El 8 de enero de 2012, la periodista Ana Garralda firmaba en El País un artículo titulado Los cristianos cada vez son menos en Tierra Santa, en el que narraba el éxodo de los cristianos palestinos, responsabilizando a Israel de sus dificultades en la región:
Muchos emigran hastiados de las restricciones de movimiento impuestas por la ocupación israelí
Sin embargo, el reportaje, que lamenta que algunas personas no indagarán más, cae en su propio reproche, y pasa por alto datos esenciales para comprender lo que realmente viven los palestinos cristianos, y en general los cristianos en Medio Oriente.
Escribe Ana Garralda:
El muro que separa Jerusalén de Cisjordania impide que palestinos cristianos de Jerusalén como George puedan reunirse con otros correligionarios de ciudades como Belén, gestionada por la Autoridad Nacional Palestina.
Es importante poner en contexto esta afirmación. Aunque es cierto que los cristianos palestinos tienen que enfrentarse a ciertas restricciones de movimiento para pasar de un territorio a otro, contrariamente a lo que parece insinuar el artículo, estas restricciones no son específicas de los cristianos, sino que las sufre cualquier habitante de Cisjordania que quiera cruzar a Israel, indiferentemente de su religión.
Sin duda la valla (95%) o muro(5%) de separación dificulta la circulación de los palestinos a las zonas israelíes. Pero la autora no explica que la construcción de la valla responde a una necesidad defensiva objetiva. Desde el estallido de la llamada Segunda Intifada, en septiembre del año 2000 y hasta el año 2007, 1.213 israelíes fueron asesinados y 8.342 resultaron heridos en múltiples ataques y atentados cometidos por terroristas palestinos. A partir de la construcción de la valla, la cifra de atentados descendió drásticamente.
Ana Garralda también acusa a Israel de
La constante construcción de viviendas en asentamientos ilegales como el de Gilo
Sin embargo, Giló es, tal y como Mónica Cooper y Tamar Sternthal escribían en ReVista de Medio Oriente:
un barrio judío al sur de la ciudad. Gilo se encuentra dentro de los límites municipales de Jerusalén, al sur (o fuera) de la Línea Verde (o línea del armisticio de 1948). Giló no es una colonia, sino un barrio judío de Jerusalén
Por otra parte, Giló jamás fue reivindicado por los palestinos. El portavoz Mark Regev explicó recientemente en unas declaraciones a Ynet que Giló:
Ha sido considerado como parte de Jerusalén en todos los acuerdos de paz que se han puesto sobre la mesa en los últimos 18 años
Los cristianos enfrentan muchísimos y graves peligros en la región, pero Israel no es precisamente uno de ellos. La ONG francesa Portes Ouvertes, elabora un ranking mundial sobre el Estado de la persecución de cristianos en el mundo. El último estudio mostraba que los Territorios Palestinos están en el puesto 44. Israel ni siquiera figura, ya que en ese país no hay persecución alguna a los cristianos.
De hecho, Israel es el único país de la región donde la población cristiana ha aumentado en las últimas décadas. En casi todos los países musulmanes, los fieles del Nuevo Testamento han pasado de constituir una mayoría en determinadas ciudades a casi desaparecer por completo y los ataques contra la comunidad cristiana se han recrudecido desde 1979 y, sobre todo, tras la Primavera Árabe.
La restricción a la libertad de culto es uno de los principales factores que desencadena la persecución de las minorías y eso es algo que sí existe en los Territorios Palestinos, y en lo que Ana Garralda no indaga más. Por ejemplo, recientemente, Hamás prohibió festejar Navidad a los cristianos de la Franja de Gaza. La actitud formalizada del gobierno da carta blanca a que las turbas se descarguen sobre la minoría desprotegida.
En términos más generales, el estudio de Portes Ouvertes arroja unos inquietantes resultados:
Corea del Norte, que tiene entre 50.000 a 70 000 cristianos encarcelados en campos de trabajos forzados, es la que lidera el ranking. La dictadura de Kim Jong-un es seguida de cerca por nueve países musulmanes: Afganistán, Arabia Saudita, Somalia, Irán, Maldivas, Uzbekistán, Yemen, Irak y Pakistán. Tres países tienen un “cambio” en la clasificación: Nigeria, que pasa del 23 al 13 º lugar, Egipto (del 19 al puesto 15) y Sudán (del 35 º al 16 º lugar).
La persecución religiosa alarma a la población cristiana y a todas las minorías de los países citados en el estudio de la ONG. Sobre todo porque la discriminación no se limita a hechos aislados, sino que conforma toda una cadena de atentados, en varios países, donde las minorías ven cómo sus derechos no son respetados.
Siria, uno de los lugares donde el cristianismo comenzó a brotar, ahora tiene una magra comunidad cristiana del 5%, mientras que Turquía e Irak alcanzan un pequeño 3 a 6%, respectivamente. El contraste es significativo, si tomamos en cuenta que los cristianos llegaron a constituir cerca del 30% de la población de Medio Oriente a comienzos del siglo 20.
En Irak, 1,5 millones de cristianos en 1990 han pasado a ser sólo 400, 000 20 años después. Así, algunos expertos opinan que los 11 millones de cristianos que viven en el Mundo Musulmán, verán disminuir aún más sus comunidades en los próximos años.
El Consejo de Europa ha llamado la atención sobre la intolerancia religiosa que reina en los países de mayoría musulmana. Europa critica el creciente número de acusados y condenados por delitos como la blasfemia.
El 31 de octubre de 2010, más de 50 cristianos fueron asesinados en Bagdad; a principios del año 2011, 21 coptos fueron asesinados en una iglesia de Alejandría y 58 más fueron secuestrados y asesinados en la catedral sirio-católica de Bagdad; en las recientes celebraciones de Navidad y Año Nuevo de 2012 Nigeria fue la sede de atentados contra cristianos a manos del grupo terrorista Boko Haram y, desde que estalló la primavera árabe, los ataques contra la población copta en Egipto se han intensificado.
Israel, un caso aislado
La especialista de la organización CAMERA, Tamar Sternthal explicaba que entre 1995 y 2007, la población cristiana en Israel aumentó en 25%, mientras que la población judía en ese país lo hizo sólo en un 21%. Los cristianos de Israel crecieron de 120,000 a 150,000 en ese lapso de tiempo, según la Oficina de Estadísticas de Israel, convirtiéndose en el único país del Medio Oriente en donde la población cristiana aumenta en lugar de disminuir.
La disminución de los cristianos como mayoría es especialmente representativa en ciudades como Ramala y Belén, que llegaron a tener una población cristiana de 90% y un 80%, respectivamente
En Egipto, en el marco de la Primavera Árabe, la violencia contra los cristianos coptos también se ha recrudecido. Tanto es así, que según la Egyptian Union of Human Rights Organizations (EUHRO), unos 100.000 cristianos habrían huido del país desde el inicio de la revolución.
Honra a El País querer reflejar una realidad que muchos medios ignoran, la situación de los cristianos en los países en los que son minoría y en los que están siendo perseguidos y asesinados. Sin embargo, si la preocupación es genuina, no se entiende el porqué de un artículo que pasa por alto tantos datos relevantes en la región, y se limita a buscaralgo que reprochar a Israel.