El artículo Israel convoca al embajador sueco tras el reconocimiento de Palestina del diario El País presenta varios aspectos que habría que matizar.
En primer lugar, el artículo habla acerca de enfado de Israel con Suecia, pero en ningún momento explica por qué a Israel le molesta el reconocimiento de Palestina como estado. Si uno se limita a la información de este artículo, parecería un enfado injustificado. O un enfado basado en una supuesta negativa israelí a que exista un estado palestino. Pero el problema es más profundo. Israel ha explicado en múltiples ocasiones que los movimientos unilaterales palestinos son una contravención de los acuerdos de Oslo. Es imposible explicar al lector la realidad de la zona sin tomarse el trabajo dedar a conoceruna de las posturas.
Por otra parte, respecto a la operación Margen Protector, la crónica asegura que en ella “murieron más de 2.100 palestinos, de los cuales tres cuartas partes eran civiles”.
¿Según qué organización? Al no especificar quién aporta los datos, el diario los incorpora a su relato como un hecho incontestable. Sin embargo, existen otras estimaciones, como la del Centro de Inteligencia Meir Amit,según las cuales, las víctimas civiles rondaban el 50%.
Siempre respecto a Margen Protector, el periodista reduce su justificación a una escueta frase:
“En julio, Israel desató una operación militar en Gaza para debilitar al grupo islamista Hamás, que controla la Franja desde la corta guerra civil palestina de 2007.”
Lo cierto es que la operación Margen Protector no la desató Israel así como así, sino que fue en respuesta a una campaña de lanzamiento de cohetes contra territorio de Israel por parte de grupos palestinos, que se intensificó en el mes de junio. Al obviar esta información relevante, el medio está ofreciendo una imagen incompleta de la situación.
El periodista escribe después un párrafo con más carga de opinión que de información:
“Los límites territoriales de Gaza están delimitados con claridad por las alambradas y muros fronterizos levantados por Israel, que cerca el minúsculo y arruinado territorio con la entusiasta colaboración del régimen golpista que gobierna Egipto desde 2013. La Cisjordania ocupada, en cambio, es lo que la derecha y la ultraderecha israelí es decir, buena parte del espectro político del país- y sus simpatizantes internacionales describen como un territorio en disputa. Pese a las resoluciones de Naciones Unidas, Cisjordania padece los mordiscos periódicos de colonos que extienden lentamente el territorio bajo control administrativo directo de Israel.”
1- Los límites de Gaza están delimitados precisamente por los acuerdos de Oslo, que el periodista sin embargo obvia en su artículo.
2- El bloqueo (independientemente de la legitimidad del gobierno egipcio) es legal según la ONU (informe Palmer). ¿No es relevante mencionarlo?
3- “Territorio en disputa” no es una descripción de derechas o izquierdas israelíes. En general, los israelíes se refieren a “los territorios”, sin especificar. A menos que el periodista cuente con algún tipo de encuesta en el que se especifique que es un término mayoritariamentre empleado por la derecha, el debate tiene más que ver con una lectura legal acerca de dichos territories. Si va a ser mencionado, merecería una explicación más acorde.
En general, el artículo de El País, parece más producto de opinión que de información, y el resultado es demasiado superficial para que un lector pueda entender el cuadro general.