina, pues bajo la protección del islam los seguidores de todas las religiones pueden coexistir con toda seguridad en lo que se refiere a sus vidas, posesiones y derechos. En ausencia del islam abunda la discordia, se extiende la opresión, prevalece el mal y estallan cismas y guerras”.
Y el artículo 9:
“El Movimiento de Resistencia Islámica se encontró en una época en la que el islam ha desaparecido de la vida. De ahí que las normas se tambalearan, los conceptos se trastocaran, los valores cambiaran y gente perversa tomara el control, que prevalecieran la opresión y las tinieblas… que el estado de justicia desapareciera y el estado de falsedad lo reemplazara. Nada permaneció en su lugar debido. Así, cuando el islam está ausente del escenario, todo cambia”.
“En cuanto a los objetivos: son luchar contra lo falso, derrotarlo y vencerlo para que pueda prevalecer la justicia, que de la recuperación de los territorios y de sus mezquitas brote la voz del muecín declarando el establecimiento del estado del islam, para que las gentes y las cosas retornen cada cual a su lugar debido y Alá sea nuestro auxilio”.
La lógica detrás de este artículo es la siguiente: sólo funciona el mundo si el islam lo domina. De hecho, en el preámbulo de la carta, ya se declara:
“Sois la mejor nación que jamás haya sido dada a la humanidad: ordenáis lo justo y prohibís lo injusto, creéis en Alá…”.
Entonces, se sigue, que el artículo 7 declare, justamente, que:
“… el Movimiento es universal. Está bien equipado para ello por la claridad de su ideología, la nobleza de su propósito y la altura de sus objetivos”.
“El Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, ha dicho: ‘El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos (matando a los judíos), cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo. Sólo el árbol gharkad (evidentemente cierta clase de árbol) no lo hará, porque es uno de los árboles de los judíos’”.
Como “sois la mejor nación”, y sólo “ordenáis lo justo”, todo está permitido, puesto que cualquier cosa que hagáis, será, por consecuencia lógica, “justa”.
El artículo 8 estipula:
“Alá es su meta, el Profeta es su modelo, el Corán su constitución, la Yihad es su senda, y la muerte por Alá es su más alto anhelo”.
El filósofo argentino Juan José Sebreli, sostenía en el Olvido de la razón, que pensar que la vida por sí misma carece de sentido es negarle al hacer humano su capacidad creadora, su proyección al futuro.
Pero, Hamas, ¿pretende destruir o crear? Retornar a un “pasado ideal” y estático y huir del futuro no parece, a priori un compromiso con el progreso y, por ende, con la creación. Yihad, como senda, muerte, como más elevado anhelo, sólo significan una sola cosa: destrucción.
El artículo 34 afirma que:
“Esa es la única manera de liberar a Palestina. No cabe ninguna duda acerca del testimonio de la historia. Es una de las leyes del universo y una de las reglas de la existencia. Nada sino el hierro puede vencer al hierro. Su credo falso y vano sólo puede ser derrotado por el recto credo islámico. A un credo sólo se le combate con un credo, y al final la victoria es para los justos, porque la justicia es ciertamente victoriosa”.
Y aún la gran mayoría de la prensa y la llamada “comunidad internacional”, siguen empeñados en que se trata de un conflicto territorial, una disputa de límites.
El artículo 11 deja bien en claro por qué, para Hamas, es inviable la solución de dos estados – algo que los medios no mencionan jamás:
“El Movimiento de Resistencia Islámica considera que la tierra de Palestina es un Waqf islámico consagrado a las futuras generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Ni a ella, ni ninguna parte de ella… se puede renunciar… Esta es la ley que rige para la tierra de Palestina en la sharía (ley) islámica, e igualmente para todo territorio que los musulmanes hayan conquistado por la fuerza, porque en los tiempos de las conquistas (islámicas) los musulmanes consagraron aquellos territorios a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio… Todo procedimiento que contradiga la sharía islámica, en lo que concierne a Palestina, es nulo y sin valor”.
Ahora, también, se comprende la imposibilidad de renunciar a Al-Andalus (España). Por otra parte, ¿cómo se concilia el “movimiento de resistencia” con “todo territorio que los musulmanes hayan conquistado por la fuerza, porque en los tiempos de las conquistas (islámicas) los musulmanes consagraron aquellos territorios a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio”? En definitiva, ¿cómo se entiende la paradoja “resistencia”-“imperialismo”?
En tanto, el artículo 12 se adentra en cuestiones más “pragmáticas”:
“Resistir al enemigo y eliminarlo pasa a ser el deber individual de todo musulmán, hombre o mujer. Una mujer puede marchar a combatir contra el enemigo sin el permiso de su marido, e igualmente el esclavo, sin el permiso de su amo…”.
Al enemigo no se lo vence, se lo “elimina”. Recuérdese que el texto de la carta es de 1988; así, ¿qué hace la palabra esclavo en el mismo? O, mejor dicho, ¿quién es el esclavo?
En el artículo 6 decían que:
“… bajo la protección del islam los seguidores de todas las religiones pueden coexistir con toda seguridad en lo que se refiere a sus vidas, posesiones y derechos. En ausencia del islam abunda la discordia, se extiende la opresión, prevalece el mal y estallan cismas y guerras”.
¿Los esclavos son los no musulmanes?
El artículo 31, en tanto, avisa que:
“[…] Los seguidores de las otras religiones tienen el deber de dejar de disputar la soberanía del islam en esta región, porque el día en que esos seguidores tomaran el poder no habría más que matanzas, desplazamiento y terror”.
Y también:
“En cuanto a quienes no han tomado las armas contra vosotros a causa de la religión, ni os han expulsado de vuestros hogares, Alá no os prohíbe que seáis buenos y equitativos con ellos; porque Alá ama a los que son equitativos.” (C 60:8).
Alá “no os prohíbe” es muy distinto a Alá “os ordena que seáis buenos y equitativos”. Así, todo queda librado a la “decisión” de los hombres. Así como en su momento, y según las conveniencias, eran “buenos” o “malos” con los dhimmis.
El artículo 13 decreta:
“Las iniciativas, y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales, están en contradicción con los principios del Movimiento de Resistencia Islámica. El insulto a cualquier parte de Palestina es insulto dirigido contra una parte de la religión. El nacionalismo del Movimiento de Resistencia Islámica forma parte de su religión. Sus miembros se han nutrido de eso. Para izar el estandarte de Alá sobre su patria combaten.
… el Movimiento de Resistencia Islámica no considera que tales conferencias sean capaces de satisfacer las demandas, restaurar los derechos ni hacer justicia a los oprimidos. Esas conferencias sólo son maneras de instalar a los infieles en la tierra de los musulmanes en calidad de árbitros.
No hay solución para la cuestión palestina si no es a través de la Yihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales son todas una pérdida de tiempo y empresas vanas. El pueblo palestino hace bien en no consentir que se juegue con su futuro, sus derechos y su destino. Como se dice en el honorable Hadiz: ‘El pueblo de Siria es el azote de Alá en la tierra. Él se cobra venganza por medio de ellos contra quien le place entre sus esclavos. Es impensable que quienes de ellos son hipócritas prosperen sobre los fieles. Ciertamente se extinguirán de dolor y desesperación’.”
Si, por lo que declara Hamas – que representa a buena parte de los palestinos -, no puede haber soluciones pacíficas, ¿a qué acuerdo se espera que llegue Israel? ¿No es este el principal escollo para la paz?
Para sostener esta ideología, es necesario un profundo adoctrinamiento. En la lógica de la historia como conflicto y del conflicto como razón de ser; éste no puede llegar a su fin, debe ser alimentado.
Hamas lo explica de la siguiente manera en el artículo 15:
“El día en que los enemigos usurpan una parte de la tierra musulmana, la Yihad pasa a ser deber individual de todo musulmán. […] para ello es preciso propagar la conciencia islámica en las masas, a nivel tanto regional como árabe e islámico. Es necesario instilar el espíritu de Yihad en el corazón de la nación, para que se enfrenten a los enemigos y engrosen las filas de los combatientes. Es necesario que los científicos, los educadores y los maestros, los trabajadores de la información y de los medios, así como las masas instruidas, en especial los jóvenes y los jeques de los movimientos islámicos, participen en la operación de despertar (a las masas).
Es importante que se introduzcan cambios básicos en los programas escolares, para purgarlos de los residuos de la invasión ideológica que los afectó por obra de los orientalistas y misioneros que se infiltraron en la región tras la derrota de los Cruzados a manos de Salah el-Din (Saladino). […] Es imperativo instilar en las mentes de las generaciones musulmanas que el problema palestino es un problema religioso, y que hay que acometerlo sobre esa base”.
El artículo 16 continúa:
“Es imperativo seguir la orientación islámica al educar a las generaciones islámicas de nuestra región… utilizando un plan de estudios que forme saludablemente los pensamientos y la fe del estudiante musulmán. Junto a esto también se debe incluir un estudio completo del enemigo, sus capacidades humanas y financieras, sus puntos débiles y fuertes y las fuerzas que le apoyan y le ayudan”.
Para ello, el canal de Hamas, Al-Aqsa TV, emitió un programa infantil (29 de marzo de 2013) que se centraba en la figura de Umm Nidal Farhat, mujer cuyos tres hijos se unieron a Hamás – uno de ellos mató a cinco israelíes antes de que le dispararan, los otros participaron en otros actos terroristas contra Israel y murieron como consecuencia de ello:
“[…] Nieta de Nidal Farhat: Llamo a todas las madres, hijas y hermanas musulmanas, la mezquita de Al-Aqsa espera que seamos la próxima generación que marche hacia ella. No nos ahorren los comandantes, los soldados y los amantes del martirio. La mezquita de Al-Aqsa espera que seamos la siguiente generación que marche hacia ella. No duden [en sacrificarse] comandantes, soldados y amantes del martirio. Las madres envían a sus hijos a la victoria o al paraíso, con la voluntad de Alá.
Los niños en el estudio cantan: la Jihad confiere orgullo y gloria sobre ti cuando te conviertes en un mártir.
[…]O, dispositivo explosivo de gloria – con su sangre ella creó libertad.
[…]Niña presentadora con velo: Debemos sacrificar nuestras vidas por el bien de la patria, para que podamos agradar a Dios y liberar Palestina y Jerusalén…
Niña presentadora: Ella [Umm] crió a sus hijos, desde muy temprana edad, en el amor al martirio por Alá, así como en el amor por su patria y por la defensa de la misma. Debemos aprender de ellos. Debemos emprender la jihad y perseverar para liberar esta tierra. Cuando uno de nosotros es martirizado, decimos que su vida es preciosa, pero es un precio muy barato a pagar por la liberación y la defensa de la patria”.
Los jóvenes y los niños son esenciales para asegurar el futuro del conflicto, del odio. Así, el Bloque Islámico, que comenzó como una organización estudiantil de Hamas, activa en universidades de Gaza, con el paso de los años ha extendido su actividad a las escuelas en todos sus niveles, según informó MEMRI el 21 de marzo de 2013.
El bloque islámico apoya el programa Futuwwa “de entrenamiento militar realizado por las autoridades de Hamas en Gaza en las escuelas secundarias, que comenzó este año académico”.
El diario inglés The Telegraph, a su vez, informaba el 28 de abril de 2013 que “el programa forma parte del currículo para 37.000 palestinos de entre 15 y 17 años, y está concibiéndolo como un sistema destinado a iniciar una nueva generación de hombres palestinos en su lucha contra Israel”. El medio inglés indicaba que un artículo escrito en árabe en el sitio del Ministerio de Educación Hamas acredita a lasBrigadas al-Qassam, por su contribución al curso.
El Centro Meir Amit de Información sobre Inteligencia y Terrorismo señalaba que Samir Zkot, director de la división de investigaciones en terreno del Centro Almezan en Gaza enfatizó que este programa puede poner en peligro las escuelas en la Franja y ponerlas en descubierto ante ataques de la Fuerza Aérea israelí (canal mbc, Dubai, 12 de noviembre de 2012). Zkot comentó también que Hamás hizo recortes en las actividades deportivas de las escuelas durante los últimos seis años. Ahora, según él, Hamás encontró el tiempo para la preparación militar de los alumnos de las escuelas. Agregó que por medio de esta preparación, Hamas desarrolla una “cultura militar” y crea una nueva generación de extremistas.
Hamas asegura el futuro del conflicto y, así, se asegura su propio futuro. Según lo que se desprende de la propia carta programática, Hamas es por y para el conflicto: contra Israel, contra los infieles, y contra aquel que no siga sus lineamientos.
¿Y qué hay de la mujer a todo esto?
El artículo 17 explica:
“La mujer musulmana… Es la hacedora de hombres. […] Los enemigos han comprendido la importancia de su cometido. Consideran que si pueden dirigirla y educarla como ellos quieren, lejos del islam, habrán ganado la batalla. Por eso se les ve atender constantemente a esos intentos a través de campañas de información, películas y programas escolares, utilizando con ese fin a sus lacayos infiltrados a través de organizaciones sionistas bajo distintos nombres y figuras, tales como masonería, clubs de Rotarios, grupos de espionaje y otros, que no son sino células de subversión y saboteadores. […] Estas organizaciones actúan cuando el islam está ausente y alejado del pueblo… El día en que el islam controle la dirección de los asuntos de la vida, estas organizaciones, hostiles a la humanidad y al islam, serán aniquiladas”.
Y el artículo 18 agrega que:
“La mujer en el hogar de la familia combatiente, sea madre o hermana, desempeña el cometido importantísimo de cuidar de la familia, criar a los niños e imbuirles de valores morales y pensamientos derivados del islam. Ella tiene que enseñarles a cumplir los deberes religiosos en preparación para el cometido de combate que les espera. Por eso es necesario prestar gran atención a las escuelas y los planes de estudios aplicados a la educación de las niñas musulmanas, para que cuando crezcan sean buenas madres, conscientes de su papel en la batalla de liberación”.
La mujer es “hacedora de hombres” y el primer eslabón del adoctrinamiento. Hasta el momento, la carta de Hamas no habla de construir, de planes positivos.
El artículo 20, vuelve a acusar a los judíos, exponiendo algunos de los prejuicios antisemitas europeos más conocidos. Además,
“En su tratamiento nazi, los judíos no han hecho excepción para mujeres ni niños. Su política de amedrentamiento es para todos. Atacan a las personas en lo que concierne a su sustento, extorsionando su dinero y amenazando su honor. Tratan a las personas como si fueran los peores criminales de guerra. La deportación de la patria es una forma de asesinato. Para contrarrestar esas acciones, es necesario que en el pueblo prevalezca la responsabilidad social mutua. El pueblo debe hacer frente al enemigo como un solo cuerpo, en el que basta que un miembro se queje para que el resto del cuerpo responda sintiendo el mismo dolor”.
Küntzel también decía que es “paradójico y extraño que los árabes, que reverenciaron a la Alemania nazi y que orgullosamente utilizaron sus símbolos antes de la guerra, ahora utilicen esos mismos símbolos para demonizar a los judíos”.
Es más, la propia carta de Hamas – que habla de exterminio, de superioridad islámica, de reconquistar lo que fue “conquistado por la fuerza” en el pasado y de un movimiento que abarca cada lugar de la tierra donde haya musulmanes – establece una línea de continuidad con la ideología que Qutb y al-Banna.
Por otra parte, el destino que plantea este artículo es colectivo: el pueblo como un solo cuerpo. Un miembro muerto, así, no sería la muerte, sino una mera herida en el “cuerpo”. El individuo, como tal, no tiene cabida – excepto como mártir y “modelo” a seguir – en este esquema. La individualidad atenta contra la comunidad.
De hecho, el artículo 27 afirma:
“… nuestro destino es uno y el enemigo es enemigo conjunto para todos nosotros. La naturaleza islámica de Palestina es parte de nuestra religión, y todo el que se tome su religión a la ligera es un perdedor”.
Es en este contexto en el que Fathi Hammad – parlamentario de Hamas – declaró, en un discurso transmitido por el canal de televisión Al-Aqsa el 29 de febrero de 2008 (MEMRI):
“[Los enemigos de Alá] no saben que el pueblo palestino ha desarrollado sus [métodos] de muerte y de búsqueda-de-la-muerte. Para el pueblo palestino, la muerte se ha convertido en una industria en la cual, las mujeres sobresalen, de la misma manera que todos los que viven en esta tierra. Los ancianos sobresalen en ello, lo mismo que los mujahideen y los niños. Es por esto que hemos formado escudos humanos de mujeres, niños y ancianos y mujahidee, desafiar la máquina de bombardeo sionista. Es como si le estuviesen diciendo al enemigo sionista: ‘Deseamos la muerte como tú deseas la vida’”.
El artículo dice:
“Durante mucho tiempo los enemigos han estado planeando, hábilmente y con precisión, para el logro de lo que han conseguido… Se esforzaron por amasar una grande y sustantiva riqueza material, que dedicaron a la realización de su sueño.
Con su dinero tomaron el control de los medios de comunicación del mundo, las agencias de noticias, la prensa, las empresas editoriales, las emisoras de radio y otros. Con su dinero atizaron revoluciones en distintas partes del mundo para alcanzar sus fines y cosechar sus frutos. Estuvieron detrás de la Revolución Francesa, de la revolución comunista y de la mayoría de las revoluciones de las que hemos sabido y sabemos, aquí y allá. Con su dinero formaron sociedades secretas, tales como la masonería, los clubs de Rotarios y de Leones y otras en diferentes partes del mundo, para sabotear las sociedades y alcanzar los fines sionistas. Con su dinero lograron controlar los países imperialistas e instigarlos a colonizar muchos países para poder explotar sus recursos y extender en ellos la corrupción.
Dígase lo que se quiera de guerras regionales y mundiales. Ellos estuvieron detrás de la Primera Guerra Mundial, cuando lograron destruir el Califato islámico, obtener ganancias financieras y controlar recursos. Ellos consiguieron la Declaración Balfour, formaron la Sociedad de Naciones para dominar el mundo a través de ella. Ellos estuvieron detrás de la Segunda Guerra Mundial, mediante la cual obtuvieron enormes ganancias financieras con el comercio de armamentos, y prepararon el terreno para el establecimiento de su estado. Fueron ellos los que instigaron la sustitución de la Sociedad de Naciones por las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, para poder dominar el mundo a través de ellos. No hay guerra que se libre en ninguna parte en la que ellos no hayan puesto el dedo.
[…]Las fuerzas imperialistas del Occidente capitalista y del Oriente comunista sostienen al enemigo con todas sus fuerzas, con dinero y con hombres. Esas fuerzas se turnan para hacerlo. El día en que apareciera el islam, las fuerzas de la infidelidad se unirían contra él, porque los infieles forman una sola nación”.
En tanto, el artículo 28 asegura:
“La invasión sionista es una invasión pérfida. No se priva de recurrir a todos los métodos, utilizando todos los medios perversos y despreciables para alcanzar su fin. Se apoya fuertemente en sus operaciones de infiltración y espionaje en las organizaciones secretas a las que dio origen, tales como la masonería, los clubs de Rotarios y Leones y otros grupos de sabotaje. Todas esas organizaciones, sean secretas o declaradas, trabajan en favor del sionismo y siguiendo sus instrucciones. Buscan socavar las sociedades, destruir los valores, corromper las conciencias, deteriorar el carácter y aniquilar el islam. Están detrás del comercio de drogas y el alcoholismo en todas sus formas para facilitar su control y expansión”.
Al parecer, sólo las “conquistas por la fuerza” en nombre de Alá no son “pérfidas”.
Y, por su parte, el artículo 32 reitera:
“El sionismo mundial, juntamente con las potencias imperialistas, intenta, a través de un plan estudiado y una estrategia inteligente, sacar a un estado árabe tras otro del círculo de la lucha contra el sionismo, para que al final sólo tenga que enfrentarse al pueblo palestino. Egipto fue, en gran medida, sacado del círculo de la lucha mediante el traicionero Acuerdo de Camp David…
Hoy es Palestina, mañana será este o aquel país. El plan sionista es ilimitado. Después de Palestina, los sionistas aspiran a expandirse desde el Nilo hasta el Éufrates. Una vez que hayan digerido la región que ocuparon, aspirarán a una nueva expansión, y así sucesivamente. Su plan está enunciado en los ‘Protocolos de los Sabios de Sión’, y su conducta en la actualidad es la mejor prueba de lo que decimos”.
Además de la falacia autorreferencial, no hay, como indicaba Aguinis, pudor alguno en revelar la fuente de los libelos y mitos paranoicos.
Matthias Küntzel razonaba:
“Uno podría verse simplemente inclinado a encogerse de hombros ante tal locura, de la misma manera en que los desvaríos de Hitler se encontraron una vez como una sonrisa compasiva. Pero es precisamente este engaño el que inspira el entusiasmo palestino por el asesinato suicidad masivo de civiles israelíes y que provee de un motivo fantasmagórico para seguir fielmente los pasos de Amin al-Husseini, el Muftí de Jerusalén”.
La profesora Jean Bethke Elshtain, de la Universidad de Chicago, en una entrevista de abril de 2007 en el programa Voices on Antisemitism del United States Holocaust Memorial Museum, remarcaba que lo preocupante de las teorías conspirativas antisemitas “es el hecho de que estén siendo divulgadas a través de internet y distintos medios de comunicación que de alguna manera le dan legitimidad a estas teorías conspiratorias. Antes, los personajes que creían en estas difamaciones y que las comunicaban eran percibidos como sujetos aislados y perturbados”.
La clave de esta perenidad de los Protocolos reside, según el analista político estadounidense Daniel Pipes (Conspiracy: How the Paranoid Style Flourishes and Where it Comes From), en que permiten a los antisemitas ir más allá de sus círculos tradicionales y entrar en contacto con una audiencia mayor, internacional.
Pipes, a la vez que señala que las contradicciones manifiestas -los judíos se valen, por ejemplo, tanto de capitalismo como del comunismo para sus planes- han hecho posible que el libelo llegara tanto a ricos como a pobres, a la derecha como a la izquierda, cristianos y musulmanes, sin importar la nacionalidad.
Por su parte, Elshtain hace hincapié en que es muy difícil argumentar contra las teorías de la conspiración porque las conspiraciones son como una psicosis. “Es un sistema enteramente cerrado que tiene una lógica interna implacable… si uno piensa que todo lo que sucede en el mundo está controlado por una cábala sionista; entonces uno puede siempre intentar extraer alguna conexión causal, no obstante lo tenue que pueda ser, y decir que los judíos están realmente detrás de esto:… es simplemente ingenuo suponer que no lo estén”.
Serghei Golunov, de la Universidad Estatal de Volgograd escribía que
“Implementar y buscar capitalizar las teorías conspirativas es algo bastante común entre los actores políticos a lo largo y ancho del mundo. Explicar algunos eventos como resultado de los planes siniestros de oponentes internos o externos puede otorgar autoridad a los teóricos y debilitar a los adversarios. Con sus acciones, los teóricos de la conspiración pueden movilizar a los partidarios, minimizar su propia responsabilidad por los fallos, crear chivos expiatorios, afilar los sentimientos populares negativos, y facilitar explicaciones fáciles para los problemas sociales”.
Hamas dice (Artículo 33) de sí mismo que es un movimiento que está “ basado en las ideas comunes, coordinadas e interdependientes de las leyes del universo”, y que fluye “con la corriente del destino en cuanto a hacer frente y combatir a los enemigos en defensa de los musulmanes y de la civilización islámica y los lugares santos”. Y anuncia que:
“Deben respaldarlo y apoyarlo [al movimiento], como Alá quiere que hagan, facilitándole más y más fondos hasta que se cumpla el propósito de Alá, cuando se cierren las filas, combatientes se unan a combatientes y en todo el mundo islámico las masas den un paso al frente en respuesta a la llamada del deber, proclamando en alta voz: Gloria a la Yihad”.
Es decir, Hamas es el depositario de la voluntad de Alá en la tierra. Y, como consignatario de Alá, Hamas necesita mucho dinero.