El artículo de El País, Ban condena la ampliación de las colonias isralíes en territorio ocupado (13 octubre 2014), require algunas matizaciones. El periodista escribe:
El parlamentario derechista israelí Moshé Feiglin había obtenido unas horas antes el permiso policial para visitar la Explanada de las Mezquitas en la ciudad santa con motivo de una festividad religiosa judía. La policía israelí se enfrentó a un grupo de palestinos que, según informaciones oficiales, se disponían a protestar por el paseo del derechista judío al lugar más sagrado para los musulmanes en Jerusalén. En 2000, el entonces primer ministro israelí Ariel Sharon, miembro como Feiglin del partido Likud, visitó la explanada en medio de protestas que se recuerdan como uno de las detonantes de la segunda Intifada.
1 – Si el periodista menciona que la Explanada de las Mezquitas es el lugar más sagrado para los musulmanes en Jerusalén, ¿no debería también explicar que se encuentra en el lugar más sagrado para los judíos?
La Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado en el Islam, se conoce también como Monte del Templo y es el lugar más sagrado del judaísmo, ya que ahí sitúan la piedra del sacrificio de Isaac y ahí erigieron el primer y el segundoTemplo.
2 – La famosa visita de Ariel Sharon no fue uno de los detonantes de la segunda Intifada, que ya había sido planificada previamente y así lo han reconocido los mismos palestinos. La Comisión Mitchell, comisión internacional encargada de analizar los orígenes de la revuelta, concluyó tajantemente que, a pesar de que pudo haber sido inoportuna:
La visita de Sharon no causó la Intifada de Al-Aqsa.
Declaraciones de líderes palestinos han situado al entonces primer ministro palestino Yasser Arafat como uno de los principales incitadores de la violencia, al no sentirse capacitado para aceptar la oferta de paz realizada por Ehud Barak en Camp David.
En septiembre de 2010, el líder de Hamás Mahmud Zahar, declaró ante una audiencia de estudiantes en la Universidad Islámica de Gaza que:
El presidente Arafat dio instrucciones a Hamás para que llevara a cabo un cierto número de operaciones militares en el corazón del Estado judío después de darse cuenta de que sus negociaciones con el Gobierno israelí habían fracasado.
No es la primera vez que se incide en la responsabilidad institucional palestina detrás de la Segunda Intifada. Ya en el año 2000, el entonces Ministro de Comunicaciones palestino Emmad el-Faluji, manifestó que:
Quien piense que esta Intifada empezó como consecuencia de la visita despreciable de Sharon a la Mezquita de Al Aqsa está equivocado. Eso simplemente fue lo que acabó con la paciencia del pueblo palestino. Esta Intifada ya había sido planificada tras la vuelta del presidente Arafat de las últimas conversaciones en Camp David.