Como si el hecho de que hubiera menores en las cárceles fuera un asunto exclusivo de Israel, sin ponerlo en un contexto mundial (la media de edad europea es de 14 años, Inglaterra es de 10, hay estados de Estados Unidos de 7 años), el reportero aprovecha la figura de la conocida como Shirley Temper” palestina, para hablar de los menores presos en las cárceles israelíes. Sólo de los presos palestinos, los menores israelíes presos israelíes no cuentan…
El periodista dibuja un épico retrato de Ahed Tamimi, a quién define como pequeña Pasionaria de los territorios ocupados. Curiosamente, el periodista no emplea comillas en esta descripción; no obstante, sí las emplea cuando explica que fue acusada de agresión. Como si las imágenes virales de Tamimi golpeando al militar no fueran suficiente prueba de que hubo una agresión
Describe El País la mirada desafiante de Ahed Tamimi y la determinación de una niña criada en una familia de activistas.Pero no explica en qué consiste dicho activismo
Es decir, que la utilización de los niños palestinos en el conflicto con los israelíes es parte de una estrategia, cuidadosamente elaborada por sus líderes, que educan en el odio, ante la complicidad silenciosa de los reporteros que sólo compran imágenes de confrontación descontextualizadas (cuando, directamente, no ensalzan dicha actividad).
Esto, que es totalmente silenciado en las páginas de El País, tal vez pueda explicar por qué hay tantos niños encarcelados en Israel. Son adoctrinados y utilizados, en algunos casos, incluso por sus mismos padres, para ir a la lucha.
Recordemos, que menores israelíes también reciben sentencias por agredir a palestinos; incluso, cadena perpetua, como es el caso de los asesinos israelíes del joven Abu Khdeir, a quien secuestraron, torturaron y quemaron.
Porque, conviene recordar que los menores, los niños, también matan. Era menor quien asesinó a Dafna Meir, apuñalándola hasta la muerte frente a tres de sus hijos, eran menores los dos palestinos que apuñalaron al guarda de un autobús, y también los que apuñalaron dejando gravemente herido a un menor israelí que salía de comprar golosinas de una tienda, y así un largo etcétera que no tiene cabida en las páginas de El País.
Lo terrorífico es que los medios occidentales compren ese discurso, sin plantearse el verdadero trasfondo ético: el empleo de niños por parte de sus mayores en la lucha y la confrontación. Lo que denunciarían aquí, lo aplauden ahí.