Y comenzaba diciendo que:
“La tensión que se vive en Israel se trasladó anoche al campo de fútbol durante el encuentro que disputaron el Bnei Shakhnin, único equipo árabe-israelí, y el Beitar Jerusalén, cuya afición es de tendencia ultranacionalista judía, que acabó con insultos y enfrentamientos”.
Es decir, la afición del equipo “judío” resulta ser de “tendencia ultranacionalista”, en tanto que las del equipo árabe… pues eso, sólo es árabe-israelí. “Ultras” frente a aficionados sin más, de andar a pie.
Durante la ceremonia de inauguración del estadio del Bnei Shakhnin, financiado por Qatar, en octubre de 2014, y según informó la agencia AFP, el club le rindió honores a Azmi Bishara, ex parlamentario árabe-israelí que escapó de Israel en 2007 mientras estaba siendo investigado por colaborar con el grupo terrorista Hizbulá.
El portal Vice Sports señalaba que:
“… los ultras del Sakhnin… recientemente mostraron pancartas que rezaban ‘Jerusalén es nuestra’…”
La propia agencia hablaba de un equipo árabe-israelí cuya afición, sin embargo, enarbola banderas palestinas (lo que sugeriría una incapacidad o falta de voluntad para convivir en un Estado que no sea árabe o musulmán) y canta “con nuestra sangre y con nuestra alma defenderemos la mezquita de Al Aqsa”, una apología del “martirio” y una actitud que difícilmente pueda considerarse como tolerante.
El diario Jerusalem Post indicaba el 19 de octubre de 2014 que:
“Miri Regev [presidenta de la Comisión de Interior de la Knesset] agregó que el Ministerio de Cultura y Deporte está cerrando los ojos ante el fenómeno de la actividad anti-israelí y que esta no es la primera vez que el Bnei Sakhnin y sus fans corearon cantos racistas contra Israel”.
“Desde la de Shakhnin el grito más escuchado fue: ‘con nuestra sangre y con nuestra alma defenderemos la mezquita de Al Aqsa‘, el tercer lugar más sagrado del islam y corazón de la disputa entre judíos y musulmanes”.
Efe se confunde, o pretende confundir al lector: la mezquita de Al Aqsa no es el “corazón de la disputa”. La disputa se centra en el predio (en el deseo de ciertos sectores judíos de rezar en dicho predio, no en la mezquita) del Monte del Templo. La mezquita de Al Aqsa es, sí, el centro de un libelo – que afirma que Israel busca destruirla; y que genera odio religioso y violencia – difundido por la Autoridad Palestina, Fatah, Hamas y otras organizaciones palestinas.
A su vez, la agencia mencionaba la santidad del lugar para el islam (por detrás, en importancia, de la Meca y Medina), pero olvidaba mencionar un hecho muy relevante: el Monte del Templo (renombrado por los musulmanes como Haram al-Sharif – también denominado Explanada de las Mezquitas) es el sitio más sagrado del judaísmo. La omisión sugiere que los judíos intentan arrebatarle un lugar sagrado a los musulmanes; lo que parece suscribir al libelo difundido por el liderazgo palestino.
Así, los judíos (o israelíes; aunque la agencia elige el primer término), tanto en el ámbito del fútbol, como en el religioso o político, son los agresores…
En este sentido, Efe aseguraba – repitiendo un párrafo que ya había utilizado en, al menos, otro artículo – que:
“La tensión ha crecido en Jerusalén desde que en julio extremistas judíos quemaran hasta la muerte a un joven palestino en venganza por el asesinato a manos de ex convictos islamistas tres semanas antes de tres estudiantes israelíes que hacían autostop en la Cisjordania ocupada”.
Es decir, la violencia palestina no causa tensión (no provoca consecuencias), sino que es una “reacción natural”, y quienes la ejercen, no son ni extremistas ni ultranacionalistas, sino meros “ex-convictos”.
Pero, más allá de esto, ¿cómo explica el hecho de que exista una afición ultra en un club israelí, el secuestro y posterior asesinato de tres chicos judíos? ¿O toda violencia palestina es una reacción a la “discriminación” y “opresión” que sufren a manos de los “extremistas judíos”?
¿Entonces, qué explicaría sobre España, para Efe, la presencia de grupos como los Ultra Sur en las gradas de los estadios españoles? ¿Y los radicales italianos sobre Italia? ¿Y los hooligans sobre Inglaterra?
Es que, ¿la presencia de ultras en el fútbol no es una problemática repudiable más bien generalizada en el fútbol mundial? Es decir, ¿su presencia no explica una problemática común en todo el mundo?
Mientras tanto, la agencia ahondaba en la inversión de la realidad:
“Desde entonces, la ciudad santa ha sido escenario de cruentos ataques de palestinos, agresiones racistas judías y enfrentamientos entre grupos de jóvenes y fuerzas de Seguridad, especialmente en los barrios árabes”.
“Cruentos ataques palestinos”, “grupos de jóvenes” y “agresiones racistas judías”. Por un lado, palestinos, por el otro, no israelíes, sino judíos evidentemente “racistas”…
Pero, ¿qué motivará los “cruentos ataques” palestinos? ¿No existe una motivación racista, ultranacionalista? ¿Cómo debe interpretarse un atentado en una sinagoga contra judíos, perpetrado por árabe-israelíes? Si, según Efe, las agresiones judías contra musulmanes (o árabes) son “racistas”, ¿no lo serán también las agresiones de musulmanes o árabes contra judíos o israelíes?