Escasos medios, entre ellos Hora Cero, diario digital de Panamá, y la Agencia EFE, se hicieron eco de la petición del Centro Simon Wiesenthal a la Organización de los Estados Americanos de investigar un supuesto acuerdo secreto entre Venezuela e Irán, según el cual el país persa estaría planeando construir una base de misiles en territorio venezolano.
Es interesante constatar cómo la Agencia EFE, en una corta nota informativa, necesita destacar en 6 ocasiones que el Centro Wiesenthal es una organización judía. Como si eso fuera una nota relevante a la hora de destapar unos supuestos acuerdos secretos y como si eso tuviera que ser tenido en cuenta a la hora de juzgar sus declaraciones.
Por su parte, Hora Cero recurría a la fuente originaria, una información publicada el 25/11/2010 por el diario alemán Die Welt:
según dicho acuerdo, se erigirán plataformas para almacenar misiles Shahab 3 (con un alcance de 1300 1500 km.), Scud-B (alcance de 285 330 km.) y Scud C (300, 500 y 700 km.), más cuatro plataformas móviles, que serán operadas por oficiales de la Guardia Revolucionaria Iraní junto a colegas venezolanos.
El acuerdo habilita a Irán a abrir fuego en caso de emergencia, y estipula instancias de entrenamiento para oficiales venezolanos en la Universidad Sharif de Teherán en los próximos meses. La construcción de la instalación misilística estaría finalizada hacia fines de 2011.
Llama la atención que un episodio como éste, que según declaraciones a EFE de Shimon Samuels director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal, podría convertirse en una situación como (la sucedida) en el año 1962 con la crisis de los misiles cubanos (…) donde el mundo casi llegó a una guerra termonuclear”, no haya tenido más repercusión en la prensa internacional.
Esta información viene a sumarse a otras muchas que de manera menos secreta hablan de cooperación entre ambos países en diferentes aspectos, como en cuestiones petrolíferas o relativas a la vivienda. Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad no han ocultado jamás su buena sintonía, llegando a desafiar en conjunto a los países occidentales que consideran sus enemigos, como Estados Unidos e Israel.
Por otra parte, desde hace unos años, varios medios y expertos alertan de la posible creación de una base del grupo terrorista iraní Hezbollah en territorio venezolano, como una puerta de entrada a América Latina.
Sin embargo, según declaraciones de Sergio Widder (Director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal) a Radio Sefarad, la información que aportaba el diario alemán es un paso más porque son instalaciones misilísticas que van a estar listas (…) para fines de 2011, y que van a ser operadas por técnicos iraníes, y que a su vez van a brindar entrenamiento y capacitación a operadores venezolanos en Teherán. En dicha entrevista, Widder destaca que ya tienen un protocolo de utilización de estas armas y que esto es traer a la región una situación de conflicto que es absolutamente extemporánea y que por otra parte debería ser contenida por el resto de países de la región. Widder alerta de que Algunos de estos misiles tengan la posibilidad de alcanzar costas estadounidenses.
En dicha entrevista, y preguntado acerca de la fiabilidad de las fuentes, Sergio Widder destaca cómo nadie hasta ahora ha salido a desmentir la información
El artículo de Hora Cero concluye también con palabras de Sergio Widder:
“Dados los antecedentes de Irán, un estado con ambiciones nucleares que en su carácter de padrino del terrorismo internacional ha sido cómplice del ataque contra la Asociación Mutual Israelita Argentina AMIA (Buenos Aires, 1994), una agresión contra el territorio hemisférico, urgimos a que la OEA, a través de su Secretaría de Seguridad Multidimensional, promueva medidas para contrarrestar esta nueva amenaza para la seguridad de las Américas”.
Ante lo alarmante de la situación, son llamativos el silencio y la indiferencia que han demostrado la mayoría de los medios de comunicación de habla hispana.
Por ello es destacable la labor de Hora Cero, de Panamá o de El Universal, de Venezuela, quien también recoge la información de la Agencia EFE. Ya que. independientemente de que la información sea confirmada o desmentida, la preocupación existe, y teniendo en cuenta los antecedentes, la opinión pública de habla hispana tiene derecho a saberlo.