El diario mexicano La Jornada publica en su sección de Opinión del día 8 de agosto de 2012, un artículo firmado por José Steinsleger titulado, De sionistas y judíos’.
Steinsleger escribe varias falsas afirmaciones que incluyen comparaciones entre el sionismo y el nazismo, un argumento que según el Departamento de Estado de Estados Unidos, la European Union Agency for Fundamental Rights (FRA) y la Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE), es una clara muestra de antisemitismo.
Pero habría que recordar que, por un lado, Steinsleger no es un periodista serio, pues se ha visto involucrado en casos de plagio, como explicamos más adelante. Y, por otra parte, que el diario La Jornada no es sinónimo de información imparcial, pues en varias ocasiones la polémica le ha salpicado por apoyar los comunicados de organizaciones terroristas, como ETA.
La libertad de expresión es un derecho básico y fundamental, así lo reconoce la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU y la Constitución Mexicana de 1917, sin embargo, incluso la libertad de expresión tiene un límite y este también está delimitado en la Carta Magna de México, que en sus artículos 6 y 7 afirma que la libertad de escribir y publicar textos no tiene más límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública.Y el artículo de Steinsleger parece ignorar que sus comparaciones con el nazismo son inmorales y que la incitación al odio puede perturbar a la paz pública.
La Jornada, ¿plataforma mediática del terrorismo?
En 2002 el diario mexicano firmó un acuerdo con el diario vasco Gara antes Egin– que funcionaba como la plataforma de divulgación de los comunicados de la organización terrorista vasca ETA, responsable de cientos de asesinatos contra ciudadanos españoles inocentes.
Estos hechos no sólo trajeron publicidad gratuita a La Jornada, también desbarataron su rol como un medio de comunicación imparcial. Evidenciaron que su cobertura informativa estaba condicionada por su ideología y que ésta coincidía con la del diario Gara, brazo mediático de la organización terrorista ETA.
Steinsleger, autor de plagios
José Steinsleger se ha caracterizado por publicar artículos sobre temas muy delicados, como el genocidio de los gitanos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, para lograrlo, Steinsleger ha plagiado no uno, sino varios textos, entre ellos: la tesis de doctorado y un artículo de la historiadora israelí ya fallecida Myriam Novitch, como demostró un artículo de Guillermo Sheridan en la revista Letras Libres. Párrafos enteros fueron plagiados por Steinslager, quien ni siquiera citó los textos originales ni mencionó el nombre de Novitch. ¿Qué nivel de credibilidad y confianza puede tener un autor que plagia? Parece que la suficiente para que el diario La Jornada le otorgue nada más y nada menos que sus páginas de Opinión.
Sobre el artículo De sionistas y judíos’
Para Steinsleger, Israel es un lugar habitado por terroristas que, más allá de ser un país al que dio origen una votación democrática de las Naciones Unidas, sólo es un enclave neocolonial.
El combustible del texto de Steinsleger no es otro que el de la teoría de la conspiración, pues para el periodista, tanto el presidente Barack Obama como el candidato republicano Mitt Romney, además de la reina de Inglaterra, la nobleza de musulmanes sunitas y el candidato opositor en Venezuela, Henrique Capriles, sin olvidar a los creyentes y ateos de la Unión Europea son todos parte de una formación terrorista israelí, con la que han cerrado filas.
Resulta inverosímil que todos los creyentes y ateos europeos sean susceptibles de unirse por una causa tan específica y particular como cerrar filas en torno a la política pública de Israel. Y, por otro lado, parece que Capriles, el candidato venezolano opositor a Hugo Chávez, tiene mucho más en común con la nobleza sunita de lo que él o ellos habrían podido imaginar, pues para Steinslager ambas partes están alienadas con Israel.
Además, para demostrar la supuesta manipulación del estado de derecho y la democracia en Israel el autor afirma en su texto que los servicios de seguridad israelíes inventaron cargos de espionaje y traición contra Azmi Bichara, un ex parlamentario israelí del partido Balad que fue candidato a primer ministro. Cabe destacar que Steinslager no aporta ninguna evidencia ni menciona fuente alguna que pruebe la veracidad de sus afirmaciones. Aunque, por otra parte, los servicios de seguridad israelíes sí han presentado pruebas oficiales ante la Suprema Corte de Justicia de Israel que demuestran que Bichara incitó a los palestinos a adoptar las técnicas de Hezbolá para combatir a Israel durante, al menos, dos discursos públicos, además de que visitó países que se encontraban en guerra con su Estado, lo que se considera una violación de la leyes por parte del poder judicial de ese país.
Por tanto, cabe denunciar la publicación del artículo De sionistas y judíos’ publicado en el diario mexicano La Jornada, para que los lectores no sean engañados ni manipulados por Steinsleger, un periodista que plagia y que incita al odio en un diario que ha sostenido lazos abiertos y probados con organizaciones terroristas.