EFE: máxima puntuación en activismo

El 7 de agosto de 2013, la agencia EFE publicaba Familias palestinas viven en la incertidumbre ante la liberación de presos, una emotiva crónica acerca de las familias de los 104 presos palestinos que van a ser liberados por Israel ante el reinicio de las conversaciones con la Autoridad Palestina.

Las expectativas y la desconfianza de las familias, así como su desolación protagonizan este excelente ejemplo práctico que reúne casi todas las características necesarias para que prevalezca el activismo al periodismo.

1- MANIQUEÍSMO

El artículo se posiciona desde la perspectiva palestina. Los israelíes sólo son mencionados para asegurar que no han cumplido su palabra en anteriores ocasiones, o que impiden contactos con los presos, o los maltratan o bombardean a los palestinos. Por el contrario, las familias palestinas honran a sus miembros ausentes y “han vivido con inquietud sus largas huelgas de hambre”. Los presos, por su parte, “superan la cincuentena y han cumplido dos décadas en prisión” y alguno, incluso, “no conoce a sus 47 nietos más que por foto”.

2- PERSONALIZACIÓN DE LOS BUENOS

El artículo se centra en el caso de Aise Daajne y su espera para reencontrarse con su marido Mahmud, que “no conoce a los cónyuges de ninguno de sus hijos y su madre murió este año tras visitarle en la cárcel por última vez trasladada en una ambulancia”. También conocemos en esta crónica a su hermano Fadi, que cuenta cómo Mahmud “tiene a dos nietos en prisión: Mahmud, de 21 años, y Ayman, de 16, detenidos por tirar piedras”.

3- OMISIÓN DE DATOS Y LÉXICO PARTIDISTA

Aunque la agencia explica vagamente que a Mahmud “acusaron de participar en una operación con el Frente Popular para la Liberación de Palestina”, no deja de anotar que:

“Amjad Abu Asab, presidente de la Asociación de Familiares de Presos de Jerusalén, lo califica de “luchador por la libertad” y explica que “lo sentenciaron a una pena de 109 años por recibir instrucciones del FPLP y matar a un soldado (israelí) en Rehovot (cerca de Tel Aviv)”.”

4- LENGUAJE EMOTIVO

“Aise Daajne ya no espera nada”, “ella prefiere reprimir la esperanza.” “Hasta que no le vea en casa, no lo creeré”, asegura a Efe esta palestina de 64 años con firmeza, aunque con un tímido rayo de ilusión en la mirada.” “Pese a su negativa a ilusionarse, Aise reconoce que ha pintado la casa y planeado el menú que preparará a Mahmud: las tradicionales “warak dawali”, hojas de parra rellenas de arroz, y “mansaf”, cordero con salsa de yogur seco, que nunca probó en prisión.”

5- ¿Y SARAH SHARON?

No existe.

De haberse tomado el trabajo de informarse de qué ocurre del otro lado, EFE habría descubierto que contrariamente a lo que asegura el presidente de la Asociación de Familiares de Presos de Jerusalén, la víctima de Mahmud no fue un soldado, sino una civil.

La víctima también tenía un nombre propio: Sarah Sharon. A los 38 años fue acuchillada hasta la muerte mientras paseaba por la calle Hagoyev Holon.

Mahmud no fue condenado por “participar” en esa acción, sino por planearla, iniciarla e incitar a sus cómplices al asesinato.

Recordemos además, que el Frente Popular para la Liberación de Palestina, al que Mahmud pertenecía es un grupo considerado terrorista.

Sarah Sharon, además, también tenía familia: 4 hijos, tres hijas, sus padres Esther y Moses Zanti, su hermana Dorit y sus dos hermanos Simon y Jacob.

Sería interesante saber cómo se siente esa familia asistiendo a la liberación del asesino de Sarah. Ella sí que noconocerá a sus nietos, ni siquiera por foto,ni volverá a probar ninguna delicia, pero claro, a lo mejor a EFE las víctimas no le emocionan tanto como sus verdugos.

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