Hamas diciendo cómo hay que “informar”, no es algo ni remotamente nuevo. Por su parte, la OLP tampoco se queda atrás en esto de las “sugerencias” informativas – que muchos parecen adoptar a pies juntillas -.
Pero, volviendo a Levine, a Gaza y a Hamas, los periodistas en español salieron en defensa de su colega, a tal punto que convirtieron su nombre en tema tendencia, y su caso en sendas crónicas informativas…
Pero no. No ocurrió así.
Sí fue detenida Heidi Levine en Gaza por el grupo terrorista Hamas, pero…
Pero la FPA, en su comunicado, hacía referencia a Hamas como si ésta no fuese una organización considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, sino un partido político común y corriente (acaso un tanto totalitario en sus formas).
Pero tampoco hubo tal reacción por parte de sus colegas en español, ni hubo una gran cobertura mediática del hecho – del que la agencia de noticias Efe, por ejemplo, sí informó -.
¿La solidarización irá por lenguas?
¿O la indignación no responde a una brújula ética, y sí, en cambio, a una ideológica? O, puesto de otra manera, la indignación, cuando se manifiesta, ¿es tal, o es un mero recurso propagandístico: de la persona que la expresa y de la causa que pretenden defender?