Este medio, además, elegía omitir el hecho de que Corbyn formaba parte de un grupo secreto de Facebook del que, según David Collier – quien lo expuso -, formaban parte notorios negacionistas del Holocausto, antisemitas y supremacistas blancos.
De la misma manera, silenciaba que el líder laborista fichó por el canal estatal iraní en inglés Press TV; hermano del órgano de propaganda en español Hispan TV, que, como declaró Ezatollah Zarqami, presidente de IRIB, el ente que reagrupa a las televisiones públicas de Irán, fue creado para “reflejar la legitimación ideológica del sistema [político iraní] en el mundo”: ya se sabe, amenazar con borrar del mapa a Israel, negar el Holocausto (banalizándolo, por ejemplo, con grotescos y ofensivos concursos de caricaturas), y financiar el terrorismo de Hezbollah y Hamás (recuérdese que Irán está, según la justicia argentina, acusado de organizar y financiar el atentado contra la mutual judía de ese país), entre otras actividades.
Respecto de la presencia de Corbyn en Túnez en una ceremonia donde depositó una corona enrecuerdo delos terroristas de Septiembre Negro que asesinaron a 11 atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de 1972, el redactor menciona un “controvertido discurso”, pero, vaya sorpresa, no dice nada sobre el mismo. Sólo ofrece el descargo del político inglés. Que en realidad sabía muy bien dónde estaba colocando la corona. Como sabía muy bien quiénes lo acompañaban – aunque ahora juegue al cándido despistado. Tal como recordaba la organización BBC Watch, el propio político escribió una suerte de memoria en forma de artículo al regresar de dicho viaje, que publicó el Morning Star. En la misma, decía que había participado también en una conferencia donde escuchó “discursos de apertura de grupos palestinos como Fatah, Hamás, el Frente Popular para la Liberación de Palestina”. Estos dos últimos, están considerados grupos terroristas… Sabía. Muy bien. Lo que hacía.
Se trata del mismo hombre que – como explicó Gabriel Morales Sod en La Razón de México– durante una conferencia del Centro para el Retorno Palestino en 2013, criticó a los “sionistas en la audiencia”, diciendo que “no quieren aprender historia” y que “a pesar de haber vivido muchos años en el país, no entienden la ironía inglesa”. Morales Sod explicaba claramente por qué las declaraciones son un escándalo: porque “Corbyn confluye los términos sionista y judío, y segundo, y mucho más grave, porque al decir ‘a pesar de haber vivido muchos años en el país’ Corbyn está diciendo, implícitamente, que los judíos ingleses no son de verdad ingleses, viven en el país de prestado”.
Si el lector se queda únicamente con la engañosa información que le ofrece el medio, llegará a la conclusión de que Corbyn se encuentra, inocentemente, siempre en el sitio equivocado en el momento equivocado. Lo cierto es que Corbyn está donde está su ideología. Ni un centímetro más allá: junto a los antisemitas, a los negadores del Holocausto y a los que creen que Israel no tiene derecho a existir (por ejemplo, con los terroristas que pretenden consumar ese deseo). Es decir, ni un centímetro más allá de lo que es.