La misión diplomática palestina en España está de enhorabuena, ya que ha encontrado un portavoz en el diario de mayor tirada de habla hispana.
A pesar de las protestas respecto a un artículo anterior de los periodistas Ignacio Cembrero y Ramón Besa publicado en la sección deportes de El País, en el que definían a Gilad Shalit como un un militar israelí involucrado en la matanza de Gaza, el diario reincidía con otro texto unilateral carente de toda contextualización, en el que se centraban en la invitación del Barça ados deportistas palestinos encarcelados por Israel.
Si en Un incómodo espectador (25 de septiembre de 2012) apenas existían voces que explicaran la invitación de Barça a Gilad Shalit, para que éste pudiera presenciar en su estadio un partido de fútbol, en El Barça apacigua las protestas invitando al Clásico a dos expresos palestinos (28 de septiembre de 2012), firmado por los mismos autores, la falta absoluta de contraste informativo es total. Por un lado, los autores reinciden en ofrecer datos erróneos cuando afirman que:Shalit, que quiso hacer el servicio militar en una unidad de combate, fue capturado por Hamas en 2006 y permaneció cinco años cautivo hasta que en 2011 fue intercambiado por 477 presos palestinos.
1- No fue un intercambio por 477 presos palestinos, sino por 1.027. Los 447 corresponden a una primera fase del acuerdo.
2– Gilad Shalit no fue capturado por Hamás en un acto de guerra, tal y como parecerían dar a entender los autores de la nota. Gilad Shalit fue secuestrado por un grupo terrorista, mientras el joven se encontraba en Israel realizando su servicio militar obligatorio. Recordemos que Gaza no estaba ocupada en el momento en el que la célula terrorista atravesó la frontera con Israel, lanzó un ataque contra una patrulla, mató a dos soldados y se llevó de rehén al, entonces cabo, Shalit. Israel se había retirado un año antes de Gaza.
Si, a pesar de estos datos, alguien quería seguir viendo en ese secuestro una captura legítima (como parece querer dar a entender el artículo de El País), el argumento se desmoronó en cuanto al joven le fueron negados los derechos recogidos en el Tercer Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerraEl mismo corresponsal del diario El País en su día, Enric González, lo explicaba de la siguiente manera (¿Dónde estás, Gilad Shalit? 3 de julio de 2011):
sus captores denegaron a Shalit el derecho de visita de la Cruz Roja e impidieron a sus familiares el derecho a saber dónde se encontraba.
Escribía González en dicho artículo:
Y en cuanto Hamás pidió un rescate por el rehén, consistente en la liberación de todas las presas palestinas, de todos los presos varones menores de edad y de otros 1.000 presos más, entre ellos varios condenados por gravísimos delitos de terrorismo, el asunto se convirtió en un secuestro. Eso lo reconoce la propia Cruz Roja.
3– La necesidad de especificar que Shalit estaba voluntariamente en una unidad de combate no resultaría nada rara, si por la otra parte los autores tuvieran la misma necesidad de explicar quiénes eran algunos de los presos liberados a cambio.
El mismo diario El País, sin embargo, sí lo explicaba en El canje por el soldado Shalit deja en libertad a decenas de terroristas (18 de octubre de 2011):
Entre los 477 presos palestinos que son liberados hoy figuran unos 280 condenados a cadena perpetua por su implicación en atentados en los que murieron centenares de israelíes como parte de un canje por la liberación del soldado Gilad Shalit.
Por otra parte, todo el artículo de Ignacio Cembrero y Ramón Besa vuelve a estar enfocado exclusivamente desde una perspectiva anti-israelí y sólo se recogen voces palestinas, emisoras de Gaza en manos de Hamás u opiniones de organizaciones dedicadas al boicot a Israel.
Los autores especifican que uno de los ex presos palestinos que serán invitados junto a Shalit es el futbolista Mahmud Sarsak, de 25 años, que permaneció tres años en detención administrativa, de julio de 2009 a julio de 2012, sin haber sido juzgado, pero no son tan prestos a la hora de explicar quién es el otro ex preso que asistirá al partido, del que se limitan a señalar que se trata de Jibril Rajub, de 59 años, presidente de la Federación de Fútbol, que pasó 17 años en la cárcel.
Pero ¿por qué estuvo Rajub 17 años en la cárcel? Ni una palabra al respecto por parte de los periodistas. Sin embargo, una mirada al perfil de Rajub permite descubrir que estuvo 17 años encarcelado interrumpidamente por distintas implicaciones con actos o actores terroristas. Una de sus sentencias fue de cadena perpetua en 1970 por lanzar una granada contra un convoy militar israelí.
No hace mucho, Rajub volvía a ocupar un espacio mediático relevante al declarar que la campaña para conceder un minuto de silencio en recuerdo de los 11 atletas isralíes asesinados en Munich por terroristas palestinos, era un acto de racismo
Es probable que los periodistas sientan una gran simpatía por la autodenominada resistencia palestina y por el discurso propagandístico anti-israelí que los empuja a definir a Shalit como un joven tanquista y a intentar equiparar su figura con la del ex preso Rajub.
Y eso es legítimo en la esfera privada, pero no lo es a la hora de informar.
El diario El País debería explicar su postura al respecto.