Y, aun así, no es extraño que, a pesar de las omisiones y el sesgo que se aplique a la información, esta venga en no pocas oportunidades a contradecir o a poner profundamente en duda al titular.
Dos agencias de noticias españolas ejemplificaban esto recientemente.
De acuerdo al mismo, Israel bombardeaba toda la Franja durante dos semanas, de manera indiscriminada e “ininterrumpida”, como respuesta al lanzamiento de globoso por parte de…, de… De generados espontáneamente y que se lanzan a sí mismos. El grupo terrorista Hamás, quien inició la agresión, era así borrado completamente del titular.
También esta agencia evitaba identificar a Hamás, no sólo como grupo terrorista, sino como el agresor. Aunque, a diferencia del anterior, no presentaba a Israel como el sujeto activo, con la introducción de la abstracta “espiral de violencia” diluían las responsabilidades: la violencia comenzó de la nada, por sí misma.
Es más, si en el cuarto párrafo la agencia daba cuenta de que “los palestinos han intensificado este mes los ataques”, por qué eran noticia las dos semanas de respuesta israelí al mes de agresiones del grupo terrorista Hamás.
Había que llegar al cuarto párrafo para leer que “a principios de este mes, sin embargo, milicias palestinas retomaron el lanzamiento de globos incendiarios y cargados con artefactos explosivos, que no solo encendieron la corta mecha de la recurrente violencia en la frontera sino que causaron cientos de incendios en las comunidades israelíes colindantes”.
Si estaba claro quién había iniciado los ataques – el grupo terrorista Hamas (así considerado, entre otros, por la Unión Europea), cómo se llega pues a un titular y un párrafo de apertura en los que esta responsabilidad era silenciada.
El texto de Europa Press, en su brevedad, no ofrecía mucho más. En cambio, el de Efe aún proporcionaba más material. En primer lugar, algo destacable, para lo que acostumbra a aportar la cobertura en español de este conflicto: la inclusión de la voz de los civiles israelí que padecen a diario los ataques de Hamás desde Gaza; una voz que suele estar ausente.
Otra de las cuestiones que mencionaba la agencia era que:
“Según analistas palestinos, este repunte de tensión se debe a las demandas de la islamista Hamás de que Israel alivie el bloqueo que impuso en Gaza en 2007 y que se atenga a los compromisos acordados en la tregua mediada a fines del año pasado por Egipto y las Naciones Unidas.
Estos, agregan, incluirían, entre otras cosas, la expansión de la zona de pesca en el Mediterráneo, la autorización de la entrada de ciertos materiales que actualmente están prohibidos y un aumento del flujo de productos y de la cantidad de permisos para que gazatíes entren a territorio israelí”.
¿Quiénes son los analistas palestinos que afirman tal cosa?
En abril de 2019, el diario israelí Ha’artez informabaque Israel había expandido la zona pesquera de Gaza a 15 millas marítimas (el equivalente a 28.8 kilómetros desde la costa). Aun así, los ataques desde la Franja no se detuvieron. En diciembre el mismo año, el diario Al Arabiya publicabauna crónica de AFP queseñalaba que, luego de la reducción de la zona pesquera debido a los ataques con cohetes desde Gaza, esta se volvía a extender a las 15 millas marítimas. Y ya en febrero de 2020, el diario Times of Israel apuntaba que el ejército israelí anunciaba la reducción de la zona pesquera a 10 millas náuticas luego de una semana de ataques casi diarios con cohetes y moteros desde Gaza, así como también al lanzamiento de globos con explosivos, hacia el sur de Israel.
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Finalmente, cabría señalar que el comportamiento – el método – de Hamás que ofrecían los “analistas palestinos” como explicación a sus últimos ataques, define al grupo inequívocamente como terrorista.