Hay una extraña forma de recoger, procesar y presentar la información sobre el conflicto árabe-israelí entre más de un medio en español. Se realiza una selección incompleta que casi siempre perfila una imagen concreta mediante la transformación u omisión de acciones y a través del uso de calificaciones que exceden la tarea informativa para adentrarse en la opinión. Además, dicha recolección se apoya por lo general en fuentes o, antes bien, voces interesadas en dicho conflicto. Finalmente, la presentación termina par parecerse a un comunicado de la parte palestina, que, sirviéndose de un trozo de hecho, impulsa su propaganda.
La cadena radial española COPE ofrecía el 15 de enero de 2023 un ejemplo de ello en su página web, que apuntaba que “el Ministerio de Salud palestino ha confirmado este domingo la muerte de un ciudadano de 45 años por los disparos de fuerzas israelíes tras un altercado con los militares en un puesto de control de Cisjordania”, y añadía que, “según testigos, el palestino protagonizó un altercado verbal con los militares, que le obligaron a bajarse del vehículo”.
A continuación, la cadena decía, citando al diario israelí Times of Israel, que imágenes mostraban “al hombre peleando con las tropas, antes de que suenen los disparos”; y agregaba que “el Ejército israelí aún no se había pronunciado sobre el suceso”.
Mas, el medio israelí al que hacía referencia la COPE, informaba el mismo 15 de enero que el incidente se produjo “mientras [el hombre] forcejeaba con las tropas [israelíes] tras negarse a ser interrogado, según informaron el ejército [israelí] y funcionarios sanitarios palestinos”. Y enseguida añadía que, de acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel, un “vehículo sospechoso” que fue identificado en las cercanías, y “supuestamente se negó a detenerse para una inspección rutinaria”; a raíz de lo cual, y según el ejército, comenzó un “‘enfrentamiento violento’, durante el cual el sospechoso intentó agarrar el arma de un soldado”, y “los soldados utilizaron fuego real contra el sospechoso”.
Del abstracto “altercado” que presentaba la COPE – que podía ser la discusión de dos señores disputándose el turno en la carnicería -, a un “forcejeo” e “intento de tomar el arma de un soldado”, hay una cierta distancia. Sobre todo, cuando se cita el periódico que contiene esta última información – que también señalaba que información inicial no confirmada de medios en hebreo “habían sugerido que el sospechoso y varias personas más habían estado previamente lanzando piedras contra un puesto militar cercano y dijeron que el hombre corrió entonces hacia las tropas mientras presuntamente blandía un cuchillo, antes de ser abatido”; y aclaraba que en el comunicado del ejército israelí no se indicaba que el sujeto estuviera armado ni que hubiera lanzado piedras.
De ese verbo que podía significar minucia o violencia, la cadena radial terminaba su crónica diciendo que, “tras la disputa verbal, Ahmed fue directamente asesinado por las fuerzas israelíes, según la versión familiar del incidente”.
“Altercado”, “disputa verbal”, “asesinato”. Algo menor, cotidiano, casi, parecería sugerirse – de esa forma peculiar de recoger información, de dejar fuera otra, de darle prioridad y valor de “confirmación” a las voces y fuentes palestinas – , sirve a la intención preexistente del soldado israelí de matar.
Trozos de trozos de hecho. O ni siquiera eso recibe la audiencia; sino trozos de trozos de interesados dichos.