Desmontando el “Apartheid Israelí”

Aunque sus adversarios siempre han acusado a Israel de múltiples fechorías, hace relativamente poco que tales pretendidas transgresiones vienen siendo tomadas en consideración por el denominado movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), constituido según el modelo de la campaña anti-apartheid en Sudáfrica, y basado en el alegato de que Israel también es un Estado apartheid. Parte integral de la campaña del BDS es la Semana del apartheid israelí, llevada a cabo en algunos campus universitarios, con oradores, manifestaciones y teatro callejero destinado a ilustrar la aseveración de que Israel es, en pocas palabras, malo. Tan malo que, al igual que la Sudáfrica del apartheid, es ilegítimo y debería dejar de existir.

Sin embargo, si se examinan en detalle, las acusaciones de apartheid se desmoronan, ya que Israel es, de hecho, una democracia progresista y liberal. Al igual que otras democracias occidentales, Israel no es perfecta, pero cuando se producen errores e injusticias, éstas suelen ser generalmente rectificadas gracias al sistema de amplios controles y equilibrios del país. A diferencia de los países árabes vecinos, Israel tiene elecciones libres, libertad de prensa, plena libertad religiosa y plenos derechos para las mujeres y las minorías, incluidos los homosexuales. En Israel hay legisladores árabes en la Knesset, diplomáticos árabes en el Ministerio de Relaciones Exteriores, generales árabes en las Fuerzas de Defensa y también jueces árabes. De hecho, ha sido un juez del Tribunal de Distrito árabe (George Karra) quien recientemente condenó a prisión al ex presidente israelí Moshe Katzav, y un juez árabe de la Corte Suprema quien confirmó la sentencia (Salim Joubran).

Al igual que muchos sites anti-Israel, aquellos que se especializan en su pretendido apartheid suelen incluir embarazosas citas atribuidas a líderes israelíes, con el fin de presentarlos como racistas sanguinarios y asesinos de inocentes mujeres y niños árabes. Un rastreo de dichas citas hasta sus fuentes demuestra que la mayoría son sencillamente inventadas, mientras que otras muchas son sacadas de contexto.

Si bien es cierto que bajo el gobierno israelí los palestinos de Gaza y Cisjordania no tenían los mismos derechos que los árabes o los judíos en Israel, nunca sufrieron nada mínimamente comparable con el apartheid. De hecho, en muchos aspectos, tenían más derechos durante el gobierno israelí que aquellos de los que gozan hoy bajo el gobierno de Hamás en Gaza o de la Autoridad Palestina en Cisjordania, y sin duda más derechos que los ciudadanos de cualquier otro país árabe.

A pesar de ello, merece la pena analizar en detalle las acusaciones de apartheid para sopesar, si acaso, su posible veracidad, así como para evaluar la fiabilidad que debe concederse a quienes formulan tales cargos. Dado que la mayoría de los sites del Israel-apartheid repiten prácticamente idénticas acusaciones, lo que analizaremos aquí son algunas muestras representativas de los cargos más graves, tal como aparecen en el portal ItisApartheid.org en su panorama general titulado El Apartheid israelí en los territorios ocupados, así como en las distintas hojas informativas que abordan temas específicos.

Lógicamente, no podemos analizar todas las alegaciones de ItisApartheid o sites similares, lo cual no significa que tales alegaciones tengan más validez que las que se examinan aquí.

Acusaciones de Apartheid frente a los Hechos

Acusación de limpieza étnica

Mito: Israel es culpable de depuración étnica. Una de las “hojas informativas” clave del sitio, centrada en la Limpieza Étnica en Palestina afirma que:

La limpieza étnica en Palestina se inició con la idea de que los árabes palestinos nunca consentirían en renunciar a sus tierras en favor de los judíos europeos tras la Segunda Guerra Mundial.

Desde el principio, el primer líder de Israel, David Ben-Gurion, dejó claras las intenciones del movimiento sionista de Israel cuando dijo en 1937: “Debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar. Pero hay que esperar el momento oportuno para hacer que esto suceda, por ejemplo una guerra “.

Realidad: Esta pretendida cita es falsa: la primera frase ha sido mutilada y la segunda sencillamente inventada. El sentimiento real de David Ben-Gurion era lo opuesto de lo que se le acusa aquí.

Ciertamente, en muchos websites aparece esencialmente dicha cita, pero como bien saben los historiadores, ello no es suficiente; uno siempre debe ir, en la medida de lo posible, a las fuentes primordiales. Y al igual que con muchas otras supuestas “citas sionistas”, en este caso la fuente primordial ofrece un cuadro muy distinto. Según el profesor Efraim Karsh, que examinó en los archivos el documento original de 1937 (una carta escrita a mano de Ben-Gurion a su hijo Amos), esto es lo que el párrafo en cuestión dice en realidad:

No deseamos y no necesitamos expulsar a los árabes y ocupar su lugar. Todas nuestras aspiraciones se basan en la suposición -demostrada a lo largo de toda nuestra actividad en la tierra [de Israel]- de que hay espacio suficiente en el país para nosotros y los árabes. (Efraim Karsh, Fabricando la Historia de Israel, p 49-50; Un camaleón, no obstante)

O sea, como se ha indicado anteriormente, Ben-Gurion dijo exactamente lo contrario de lo que éste y otros websiteapartheid pretenden hacer creer a sus lectores. Y la carta a su hijo no fue una excepción: en muchas otras ocasiones Ben-Gurion hizo declaraciones similares acerca de la convivencia con los árabes y de los derechos que los ciudadanos árabes tendrían en Israel. Por ejemplo, diez años después de la citada carta, en un discurso pronunciado el 13 de diciembre de 1947, Ben-Gurion dijo:

En nuestro Estado habrá igualmente no-judíos, y todos ellos serán ciudadanos con iguales derechos, iguales en todo, sin excepción; o sea que el Estado será su Estado también. … La actitud del Estado judío para con sus ciudadanos árabes será un factor importante -aunque no el único- en la construcción de relaciones de buena vecindad con los países árabes. Si el ciudadano árabe se siente en su casa en nuestro Estado y si su status no es en lo más mínimo diferente de el del judío -y probablemente mejor que el status del árabe en un Estado árabe- entonces la desconfianza árabe disminuirá, y un puente hacia una alianza semita judeoárabe se habrá construido. (Karsh, Fabricando la Historia de Israel, p67; para un extracto, ver el artículo de Karsh Los palestinos y el “derecho al retorno”, Commentary, p26)

Como era de esperar de las declaraciones de Ben-Gurion, la acusación de limpieza étnica es igualmente falsa. La historia de lo que sucedió durante y en torno a 1948 es, obviamente, muy complicada, por lo que tan solo algunos hechos sobresalientes pueden esbozarse aquí. Para una información más completa consulte las referencias citadas a lo largo de esta sección.

Comencemos por el grupo más numeroso de refugiados palestinos, aproximadamente un diez por ciento del total, que llegaron de la ciudad mixta árabe-judía de Haifa. Benny Morris (historiador tildado de revisionista, muy citado por los críticos de Israel) documentó que los palestinos que huyeron de Haifa lo hicieron en contra de los ruegos de sus vecinos judíos y de un General británico de que permanecieran en el lugar:

Bajo mediación británica la dirigencia israelí acordó un alto el fuego, haciendo un ofrecimiento que los británicos consideraron como términos generosos. Pero luego, enfrentada a la presión musulmana, la dirección mayoritariamente cristiana se acobardó; un alto el fuego significaría rendición e implicaría disposición a vivir bajo dominio judío. Se enfrentarían a acusaciones de colaboración y traición. De tal modo que, ante el asombro de los militares y líderes políticos británicos y judíos reunidos en la tarde del 22 de abril en el ayuntamiento de Haifa, la delegación árabe anunció que su comunidad evacuaría la ciudad.

El alcalde judío, Shabtai Levy, y el comandante británico, el general Hugh Stockwell, suplicaron a los árabes que reconsideraran su decisión… pero los árabes permanecieron impasibles … (Morris, 1948 y Después, p 20)

Pocos días más tarde, la Histadrut, el sindicato israelí, publicó su propia súplica a los residentes árabes de Haifa:

No destruyáis vuestros hogares … no perdáis vuestras fuentes de ingresos, atrayendo sobre vosotros los desastres de la evacuación. El Consejo de Trabajadores de Haifa y la Histadrut os aconsejamos por vuestro propio bien quedaros y regresar a vuestros trabajos regulares. (Morris, El nacimiento del problema del refugiado palestino revisado, 2004, p 206)

Estos son tan solo dos ejemplos entre los muchos que, en su conjunto, demuestran que los palestinos no fueron “étnicamente depurados” y, salvo algunas excepciones aisladas, tampoco fueron expulsados ​​. Para más detalles, ver los artículos de Karsh Reclamando una verdad histórica, 1948, Israel y los palestinos, ¿Fueron los palestinos expulsados​​?, así como su libro definitivo sobre el tema Palestina Traicionada.

La acusación de limpieza étnica está implícitamente vinculada a la responsabilidad por el problema de los refugiados palestinos, por lo que este tema debería ser igualmente abordado. La resolución GA 181 de las Naciones Unidas, denominada Resolución de Partición (Nov. 1947), pedía la creación de un Estado judío y un Estado árabe en la tierra que, en aquel momento, estaba bajo control del Mandato Británico de Palestina.

Todos los países árabes se opusieron a la resolución, votaron en contra, y juraron que irían a la guerra para impedir su implementación. El Supremo Comité Árabe, en representación de los palestinos, se opuso igualmente al plan y amenazó con declarar la guerra, mientras que la Agencia Judía, en representación de los habitantes judíos del Mandato de Palestina, apoyó el plan, a pesar de estar profundamente decepcionada por el mismo.

Como ejemplo, en un discurso pronunciado ante las Naciones Unidas en la víspera de la partición, mientras algunos países sugerían la alternativa de una propuesta de tutela (a la cual los árabes también se opusieron), Abba Eban, representante de la Agencia Judía, dijo que la propuesta de tutela era una “digresión malograda” y que:

… mucho sufrimiento y dolor pueden todavía ser evitados si intentamos regresar al camino de la resolución de partición. (New York Times, 2 de mayo de 1948)

La resolución fue aprobada con el apoyo tanto de los Estados Unidos como de la Unión Soviética. Los votos en contra incluyeron a todos los países árabes en aquel momento en la ONU: Egipto, Irak, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Yemen. (Véase Resoluciones de las Naciones Unidas sobre Palestina y el conflicto árabe-israelí, Vol. 1, 1947-1974, p4-14, Instituto de Estudios Palestinos; véase también la División de la ONU para los Derechos de los Palestinos, Los orígenes y evolución del problema palestino: 1917-1988).

El 15 de mayo de 1948, mientras los británicos concluían su retirada del Mandato de Palestina e Israel proclamaba su independencia, cinco ejércitos árabes invadían Palestina y, codo a codo con las milicias palestinas, cumplían sus amenazas de guerra contra Israel. Cabe destacar que la hoja informativa sobre limpieza étnica describe este flagrante acto de agresión en términos engañosamente pasivos:

Seguidamente a la declaración de independencia de Israel en mayo de 1948, se inició una guerra entre árabes y los judíos que intentaban establecer el estado de Israel.

La guerra no se “inició” sencillamente: la inició el lado árabe con el fin de eliminar y limpiar étnicamente de judíos la región, y para destruir al recién declarado Estado. Al parecer, los autores de la hoja informativa sobre limpieza étnica consideraron necesario ocultar este hecho a sus lectores.

El ataque árabe y palestino fue una violación de la Resolución 181 y de la Carta de las Naciones Unidas, que en su artículo 2 estipula que:

3. Todos los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que la paz y la seguridad internacionales y la justicia no se vean en peligro.

4. Todos los Miembros deben abstenerse en sus relaciones internacionales de la amenaza o del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.

Los países árabes trataron de cometer un genocidio, pero fracasaron, y en el proceso generaron el problema de los refugiados palestinos. Si los árabes y los palestinos hubiesen aceptado la resolución de partición de la ONU y no hubiesen violado la Carta de las Naciones Unidas al atacar a Israel en 1948, hoy habría un Estado palestino de 63 años de edad junto a Israel, y no existiría un solo refugiado palestino.

Los árabes, en cambio, pensaron que ganarían con facilidad, que sería una “masacre”, tal como lo expresara Azzam Pasha, Secretario General de la Liga Árabe:

Esta guerra será una guerra de exterminio y una masacre trascendental, de la que se hablará como de las masacres mongolas y de las Cruzadas.

El principal líder palestino habló de forma similar. Haj Amin al-Husseini, el Gran Mufti de Jerusalén, declaró a través de su portavoz que el objetivo de los árabes era “la eliminación del Estado judío.” (Larry Collins y Dominique Lapierre, Oh Jerusalén, (primera edición), p 400)).

El mismo Haj Amin al-Husseini pasó gran parte de la Segunda Guerra Mundial en la Alemania nazi, en donde mantuvo encuentros con Hitler y Himmler e instó a acelerar el exterminio de los judíos, en donde ayudó a organizar unidades de SS musulmanes bosnios que cometieron graves crímenes de guerra contra serbios cristianos y judíos, y desde donde efectuó numerosas transmisiones de propaganda pro-nazi en el mundo árabe. Por ejemplo, en una emisión radiada desde Alemania el 1 de marzo de 1944, Husseini instó a los árabes en todas partes del mundo a cometer genocidio contra los judíos:

Levantaos como uno solo y luchad por vuestros derechos sagrados. Matad a los judíos dondequiera que los encontréis. Esto agrada a Dios, a la Historia y a la Religión. Esto os honra. Dios está con vosotros. (Jeffrey Herf, Propaganda Nazi para el mundo árabe, p213, Yale University Press, 2009)

Después de la guerra, Husseini fue acusado por Yugoslavia por crímenes de guerra, pero logró escapar de la justicia huyendo a Egipto, que le brindó refugio. (Para más detalles sobre la vida y actividades del Mufti, ver el Mufti de Jerusalén, Haj Amin el-Husseini y el Nacional-Socialismo, por Jennie Lebel, Èigoja Stampa, 2007; El Mufti y el Führer, Joseph Shechtman, Editorial Thomas Yoseloff, 1965)
El Gran Mufti revisa sus tropas de SS Nazis. Encuentro del líder palestino Husseini con Hitler.
Desgraciadamente, los llamados palestinos al asesinato de judíos se encuentran no solo en los libros de historia; el actual Mufti palestino, Muhammad Hussein, dijo recientemente en un evento de Fatah:

La hora [de la Resurrección] no llegará hasta que luchéis contra los judíos. El judío se ocultará detrás de las piedras y de los árboles. Entonces las piedras y los árboles clamarán: ‘Oh musulmán, siervo de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo. (De Palestinian Media Watch, 15 de enero de 2012)

Y al presentar al Mufti, el moderador del evento se refirió a los judíos como los “descendientes de monos y cerdos”:

Nuestra guerra con los descendientes de los monos y los cerdos (es decir, los judíos) es una guerra de religión y fe.

Así pues, ¿qué líderes pueden ser acusados de apoyar la limpieza étnica, el racismo y el apartheid? ¿Ben-Gurion, que habló de convivencia con los árabes, o Azzam Pasha, el Gran Mufti y sus sucesores modernos, con sus promesas de masacrar a los judíos?

¿Qué lado, el judío o el árabe, insta a cometer genocidio y a la creación de un Estado apartheid? ¿Por qué entonces el movimiento BDS tiene como objetivo, entre todos los países, a Israel?
Másfalsas acusaciones en la hoja informativa sobre limpieza étnica

Mito: acorde a la hoja informativa Limpieza étnica de Palestina, la guerra lanzada contra Israel por 5 ejércitos árabes se trataba, en realidad, de una apropiación de tierras por parte de Israel:

La guerra árabe-israelí de 1948 … dio lugar a una apropiación de tierras por parte de Israel, que expropió considerablemente más tierra de la que le había sido conferida en virtud de la partición.

Realidad: Desde luego, como se mencionó anteriormente, no habría habido guerra si los palestinos y los árabes hubiesen acatado la resolución de partición de las Naciones Unidas, en lugar de desafiarla y violar la Carta de las Naciones Unidas al atacar a Israel. En lo que respecta a Israel, que expropió “considerablemente más tierra de la que le había sido conferida en virtud de la partición”, resulta absurdo quejarse de su supuesto no acatamiento del plan de partición, considerando que fue la parte árabe quien lo rechazó y quien trató de impedir su implementación lanzando una guerra genocida en la que mataron al uno por ciento de la población judía.

Mito: La hoja informativa efectúa igualmente afirmaciones falsas en relación al número de refugiados palestinos:

En 1948, tras la guerra de 1947, aproximadamente 700.000 árabes palestinos huyeron a Palestina exterior, desde Jaffa, Haifa y Jerusalén Occidental hacia Gaza y Cisjordania, o hacia otros países, como Jordania, Líbano y Egipto, en cuatro diferentes oleadas.

Realidad: Esta afirmación sobrestima ampliamente el número de refugiados palestinos. Los datos del censo previos a la guerra en relación al número de árabes en la parte del Mandato de Palestina que se convertiría luego en Israel, así como los datos del censo después de la guerra en relación al número de árabes en el mismo territorio, señalan un límite máximo de refugiados palestinos de aproximadamente 539.000. (Walter Pinner, PhD, ¿Cuántos refugiados árabes?, p28; Efraim Karsh apunta cifras similares: ¿Cuántos refugiados árabes palestinos estaban allí?, Israel Affairs, abril de 2011)

Y, completamente obviado por este y por cualquier otro websiteapartheid es el hecho de que había más refugiados judíos provenientes del mundo árabe que refugiados palestinos de Israel. Estos judíos, muchos de ellos arraigados en el mundo árabe desde antes de la llegada del Islam, sumaban más de 800.000 y fueron expulsados ​​de los países árabes durante y después de la guerra. Alrededor de 600.000 vinieron a Israel, teniendo muchos de ellos que vivir en campos de refugiados previamente a poder ser reasentados. Para más detalles, ver Refugiados judíos de los países árabes: el caso por los derechos y la reparación y La narrativa olvidada: Refugiados judíos de los países árabes.

Mito: La hoja informativa también sobrestima ampliamente el número actual de refugiados palestinos:

Las estimaciones actuales cifran el número de refugiados palestinos en 6 millones. Algunos de ellos residen en Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria.

Realidad: El 1 de enero de 2011, la cantidad de refugiados registrados era de 4.966.664, es decir un 20% menos de lo que sostiene la hoja informativa (según datos de OOPS [Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, NdT].

Además, hasta las propias cifras de la UNRWA resultan notoriamente exageradas, en primer lugar debido a la curiosa definición del organismo para calificar quién puede optar a ser considerado refugiado palestino. Según el sitio web delUNRWA (el enlace con el siguiente párrafo de 2002 ya no funciona, pero aquí hay un enlace a una declaración similar del UNRWA):

Según la definición operacional del UNRWA, se considera refugiado palestino a toda aquella persona cuyo lugar de residencia habitual era Palestina entre junio de 1946 y mayo de 1948 y que perdiera su casa y su medio de subsistencia como resultado del conflicto árabe-israelí de 1948. Los servicios delUNRWA están a disposición de todo aquel que viva en su zona de operaciones, que cumpla con dicha definición y que se haya registrado en el Organismo y precise asistencia. La definición de refugiado delUNRWA cubre igualmente a los descendientes de las personas que se convirtieron en refugiados en 1948. El número de refugiados palestinos inscritos ha crecido posteriormente de 914.000 en 1950 a más de cuatro millones en 2002, y continúa en aumento debido al crecimiento natural de la población. (El resaltado es añadido)

Existen serios inconvenientes en considerar como refugiados a los descendientes de los refugiados. En efecto, si uno se ciñe a esta definición, entonces los 600.000 refugiados judíos de países árabes que llegaron a Israel después de 1948 siguieron siendo aún refugiados incluso después de haber obtenido la ciudadanía israelí, al igual que lo son hoy todos sus descendientes (ya que, según estas reclamaciones, los descendientes de los refugiados palestinos siguen siendo considerados refugiados, aun habiendo adquirido la ciudadanía, como es el caso de los refugiados palestinos en Jordania). O sea que habría hoy en Israel alrededor de 3 millones de refugiados judíos de los países árabes.

Además, la definición de la ONU contradice el derecho internacional, según el cual no se consideran refugiados a los descendientes de los refugiados. Por lo tanto, en virtud de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, un refugiado es una persona que:

debido a fundados temores de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, a causa de dichos temores, no quiere acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose fuera del país donde antes tenía su residencia habitual como consecuencia de tales acontecimientos, no puede o, a causa de dichos temores, no quiere regresar a él.

No cabe, según esta definición, considerar como refugiado a un descendiente de un refugiado. La ONU sorteó este problema generando un vacío legal: los convenios usuales de refugiados no se aplican a las personas que reciben ayuda delUNRWA (y solo los palestinos reciben ayuda del UNRWA).

Sea cual fuere la definición, ¿son precisas las cifras de la ONU en cuanto al número de refugiados palestinos, o son propensas a la exageración?

La respuesta es que son exageradas, tal y como lo ha admitido la propia ONU. Por ejemplo, en el Informe del Comisionado General del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente -1 de julio 1997 a 30 de junio de 1998– la ONU reconoce que:

las cifras de inscripción delUNRWA se basan en la información suministrada voluntariamente por los refugiados con el propósito principal de obtener acceso a los servicios del Organismo, y por lo tanto no se pueden considerar como datos demográficos estadísticos válidos; el número de refugiados registrados existentes en el área de operaciones del Organismo es ciertamente menor que el de la población registrada.

Dado que las cifras de refugiados se basan en información “suministrada voluntariamente” con el propósito de obtener servicios tales como ayuda financiera y raciones de alimentos, existe un incentivo obvio para que algunos afirmen falsamente ser refugiados. Sobre todo que, de acuerdo a la definición del UNRWA, no es necesario que un refugiado viva en un campamento de refugiados.

Existe igualmente un interés en no informar del fallecimiento de personas consideradas refugiados, ya que sus raciones se interrumpirían.

Los resultados son previsibles: sacos de arroz y de harina con el logotipo delUNRWA son revendidos a diario por comerciantes en los mercados árabes de Jerusalén y Gaza, por ejemplo.

Mito: La hoja informativa también afirma falsamente que la Resolución AGNU 194 establece para los palestinos un “derecho al retorno” a Israel:

Desde 1948, la comunidad mundial reconoce el derecho al retorno a Palestina en el marco de la Resolución 194 de la ONU.

Realidad: No resulta claro cómo y cuándo la “comunidad mundial” reconoció tal “derecho”. Pero está claro que la Resolución 194 en sí no aporta ningún sostén a tales afirmaciones. De hecho, la disposición central de la resolución instó a la creación de una Comisión de Conciliación y al:

…establecimiento de contactos entre las partes y la Comisión a la mayor brevedad posible… a llegar a un acuerdo por medio de negociaciones [y por lo tanto lograr] un arreglo definitivo de todas las cuestiones entre ellos. (párrafos 4 y 5)

Dicha comisión fue debidamente constituida y convocada en Lausana, Suiza, donde los árabes se negaron incluso a reunirse con los israelíes, rechazando cualquier posible negociación de paz. Una postura que mantuvieron por muchos años y múltiples y costosas guerras. La única cláusula de la Resolución 194 que el bando árabe reconoció fue el párrafo 11, que sugiere (no podía “requerir”, puesto que se trataba de una Asamblea General y no de una resolución del Consejo de Seguridad) que:

los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos deberían ser autorizados a hacerlo a la mayor brevedad posible … la [R]epatriación, el reasentamiento y la rehabilitación económica y social de los refugiados, así como el pago de una indemnización [debería facilitarse]. (El resaltado es añadido)

Incluso si esto fuera una resolución del Consejo de Seguridad, puesto que tan solo recomienda (“deberían”) que a los refugiados se les permita regresar, difícilmente puede calificarse ello como la creación de un “derecho”. Además, el requisito de que los repatriados primero acepten vivir “en paz con sus vecinos” significaba que los repatriados palestinos tendrían que aceptar el derecho de Israel a existir, algo que muy pocos de ellos, incluso hoy en día, parecen verdaderamente dispuestos a hacer. Además, ni siquiera se insinúa algún derecho al retorno de los descendientes de los refugiados.

Todos los estados árabes votaron en contra de la Resolución 194, precisamente porque no establecía un “derecho al retorno”, y porque implícitamente reconocía a Israel (para los resultados de la votación ver UNBISNET [Sistema de información Bibliográfica de la ONU-NdT]). Resulta poco sincero, a lo sumo, por parte de los mismos estados árabes (y de los representantes palestinos) pretender ver hoy en la Resolución 194 el derecho al retorno que en su momento afirmaron que no existía.

Adicionalmente, aunque la Resolución 194 fuese jurídicamente vinculante en 1948, habría perdido validez bajo el principio jurídico fundamental de estoppel [actos propios-NdT]. En virtud de este precepto bastante razonable, la parte que materialmente viola un contrato o acuerdo está impedida de exigir de las otras partes el cumplimiento con sus obligaciones dimanantes del mismo contrato. El lado árabe, habiendo rechazado y violado la Resolución 194 desde el día de su creación, no puede venir ahora a Israel y decir “aplique el párrafo 11.”

Mito: Israel está “judaizando” la ciudad de Jaffa:

Jaffa es otra ciudad más en la que se han instalado los israelíes echando a los árabes fuera de la comunidad, “judaizando” poco a poco la ciudad vieja y confiscando tierras y casas.

Realidad: De hecho, lejos de ser echada (Jaffa es parte integrante del “gran Tel-Aviv”), la población árabe de Jaffa está creciendo rápidamente. Según el Anuario Estadístico de 2009 de la Municipalidad de Tel-Aviv/Yafo (el último disponible), he aquí cómo los grupos poblacionales de la ciudad crecieron desde 2005 hasta 2008:

Crecimiento de la población en Tel-Aviv/Yafo (Jaffa)

2005

2008

Tasa de crecimiento

Población árabe en Jaffa 14,500 15,500 6.9%
Población árabe en Tel-Aviv 15,900 17,300 8.8%
Población judía en Tel-Aviv 347,800 358,600 3.1%

En base a la Tabla 2.21 Tel-Aviv/Municipalidad de YafoAnuario EstadísticoNo. 48, 2009

Es decir, la población árabe en Jaffa y la población árabe en Tel-Aviv, en su conjunto, crecieron muy por encima del doble del ritmo de la población judía de la ciudad. ¡Vaya limpieza étnica, vaya apartheid!
Balance final: las acusaciones de limpieza étnica israelí por parte del movimiento BDS son pura y simple propaganda sin fundamento.
Acusación de carreteras Solo-para-Colonos o Solo-para-Judíos

Mito: Según El apartheid israelí en los territorios ocupados:

Los palestinos tienen prohibido el uso de la extensa red de carreteras solo-para-colonos que conectan los asentamientos con Israel.

Realidad: De hecho, esta acusación de lo que podría llamarse “apartheid de las carreteras” es falsa: no existen “carreteras-solo-para-colonos” (o “solo-para-judíos”, tal como suelen acusar otras fuentes). Sin embargo, desde el estallido de violencia que se inició con la primera intifada y que incluyó ataques mortales contra vehículos civiles israelíes, hay caminos restringidos solo para los israelíes por razones de seguridad. No solo colonos, también judíos de Israel utilizan estas carreteras, al igual que lo hacen los árabes israelíes que a menudo visitan a sus familiares en Cisjordania. (Para un ejemplo de medios de prensa que corrigen afirmaciones falsas acerca de carreteras “solo-para-judíos” ver aquí). Dado que las restricciones en las carreteras se basan en la nacionalidad -y no en religión u origen étnico- etiquetar esto de apartheid es claramente falaz.

Sin embargo, mientras que Israel no tiene carreteras “solo-para-judíos” o “solo-para-colonos”, sí hay en Oriente Medio carreteras restringidas a miembros de ciertos grupos religiosos privilegiados.

Así pues, existen en Arabia Saudita carreteras “solo-para-musulmanes”, y tan solo a los musulmanes se les permite pisar La Meca y Medina y sus alrededores conocidos como el Hiyaz. Véase, por ejemplo, el website de la Embajada saudí, que en su página de información al viajero señala amablemente que:

La Meca y Medina tienen un significado religioso especial y se permite la entrada tan solo a personas de la fe islámica.

De tal forma que La Meca, la ciudad más sagrada para los musulmanes, es una ciudad cerrada, exclusivamente para musulmanes. Por el contrario, Jerusalén, la ciudad más sagrada para los judíos, es una ciudad abierta, con residentes musulmanes, cristianos y judíos, y alrededor de un millón de turistas de todas las religiones que la visitan cada año.

Por supuesto, las restricciones para visitar La Meca y Medina son tan solo la punta del iceberg: hay muchas más medidas discriminatorias y racistas en Arabia Saudita y en Oriente Medio en general, incluidas la AP [Autoridad Palestina, NdT] y Gaza bajo Hamás. ¿Por qué entonces el movimiento BDS no acusa a Arabia Saudita y a la Autoridad Palestina, ni exige sanciones contra esos gobiernos?

Considerando la región en su conjunto, observamos que Israel es una pequeña isla de libertad en un mar de dictaduras, tal como se ilustra en este mapa adaptado de la encuesta anual de Freedom House , Freedom in the World 2010:

A pesar de ello, el movimiento BDS no se pronuncia sobre los abusos contra los árabes en los países árabes, y se centra solo en Israel.

Acusaciones en materia de agua

Mito: Tanto en su panorama general como en la hoja informativa El agua como un instrumento del apartheid en los territorios ocupados, Israel es acusado de “apartheid del agua”. Según el panorama general El apartheid israelí en los territorios ocupados:

La autoridad militar israelí controla prácticamente toda el agua de Cisjordania. El 73% del agua de Cisjordania se canaliza de vuelta hacia Israel. Colonos judíos ilegales utilizan el 10% del agua de Cisjordania.

Realidad: En primer lugar, la cita que se ofrece para apoyar estas acusaciones –un informe de la organización israelí B’Tselem- en realidad no dice nada por el estilo. En ninguna parte del informe, por ejemplo, se afirma ni se sugiere que “el 73% del agua de Cisjordania se canaliza de vuelta hacia Israel”, o que ningún agua de Cisjordania se canalice de vuelta hacia Israel.

La hoja informativa El agua como un instrumento del apartheid en los territorios ocupados repite una acusación similar, incluyendo esta vez una citación que al menos parece brindar cierto apoyo a la misma:

El control de los territorios ocupados por parte de Israel tiene que ver principalmente con el control del agua y de otros recursos. Israel controla toda el agua en Cisjordania, incluidos los acuíferos en territorio palestino, y actualmente el 83% se canaliza hacia Israel o se utiliza en los asentamientos, lo cual es ilegal según el derecho internacional …

Los hechos, sin embargo, contradicen claramente esta acusación: Israel no toma “agua palestina”, y no hay agua que se canalice desde Cisjordania hacia Israel. Israel obtiene aproximadamente el 50 por ciento de su agua del Mar de Galilea y del Acuífero Costero [Coastal Aquifer-NdT], los cuales se encuentran totalmente dentro de las fronteras de Israel anteriores a 1967. Otro 30 por ciento proviene de los Acuíferos Occidental y Nororiental del sistema Acuífero de la Montaña [Western and Northeastern Aquifers of the Mountain Aquifer system-NdT]. Estos acuíferos se sitúan a caballo sobre en la Línea Verde que separa Israel de Cisjordania, pero la mayor parte del agua almacenada se encuentra dentro del Israel pre-1967, por lo que resulta fácilmente accesible solamente en Israel.

La razón por la que el agua está principalmente en Israel y es accesible allí es fácil de entender: Israel, con litoral mediterráneo (es decir, a nivel del mar), se encuentra a una altura más baja que Cisjordania; por gravedad el agua subterránea fluye en descenso hasta el punto más bajo, que es Israel. Por la misma razón, el acuífero se halla mucho más cerca de la superficie en Israel, y por tanto resulta más accesible allí que en las zonas más elevadas de Cisjordania.

Así pues, incluso en la década de 1950, cuando Cisjordania estaba ocupada por Jordania, Israel utilizaba el 95 por ciento del agua del Acuífero Occidental, y el 82 por ciento del agua del Acuífero Nororiental. Hoy en día, el uso de estos acuíferos por parte de Israel ha disminuido al 83 por ciento y 80 por ciento, respectivamente. Es decir, bajo la administración israelí, la cuota palestina de estos acuíferos ha aumentado.

Por tanto, es sencillamente ridículo afirmar que el uso de esta agua por parte de Israel (que se inició en la década de 1920 durante la era pre-estatal) es “ilegal en virtud del derecho internacional.”

Asimismo, cada año más de 40 MMC (millones de metros cúbicos) de agua de fuentes que se hallan dentro de Israel se canalizan a través de la Línea Verde para el uso de los palestinos en Cisjordania. Ramallah, por ejemplo, recibe más de 10 MMC anualmente. Y a pesar de la virtual declaración de guerra contra Israel por parte de los gobernantes de Hamás en Gaza, Israel sigue enviando a Gaza más de 4 MMC anuales de agua israelí. De tal modo que son los palestinos quienes utilizan agua israelí.

Y no solo los palestinos. A pesar de su escasa provisión, Israel facilita anualmente 600.000 MC de agua para diez pueblos secos en el sur del Líbano, y en virtud de su tratado de paz con Jordania ofrece anualmente a dicho Reino más de 55 MMC. Quizás ningún otro país en el mundo, ante sus severas escaseces, haya compartido tanta agua con sus vecinos como Israel.

En resumen, las acusaciones de “apartheid del agua” no podrían ser más falsas. Agua israelí, extraída en Israel, se canaliza a través de la Línea Verde a Cisjordania para uso palestino; por lo tanto son los palestinos quienes están usando agua israelí. Más detalles están disponibles aquí, aquí y aquí.

Otras acusaciones falaces en materia de agua

Mito: Hay muchas otras acusaciones falsas en la “hoja informativa” del agua, por ejemplo:

Los palestinos tenían más agua disponible por persona antes de la invasión de 1967 y la ocupación de Cisjordania y Gaza que en la actualidad.

Realidad: Esta acusación es una gran inversión de la realidad. De hecho, en el período de 1967 a 1995, los palestinos de Cisjordania aumentaron el uso de agua doméstica (es decir, el uso casero) en un 640%, pasando de 5,4 a 40 MMC (Judea-Samaria y el distrito de Gaza – Un estudio de 16 años 1967 – 1983, Israel, Ministerio de Defensa, 1983; Arnon Soffer, El conflicto palestino-israelí sobre recursos hídricos,Palestine-Israel Journal, Volumen 5, No. 1, 1998). A modo de comparación, en el mismo periodo de 28 años, el uso doméstico israelí aumentó solo un 142% (Compendio de Estadísticas de Israel, 1996, V47)

El uso total (doméstico, industrial y agrícola) también aumentó: en 1967 el uso total palestino en Cisjordania fue de 60 MMC, lo que ascendía a un consumo anual per cápita de 85,7 MC, mientras que en 2006 el uso total se había triplicado a 180 MMC, ascendiendo a un consumo per cápita anual de 100 MC (véase La cuestión del agua entre Israel y los palestinos, Autoridad del Agua de Israel, 2009, p 15)

Este enorme salto en el consumo palestino fue únicamente posible gracias a que Israel perforó o permitió la perforación de más de 50 nuevos pozos para la población palestina, trazando una red de cientos de kilómetros de nuevas tuberías y conectando a cientos de ciudades y pueblos palestinos al sistema de agua de nueva construcción a través del cual se suministra agua israelí a los palestinos. (Antecedentes: Agua, Israel y el Medio Oriente, Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, 1991; Marcia Drezon-Tepler, Aguas disputadas y perspectivas de paz árabe-israelí, Estudios de Oriente Medio, Vol. 30, No. 2, abril de 1994)

Fuentes palestinas confirman ampliamente este panorama. Por ejemplo, Taher Nassereddin, Director General del Departamento de Aguas de Cisjordania, ha declarado que:

El consumo [palestino] para uso doméstico se ha incrementado como resultado del crecimiento de la población y de que no hubo severas restricciones a la perforación de nuevos pozos para estos fines. (Taher Nassereddin, Responsabilidad legal y administrativa del abastecimiento de agua doméstica a los palestinos, en Gestión conjunta de los acuíferos compartidos, 1997)

Cabe señalar, sin embargo, que por razones políticas algunos pueblos y ciudades palestinos se negaron a ser conectados al nuevo sistema de agua construido por Israel, y por tanto hoy no pueden tener un suministro de agua fiable. De este modo, tal como se informó en la revista Audubon, la ciudad cisjordana de Marda:

… al igual que muchas ciudades y pueblos de Cisjordania se negó a conectarse al sistema de agua de Israel en la década de 1980, cuando las autoridades israelíes le brindó la oportunidad. El haberlo hecho, según los políticos, hubiese legitimado la ocupación israelí. Incluso los pueblos que se conectaron se negaron a pagar al fondo israelí para el agua que subsidia los costos del sistema. En consecuencia, los palestinos pagan hoy hasta tres veces más de lo que los israelíes pagan por el agua. (Bruce Stutz, Agua y Paz, Audubon, septiembre de 1994)

El precio del agua para palestinos e israelíes

Mito: Según El apartheid israelí en los territorios ocupados, los palestinos deben comprar el agua a Israel “a cuatro veces el precio que pagan los israelíes.” Asimismo, en El agua como un instrumento del apartheid en los territorios ocupados se acusa de que:

A menudo Israel revende a los palestinos a precios inflados el agua de la que se apropia en Cisjordania. [Los palestinos pagan cuatro veces la tasa que se cobra a los israelíes].

Realidad: Desde luego, Israel no se está “apropiando” el agua de Cisjordania, sino que sucede lo contrario. Y si bien es el caso, como se indica en el apartado anterior, que los municipios palestinos que accedieron a ser conectados al sistema hídrico de Israel se negaron a contribuir al fondo de subvención y por tanto pagan un costo más alto por volumen de agua, no es cierto que los consumidores palestinos paguen más por el agua que los consumidores israelíes. Esto se debe a que los municipios israelíes imponen un mayor margen de beneficio que sus homólogos palestinos sobre el volumen en bruto del agua que compran a la compañía de agua israelí, dejando el coste neto aproximadamente igual. En algunos casos, sin embargo, los consumidores israelíes han pagado más que los consumidores palestinos por la misma cantidad de agua.

Obsérvense los precios en 1995, por ejemplo, período aproximado en que la Autoridad Palestina obtuvo la responsabilidad de abastecer de agua a las ciudades y pueblos palestinos. El siguiente cuadro tarifario (en nuevos shekels israelíes) estaba en vigor en Israel para el agua doméstica utilizada por los consumidores (Jerusalem Post, 9 de junio de 1995):

· de 1 a 8 MC 2,07 NIS per MC

· de 9 a 15 3,10 NIS per MC

· 16 y más 4,57 NIS per MC

Adicionalmente, se cargó un suplemento de 0,12 NIS por MC para mantenimiento de tuberías.

Por tanto, un israelí que hubiera consumido 24 MC en el período de facturación habría debido pagar 79,39 NIS por el agua más 2,88 NIS de suplemento, es decir un importe total de 82,27 NIS, o 27,41 dólares (al tipo de cambio de 1995 de 3,0013 shekels por dólar, Anuario y Almanaque de Israel, 1996, p 153).

Entretanto, un palestino en Ramallah (mantenida por un servicio de Palestina llamado Empresa de Aguas de Jerusalén [JWU, Jerusalem Water Undertaking, NdT]) habría estado sujeto a una tasa de 1995 de (Informe Anual de la JWU de 1995):

· de 1 a 10 MC $12,66 tarifa plana

· de 11 a 20 MC $1,00 per MC

· de 21 a 40 MC $1,05 per MC

· 41 y más $1,50 per MC

De manera que, por 24 MC el consumidor palestino habría pagado 26,86 dólares, es decir 55 centavos menos que el consumidor israelí por la misma cantidad de agua.

En efecto, según Sharif Elmusa, un negociador de agua por la parte palestina en las conversaciones con Israel, los palestinos en Cisjordania pagan aproximadamente $ 1 por MC de agua doméstica, “un precio prácticamente idéntico al que se paga en Israel …” (Elmusa, Conflicto del agua, p 144)

Del mismo modo, en lo que respecta al agua agrícola, Elmusa escribe: “… en términos absolutos, el precio del agua de riego en Israel, Cisjordania y Jordania son convergentes, y los precios del agua no podían haber afectado a la competitividad de manera significativa. “(Elmusa, p 173)

Por último, añadir que según Elmusa, algunas ciudades cisjordanas pagan mucho menos por el agua que Ramallah. Por ejemplo, por cada metro cúbico de agua, los consumidores de Jericó pagan solo una cuarta parte lo que se paga en Ramallah, y los consumidores de Tulkarem pagan apenas un tercio. En otras palabras, los consumidores palestinos en Jericó y Tulkarem pagan mucho menos por el agua que los consumidores de Ramallah o de Israel.

La acusación de salarios mínimos

Mito: Según El apartheid israelí en los territorios ocupados:

Los trabajadores palestinos empleados en las zonas industriales de los asentamientos solo reciben un salario mínimo de explotación acorde a la ley jordana de 1967, mientras que los trabajadores israelíes gozan de todos los derechos y beneficios de la legislación laboral israelí, incluyendo un salario mínimo muy superior.

Realidad: Esta acusación es a la vez confusa y falsa. Y una vez más, la referencia que se cita para sostenerla -en este caso un articulo en un blog (!)- no dice nada por el estilo. (Cabe señalar que dicho blog incluye un artículo del 9/11 Truth Movement cuestionando lo que realmente sucedió a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001). La elección de una fuente tan poco fiable y el hecho de que nuevamente la fuente no apoye la acusación llevan a plantearse más dudas sobre la credibilidad de quienes lanzan la acusación de apartheid sobre Israel.

He aquí los hechos: Según el derecho internacional (en particular el Artículo 43 de la Convención de La Haya de 1907), al tomar el control de Cisjordania Israel estaba obligado a mantener, tanto como fuera posible, las leyes vigentes:

La autoridad del poder legítimo habiendo pasado de hecho a manos del ocupante, éste deberá tomar todas las medidas a su alcance para restablecer y conservar, en la medida de lo posible, el orden y la seguridad pública, respetando, salvo impedimento absoluto, las leyes vigentes en el país.

Ello incluiría, por supuesto, la legislación laboral vigente en Cisjordania, en este caso, la Ley de Trabajo de Jordania 21-1960, modificada por la Ley de Reforma Laboral 2-1965 (véase, por ejemplo Tobias Kelly, “Política Jurisdiccional” en los territorios ocupados de Cisjordania, La Ley y la encuesta social, 2006, p59, nota 29). Bajo estas leyes no había siquiera salario mínimo. Por tanto la acusación contra Israel es ante todo incorrecta ya que no existía “salario mínimo de explotación [que fuese] dispuesto por la ley jordana en 1967”.

Más importante aún, Israel desarrolló la legislación laboral a través de una serie de órdenes militares, a partir de 1976, con la Orden Militar 663, que especifica pagos compensatorios para los trabajadores en Cisjordania. En 1982 fue promulgada la Orden Militar 967 que “aplicaba para los trabajadores palestinos en los asentamientos judíos una normativa diferente del derecho laboral de las vigentes en el resto de Cisjordania”. En 1987 hubo un nuevo cambio en la legislación laboral cisjordana a través de otra Orden Militar:

Orden Militar 1198

19 de noviembre de 1987

Orden relativa al empleo de trabajadores en lugares especificados

… un trabajador en un asentamiento tiene derecho a recibir de su empleador un salario que no sea inferior al salario mínimo, incluyendo viáticos idénticos a los que se otorgan en Israel. (Órdenes militares israelíes, según colección JMCC Órdenes militares israelíes en los territorios ocupados palestinos de Cisjordania, 1967-1992)

En otras palabras, a medida que el número de trabajadores palestinos en los asentamientos israelíes iba en aumento, el gobierno se esforzó en modificar y mejorar las leyes laborales vigentes, llegando a imponer explícitamente, hace más de 24 años, el mismo salario mínimo que en Israel.

Debido a que algunos empleadores, incluidos contratistas palestinos, violaron esta orden, los trabajadores palestinos entablaron una demanda que llegaría hasta la Corte Suprema de Israel. El 10 de octubre de 2007, el tribunal, constituido en Tribunal Superior de Justicia, falló a favor de los trabajadores palestinos. Como se informó en Ha’aretz:

El Tribunal Superior de Justicia decidió ayer en un fallo que sienta precedentes que se aplique la legislación laboral israelí a trabajadores palestinos en los asentamientos de Cisjordania. Un panel de nueve jueces se pronunció sobre una petición presentada por [la ONG Worker’s Hotline NdT] Kav LaOved y dos palestinos trabajando para empleadores israelíes en Cisjordania. Los peticionarios palestinos, que trabajaban para el consejo local de Givat Ze’ev y varias empresas privadas, exigieron los mismos derechos concedidos a los trabajadores en Israel, incluyendo salario mínimo, indemnización por despido y demás prestaciones sociales.

Por tanto, a partir de 1987 en virtud de una orden militar, y desde 2007 acorde al derecho civil israelí, los trabajadores palestinos en los asentamientos israelíes están cubiertos por el salario mínimo israelí y otras normas laborales. Por tanto, la acusación de apartheid salarial resulta totalmente infundada.

Hay algo más que merece la pena ser reseñado aquí y es que, a pesar de no ser ciudadanos de Israel, los palestinos de Cisjordania con motivos de agravio contra Israel o contra israelíes pueden entablar demandas ante los tribunales israelíes, incluido el Tribunal Supremo, y bastante a menudo las ganan.

¿Es esto lo que el movimiento BDS tilda de apartheid israelí?

Por último, también hay que señalar que la mayoría de los trabajadores palestinos no trabajan para empresas israelíes, y por tanto están cubiertos por las leyes laborales de la Autoridad Palestina. Y bajo la Autoridad Palestina aún no existe salario mínimo. Esto se debe al Decreto Presidencial de Yaser Arafat No. 1 en virtud del cual fueron canceladas todas las órdenes militares israelíes en los territorios bajo control palestino, revirtiéndose las leyes a lo que eran antes del comienzo del gobierno israelí. Ello significó, en particular, que la antigua Ley del Trabajo de Jordania, sin ningún salario mínimo, volvería a cobrar vigor (ver Departamento de Estado de Estados Unidos Informes del país sobre Derechos Humanos 1999 para la situación en esos años).

En 2001, una ley laboral palestina (Ley de Trabajo y Trabajadores 4-2001) sustituyó a la legislación jordana, pero bajo esta nueva ley aún no existe salario mínimo, tal como lo confirma el Informe del país sobre Derechos Humanos de 2008, que establece en su apartado sobre los territorios palestinos que:

No había ningún salario mínimo. Antes de 2000, los salarios medios de los trabajadores a tiempo completo procuraban un nivel de vida decente; sin embargo, los niveles de vida se redujeron significativamente en los últimos ocho años debido al aumento del costo de vida que superó los aumentos salariales.

Resulta irónico que, contrariamente a quienes acusan a Israel de prácticas de apartheid, es bajo gobierno palestino que los trabajadores palestinos dejan de estar amparados por un sueldo mínimo.

Presunto Apartheid dentro de Israel

Hay por lo menos dos hojas informativas distintas que se ocupan de presunto apartheid dentro de Israel: Apartheid y discriminación en el Estado de Israely Leyes discriminatorias en el Estado de Israel. De manera un tanto confusa, también hay una versión en PDF de la primera hoja Informativa con un título ligeramente diferente, y el contenido igualmente diferente: Apartheid y discriminación dentro del Estado de Israel.

Mito: Al igual que las otras hojas informativas, la hoja informativa Apartheid y discriminación está cargada de flagrantes falsedades y distorsiones. Por ejemplo, se incluye la Ley del Retorno en una lista de supuestas leyes apartheid de Israel:

Comenzando por los derechos de residencia y ciudadanía, la Ley del Retorno garantiza derechos de inmigración y residencia a cualquier persona que alegue identidad judía (que se define como hijo o nieto de judío, cónyuge de judío, cónyuge de hijo de judío y cónyuge de nieto de judío), pero niega el derecho al retorno a los palestinos y sus descendientes que fueron expulsados ​​en 1948.

Realidad: La Ley del Retorno no es ni racista ni peculiarmente israelí. Leyes similares han sido implementadas en democracias de la talla de México, Irlanda, Finlandia, Grecia, Polonia, Alemania, Italia y Dinamarca. Por otra parte, tales leyes estén expresamente autorizadas, por ejemplo, por la Convención Internacional sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965). De acuerdo con el artículo 1 (3) de dicha convención, los países están autorizados a favorecer a ciertos grupos a la hora de otorgar la ciudadanía, siempre y cuando no exista discriminación en contra de cualquier grupo en particular.

Además, el artículo 1 (4) prevé la “acción afirmativa”. Es decir que el Estado podrá aplicar una preferencia en el otorgamiento de la ciudadanía con el fin de deshacer efectos de una discriminación anterior. En el caso de Israel, tales efectos de discriminación previa son claros: la decisión británica de 1939, por ejemplo, de prohibir la inmigración judía al Mandato de Palestina, condenando así a millones de judíos a la muerte en los crematorios de Europa. En un grado extremadamente pequeño, la Ley del Retorno ayuda a mitigar ese daño.

Como se señaló anteriormente, otras democracias tienen leyes similares. Por ejemplo, en Irlanda, el ministerio del ramo puede permitir excepciones a los requisitos habituales para obtener la ciudadanía bajo diversas condiciones, incluyendo:

Cuando la persona es de origen irlandés o de asociación irlandesa, o es padre o tutor actuando en nombre de un hijo menor de edad de ascendencia irlandesa o de asociación irlandesa.

El texto completo de la Ley irlandesa pone de manifiesto cuán ampliamente se define el concepto de ascendencia o asociación:

El artículo 16 del Acta Principal se modifica por la inserción de la subsección siguiente:

”(2) A los fines de esta sección, una persona es de asociación irlandesa si:

(a) está relacionado por consanguinidad, afinidad o adopción a una persona que es ciudadano irlandés o tiene el derecho a ser ciudadano irlandés, o

(b) estaba relacionado por consanguinidad, afinidad o adopción a una persona que ha fallecido y que, en el momento de su muerte, era ciudadano irlandés o tenía el derecho a ser ciudadano irlandés.”

La “ley del retorno” irlandesa es por tanto aún más amplia que la de Israel, ya que no se interrumpe a la altura de los abuelos. ¿Acaso quienes acusan a Israel por su Ley del Retorno acusan a Irlanda, Grecia, Polonia, Finlandia, Alemania y Dinamarca de ser Estados apartheid?

Mito: El alto porcentaje de presos palestinos en las cárceles israelíes es otro hecho que para la hoja informativa sirve de ejemplo de presunta discriminación en Israel:

70% de los presos en Israel son palestinos.

Realidad: De hecho, el porcentaje de palestinos y árabes israelíes en cárceles israelíes es del 60%, no 70%, según los datos del Servicio de Prisiones de Israel recogidos por la muy anti-Israel organización Adalah (12.990 de 22.000).

Pero, por supuesto, ello no da fe de toda la historia, ya que muchos de los palestinos presos en las cárceles israelíes lo están a causa de la explosión de la violencia palestina desde la firma de los Acuerdos de Oslo con Yasir Arafat y la OLP en 1993. Desde entonces, un total de 1.469 israelíes murieron y más de 10.000 resultaron heridos en ataques terroristas palestinos (ver aquí, aquí y aquí para más detalles).

Con más de 14.000 muertos o heridos en ataques palestinos, parece razonable que haya más de un palestino preso en cárceles israelíes. La afirmación de que ello es una prueba de la discriminación existente contra los palestinos es una tontería. De hecho, el elevado número de israelíes muertos o heridos por palestinos apuntaría más bien a una discriminación anti-israelí por parte de los palestinos.

Más aún, se podría preguntar ¿cuáles son las tasas de encarcelamiento desde que la ola de violencia palestina menguó? Cabría esperar, en un sistema justo y honesto de justicia, que la tasa de encarcelamiento de palestinos disminuiría en consecuencia, y esto es exactamente lo que pasó.

Según el Compendio de Estadísticas de Israel para el año 2009 (Tabla 11.4), los judíos representaron un 64.4% del total de encarcelados:

Encarcelamiento de judíos y árabes en 2009

Judíos

Árabes

6872

3799

Los años recientes fueron similares, lo que demuestra que la acusación de la hoja informativa es totalmente falsa. También hay que señalar que la acusación presenta notas al pie, pero ninguno de los artículos citados en dichos pies de nota aporta el más mínimo apoyo a la acusación, lo cual resulta en un engaño más.

Mito: Antes de 1948, los árabes poseían la mayor parte de la tierra de Israel, la cual los judíos procedieron a robar:

En 1945, los palestinos poseían el 85% de la tierra cultivable. La Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas estima que alrededor del 80 por ciento de la tierra en lo que hoy es Israel fue anteriormente propiedad de palestinos a quienes les fue confiscada por organizaciones judías tales como la Agencia Judía. Hasta hace poco, la ley israelí prohibía a los palestinos poseerla o arrendarla.

Realidad: Es cierto que la referencia citada, Informe de la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas para Palestina (A/1985 20 de noviembre 1951), efectúa aproximadamente tal afirmación en un punto dado, aunque se refiere al total de la tierra, y no a “tierra cultivable”:

36. La Oficina estimó que la extensión de las tierras abandonadas por los refugiados árabes es de 16.324 kilómetros cuadrados, de los cuales 4.574 son cultivables.

Considerando que la superficie total de Israel es de aproximadamente 20.250 kilómetros cuadrados, el reclamo árabe representaría aproximadamente el 81% de la superficie terrestre del país. No obstante, esta cifra es absurdamente desmesurada en comparación con los datos procedentes de las encuestas británicas durante el Mandato de Palestina que demuestran que la gran mayoría de las tierras del país eran tierras del Estado, que no pertenecían ni a judíos, ni a árabes, sino al soberano. No es pues de extrañar que, en otra parte del informe se den cifras mucho más realistas. En concreto, en el Apéndice 1, párrafo 15, se presenta un cuadro sobre la “extensión total de tierra árabe abandonada”:

15. El siguiente cuadro muestra la extensión total de tierra árabe abandonada y el valor que se le adjudica:

Descripción

Categoría

Valor por dunum en £

Area en dunums

Total £

Israel septentrional
Cítricos y banana 1, 2 & 3 80 121.184 9.694.720
Pueblo construido en el área 4 150 14.602 2.190.300
Tierra de riego, plantaciones, etc 5 a 8 48,75 303.750 14.807.812
Tierra cerealera 9 a 13 16,8 2.113.183 35.501.474
Tierra cerealera 14 & 15 3,6 201.495 725.382
Negev 3,6 1.834.849 6.605.456

Total

69.525.144
Teniendo en cuenta que 1.000 dunams equivalen a un kilómetro cuadrado, la tabla muestra que el total de las posesiones árabes ascendía a solo 4.589 kilómetros cuadrados, lo que representaría alrededor del 23% en vez del 80%, del país. Pero incluso esto resulta una exageración, ya que la gran mayoría del Negev era denominado tierra “mewat” bajo el Código de Tierras otomano, es decir tierra del Estado y no tierra de propiedad privada. Restando las supuestas posesiones del Negev, quedarían pues 2.754 kilómetros cuadrados como total de tierras árabes de propiedad privada, es decir, aproximadamente un 14% del territorio nacional. A modo de comparación, el total de la tierra judía privada previamente a la guerra era de aproximadamente 8,6%. La conclusión es que la afirmación de que los árabes poseían más del 80% del país es una gran exageración.

Mito: En relación a la tierra, la hoja informativa también acusa que:

Hoy, los palestinos de Israel son en gran medida gente sin tierra – poseen aproximadamente el 3% de las tierras de Israel. Desde 1948, la población árabe se ha incrementado en un factor de 6,6, pero ha perdido el 84% de sus reservas de tierras. Hacia 1947, los judíos en Palestina poseían menos del 7% de las tierras palestinas, y después de la guerra de 1948, el 80%.

La hoja informativa referida, Las leyes discriminatorias en el Estado de Israel, eleva una acusación similar:

… Israel ha conseguido prohibir a los ciudadanos no judíos [es decir, los palestinos] la adquisición o el arrendamiento de tierras, incluidas aquellas tierras que les fueron arrebatadas en virtud de varios estatutos … un 93% de la tierra de Israel cuenta con tal prohibición.

Realidad: Es cierto que los árabes poseen aproximadamente un 3,5% de la tierra de Israel, pero ello equivale a la mitad de las tierras de propiedad privada en el país, lo que significa que los árabes, que son alrededor del 20% de la población, poseen una parte desproporcionada de la tierra. Los judíos, que son casi el 80% de la población, poseen otro 3,5%. Por tanto, a tenor del porcentaje desproporcionadamente elevado de tierras privadas en poder de los árabes, difícilmente cabe hablar de discriminación.

Aunque la privatización de la tierra está en marcha en Israel, alrededor del 80% de la tierra en el país sigue siendo propiedad del Estado, y un 13% pertenece a una organización no gubernamental privada conocida como Fondo Nacional Judío, o JNF. Esto cambiará a medida que la tierra se venda a particulares y empresas, pero por ahora, con la tierra del JNF aún administrada por el estado, el 93% de la tierra de Israel es propiedad o está bajo control del gobierno. La tierra de propiedad estatal está disponible para alquilar a particulares y empresas, tanto árabes como judíos, y también se utiliza con fines públicos, como carreteras o parques, que son utilizados por ambas poblaciones.

Las afirmaciones de que los árabes son “sin tierra”, que no tienen acceso a las tierras del Estado y que después de la guerra la posesión judía de la tierra subió hasta un 80% son, por tanto, una vez más, sin fundamento. Para más detalles ver aquí y aquí. Por último, incluso aquellos árabes de Jerusalén Este que han optado por no aceptar la ciudadanía israelí y por tanto tienen la condición de residentes permanentes, también tienen derecho de arrendar tierras del Estado, y de comprar o alquilar apartamentos en tierras del Estado.

Mito: La alta la mortalidad infantil entre los ciudadanos árabes de Israel, y la brecha cada vez mayor con respecto a los ciudadanos judíos, es un ejemplo más de las políticas discriminatorias del país:

Las tasas de mortalidad infantil entre los árabes son el doble de las de los judíos. La diferencia ha existido desde la creación misma del Estado y ha crecido a lo largo de los años.

Realidad: La tasa de mortalidad infantil entre los árabes en Israel es más alta que la de los judíos, pero la tasa entre los cristianos árabes es similar a la de los judíos, y en años recientes ha llegado a ser más baja aún que la de los judíos. Esto demuestra claramente que la pretendida discriminación anti-árabe no es la causa de mayor mortalidad infantil entre los musulmanes árabes israelíes. Y en lugar de ensancharse la brecha en los últimos años, ocurre todo lo contrario: ésta se ha reducido enormemente gracias a los intensos esfuerzos por parte de las autoridades sanitarias israelíes. En la siguiente tabla de la Oficina Central de Estadísticas de Israel se observan los notables resultados:


Las tasas promedio de mortalidad infantil durante el período 2001-2004 y las tasas en 2010 para judíos, cristianos árabes, musulmanes árabes y drusos árabes, se desglosan como sigue: (Fuentes: Resumen estadístico de Israel, 2011, Tabla 3.1y Mortalidad infantil 1997 -2004 características demográficas y de salud, la Tabla 2, p 62)
Judíos Árabes cristianos Árabes musulmanes Drusos
2001-2004 3.6 3.1 8.6 5.9
2010 2.7 2.8 7.3 3.2
Entre las razones de la tasa de mortalidad infantil más alta entre los árabes musulmanes figuran los siguientes factores de riesgo: (1) maternidad a una edad muy temprana tendiente a engendrar bebés con bajo peso al nacer. (2) familias numerosas: casi un 24% de hogares árabes en Israel están compuestos por 7 o más personas, y otro 16% lo componen 6 personas, mientras que los números correspondientes para los hogares judíos son de 8,3% y 5,7%. (3) matrimonio entre parientes cercanos, que genera defectos de nacimiento.

Finalmente, para colocar los números de mortalidad infantil en contexto, hay que señalar que en 2007 la tasa en Estados Unidos fue de 6,8 (Resumen estadístico de los Estados Unidos, 2012), muy superior a la tasa en Israel de judíos, cristianos árabes y drusos y no tan diferente de la tasa de árabes musulmanes.

En otras palabras, las acusaciones de mortalidad infantil son infundadas, y a la luz del escrutinio se desmoronan.

Como se mencionó anteriormente, la hoja informativa Las leyes discriminatorias en el Estado de Israel también lanza una serie de acusaciones muy inexactas.

Mito: La falta de constitución en Israel es una muestra más de su política anti-árabe:

La fundación de Israel requería una constitución que garantizase los derechos básicos de todos sus ciudadanos. Israel aún no tiene una constitución.

Realidad: En primer lugar, no es función de los proponentes de BDE decidir lo que “requiere” Israel; ¿quién los ha designado juez y jurado? Segundo, deben basarse en que sus lectores ignoran que Israel es una democracia parlamentaria, y que su constitución se va creando mediante la aprobación de determinadas “leyes básicas”, similar a la situación del Gran Bretaña o de Nueva Zelanda, que igualmente carecen de constitución fundacional. ¿Acaso quienes acusan a Israel de no haberse fundado con una constitución final acusan por el mismo motivo a Gran Bretaña y Nueva Zelanda de ser Estados apartheid?

Mito: La hoja informativa también acusa que a los palestinos (es decir, a los árabes israelíes) se les prohíbe servir en el ejército israelí:

Los judíos de Israel (exceptuando algunos judíos ortodoxos) deben servir en el ejército israelí al cumplir los 18 años. A la mayoría de los palestinos se les prohíbe servir en el ejército. Muchos de los beneficios de la sociedad se atribuyen a quienes han cumplido el servicio militar. Los veteranos del ejército gozan de un trato preferencial en cuestiones de vivienda, educación y otros servicios.

Realidad: No hay árabes israelíes que tengan prohibido servir en el ejército israelí. A los hombres drusos árabes se los recluta al cumplir los 18 años (con el consentimiento de la comunidad drusa), al igual que a la mayoría de judíos de Israel. De hecho, hay un mayor porcentaje de drusos aptos para servir en el ejército que de judíos aptos, y un 60% de los reclutas drusos optan por servir en unidades de combate.

Los hombres de la comunidad beduina árabe israelí también suelen presentarse voluntariamente para servir en el ejército, en el que han sabido distinguirse especialmente como exploradores y rastreadores. Por ejemplo, según un reciente informe de la BBC:

… hay miles de beduinos musulmanes sirviendo en el ejército israelí, o FDI, e incluso portan armas contra sus correligionarios musulmanes en la Cisjordania ocupada y en Gaza. Lo hacen a pesar de que no es obligatorio para ellos servir en el ejército israelí, como lo es para la mayoría de los judíos de Israel, y en ocasiones el servicio militar les cobra su precio.

“Haré todo lo que se exija de mí para hacer mi trabajo con plena fe en el servicio por el Estado de Israel”, afirma Maj Fehd Fallah, un beduino de la aldea de Saad en el Golán ocupado israelí.

Él se siente feliz de cumplir con su deber, sea quien sea contra quien tenga que luchar.

Los beduinos han luchado y muerto junto con los judíos israelíes en el ejército. “Sí, he luchado contra los musulmanes en Gaza”, afirma. Eso incluye las tres semanas que duró la Operación Plomo Fundido, iniciada en diciembre del año pasado.

“Y lucharía de nuevo si tuviera que hacerlo”, agrega. “Los musulmanes israelíes que no sirven en las FDI deberían estar avergonzados por no servir a su país.”

Otros árabes israelíes, tanto cristianos como musulmanes, incluyendo a las mujeres, también son libres de presentarse voluntarios para servir en el ejército.

Por ejemplo, un artículo recientemente publicado en Ynet, la versión digital del diario israelí Yediot, contó la historia de Shirin Shlian, una joven mujer árabe de Galilea, que se precia de servir en el ejército israelí y cuyo trabajo consiste en “fomentar el alistamiento entre estudiantes de secundaria, y mejor aún, unirse a las unidades de combate”. Ella no es la única de su familia en servir: un hermano es comandante en una unidad de combate, y otro sirvió en la Guardia de Fronteras. De acuerdo con el artículo:

Shirin concluye: “Me siento muy orgullosa de mi servicio militar. Siempre he soñado con unirme a las FDI y contribuir a mi país.” Dice que su novio apoya plenamente su decisión.

Shimon Gapso, alcalde de Nazareth Illit, solo tiene palabras de alabanza hacia ella: “La soldado Shirin es un ejemplo positivo. Hay muchos más como ella en Nazaret Illit, una ciudad que simboliza la convivencia entre todas sus partes”.

Otro ejemplo es Elinor Joseph, una árabe cristiana de Haifa, que fue en 2010 la primer mujer árabe soldado de combate de las FDI:
Elinor Joseph, árabe cristiana y soldado de combate en las Fuerzas
de Defensa de Israel, dice que “Al final del día, esta también será
siempre mi casa.”
La acusación de la hoja de información de que a los árabes se les impide servir en el ejército israelí es, pues, otra mentira evidente.

Conclusión

En contra de las distorsiones extremas y malintencionadas de los activistas del apartheid israelí, sencillamente no se puede negar el carácter progresista de la sociedad israelí; una sociedad ciertamente imperfecta, al igual que otras democracias, pero intentando sinceramente mejorar.

En este sentido, vale la pena mencionar que el próximo embajador de Israel en Etiopía será Belaynesh Zevadia, quien emigró a Israel desde Etiopía a la edad de 17 años.
Como reacción a su nombramiento, Zevadia dijo:
Me siento muy orgullosa de ser nombrada embajadora, sobre todo porque se trata del primer embajador de Israel en Etiopía. Emigré a Israel cuando era una adolescente y ahora regreso a Etiopía como embajadora. Es un gran honor para mí y para mi familia, y me gustaría dar las gracias al Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Liberman, así como al personal del Ministerio de Relaciones Exteriores por la confianza que han depositado en mí. Esta es la prueba de que, en Israel, las oportunidades están al alcance de todos, sean israelíes nativos o inmigrantes recientes.

Como memorablemente escribiera el difunto columnista del New York Times, William Safire, cuando se hizo público el rescate secreto de los judíos de Etiopía por parte de Israel:

El ejemplo de conciencia que ha dado Israel demuestra que ciertas afinidades pueden trascender la intolerancia, que la religión puede ser una fuerza más potente que el racismo …

Por primera vez en la historia, miles de personas de raza negra son llevadas a un país no encadenados, pero con dignidad, no como esclavos sino como ciudadanos …

La silenciosa aceptación de su responsabilidad es un gran mensaje de Israel a África, a los afroamericanos y judíos, y a todos los que creen que los “Falashas” deben dejar de ser extranjeros. (New York Times, 07 de enero 1985, resaltado añadido)

Se basen en supuesta discriminación racial, limpieza étnica, robo de agua, tasas de mortalidad infantil, “judaización” de Jaffa, servicio militar, o exclusión del acceso a la tierra, etcétera, las acusaciones de apartheid contra Israel se han revelado sin fundamento. Las acusaciones no son más que un pretexto en manos de aquellos activistas que, por la razón que fuere, se empecinan en ser anti-Israel, independientemente de los hechos.

La Semana del apartheid israelí, y las acusaciones de apartheid israelí en general, se basan pues en una monstruosa serie de mentiras, una inversión de la realidad que pone en la mira a una democracia liberal abierta, la única en todo el Medio Oriente.

Los activistas que tildan a Israel de apartheid y acusaciones similares no merecen por tanto absolutamente ninguna credibilidad.

(Actualizado el 05 de marzo de 2012, originalmente publicado el 24 de febrero de 2012)

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