Dos palestinos muertos y 5 israelíes heridos hoy en Cisjordania titulaba la agencia EFE, el 8 de noviembnre de 2015, una nota acerca de dos distintos incidentes en Israel.
El titular no dejaba entender que los palestinos muertos eran precisamente los agresores, abatidos durante su ataque.
Posteriormente, la agencia corregía el titular por:
Dos palestinos muertos y 5 israelíes heridos en nuevos ataques en Cisjordania
Es decir, que la agencia cambiaba hoy en Cisjordania por nuevos ataques en Cisjordania, pero no consideraba relevante informar en su titular quién fue el agresor y quién la víctima.
Esta información tampoco la recibía el lector al leer el primer párrafo de la nota, que en un sorprendente malabarismo estilístico, era capaz de convertir a los agresores en las víctimas de la agresión:
“Dos palestinos han muerto hoy en dos incidentes registrados en Cisjordania, un atropello supuestamente intencionado y un apuñalamiento, en los que cinco israelíes resultaron heridos.”
El arte de evitar describir los hechos. Algo tan básico en periodismo como explicar quién atacó a quién.