Hoy, mi gabinete autorizó la política de restricción con respecto a los asentamientos que incluirá, por un periodo de diez meses, la suspensión de nuevos permisos y construcciones en Judea y Samaria.
Mi gabinete autorizó esa medida, de gran alcance, debido a nuestro profundo deseo de paz. Esperamos que esa decisión ayude a lanzar negociaciones de paz significativas, para alcanzar un acuerdo de paz histórico que, al final, ponga fin al conflicto entre palestinos e Israel.
Estamos comprometidos en el trabajo conjunto con EEUU de hacer avanzar la paz y la seguridad en la región.
Algunos amigos nos dicen que, una vez que Israel dé el primer paso hacia la paz, los palestinos y el mundo árabe responderán, de forma positiva, con medidas propias, creando un círculo virtuoso de buena voluntad. Bien; el gobierno de Israel está adoptando, hoy, una gran y difícil medida hacia la paz. Esperamos que los palestinos y el mundo árabe aprovechen esa oportunidad de trabajar, con nosotros, para forjar un nuevo comienzo y un nuevo futuro para nuestros hijos y para los suyos.
Desde el día en que nuestro gobierno asumió, hace ocho meses, convocamos a negociaciones directas con los palestinos.
Durante ese tiempo, adoptamos diversas acciones concretas para mejorar la vida cotidiana de los palestinos, creando el clima en el que las negociaciones políticas tuvieran la mejor oportunidad de lograrse. Desmantelamos cientos de controles de carretera y cruces fronterizos, se prolongaron los horarios de funcionamiento del Puente Allenby y se quitaron los obstáculos burocráticos al desarrollo económico palestino. Esas acciones ayudaron a producir un aumento repentino, un boom en la economía palestina. Al mismo tiempo, el entorno de seguridad mejoró gracias a los esfuerzos de las FDI y mejor entrenadas fuerzas de seguridad de la A.P. Ahora, esperamos agregar a esta economía mejorada y al clima de seguridad, negociaciones políticas significativas.
Ya dijimos que no construiremos nuevos asentamientos y no expropiaremos tierras adicionales para los existentes. Dije que, además, restringiríamos la actividad de asentamientos y eso es, con exactitud, lo que hoy decidimos hacer.
Prometí posibilitar la continuidad de una vida normal para 300.000 ciudadanos israelíes; hermanos y hermanas que viven en Judea y Samaria. Esto es porque esta suspensión no afectará la actual construcción subterránea. No incluirá a las escuelas, jardines de infantes, sinagogas y edificios públicos necesarios para la continuidad de la vida normal durante el período de tiempo de suspensión. Obviamente, toda infraestructura que pueda ser necesaria para proteger nuestra seguridad nacional o salvaguardar las vidas de nuestros ciudadanos también será provista durante este tiempo.
Con respecto a Jerusalén, nuestra capital soberana, nuestra posición es bien conocida. No colocamos restricción alguna en la construcción de nuestra capital soberana. Como siempre, tenemos el compromiso de proteger la libertad de culto para todos los credos y asegurar un trato justo y equitativo para todos los residentes de la ciudad, judíos y árabes también.
Cuando la suspensión finalice, mi gobierno volverá a las políticas de los gobiernos previos en relación a la construcción.
Quiero decirles, con claridad, a los palestinos:
Ahora es el tiempo de comenzar las negociaciones.
Ahora es el tiempo para hacer avanzar el proceso de paz.
No hay más tiempo que perder.
Israel dio un paso, de gran alcance, hacia la paz. Es tiempo que los palestinos hagan lo mismo.