Estimada señora Galán, Como directora de ReVista de Medio Oriente, página dedicada a promover un periodismo más preciso y equilibrado, en relación a Israel y el Medio Oriente, me permito escribirle con respecto a su artículo La conferencia antisemita que no fue tal, en el que reprocha al diario El País y a la periodista Noga Tarnopolsky el haberse hecho eco de unas acusaciones del centro Simon Wiesenthal. No entraré en valoraciones acerca de la labor periodística de la señora Tarnopolsky, pero sí quisiera transmitirle mi sorpresa ante la cándida imagen del BDS que transciende de la lectura de su artículo. Como perfectamente explica una de las cartas de los lectores de las que usted se hace eco, el movimiento BDS es una campaña global que persigue, entre otros objetivos: el derecho al retorno de todos los refugiados palestinos a sus tierras. Esta afirmación, que a primera vista, tiene ecos de justicia, es no obstante un claro llamado a la desaparición de Israel como Estado judío. Es un hecho que puede contar con el aplauso y el beneplácito de grandes sectores de la población, pero no por ello deja de ser una argumento abiertamente antisemita. El mismo co-fundador del movimiento, Omar Barghouti, lo explicó en febrero del 2013 en un evento patrocinado por Estudiantes por la Justicia en Palestina de Yale: si los refugiados [palestinos] retornaran, no habría una solución de dos estados, habría una Palestina al lado de otra Palestina
definitivamente nos oponemos a un estado judío. Ningún palestino racional
aceptará jamás un estado judío en cualquier parte de Palestina. Por otra parte, usted asegura que ha consultado la web de la exposición y en ella figura una obra de un artista palestino llamado Na eem Ismail en la que aparece el mapa de Israel cruzado por cuatro flechas de grueso trazado en color rojo. No es una esvástica y no puede confundirse con ese símbolo nazi de ninguna manera. La cuestión es que esas flechas rememoran voluntariamente a la esvástica, ya que es una manera sutil de acusar a Israel de comportarse como los nazis (otro argumento considerado antisemita por la OSCE). Así lo explica el curador de Palestine Poster Project Archives: Las cuatro flechas en este cartel , que representan las cuatro direcciones de la brújula, así como las direcciones que Israel ha tomado en sus diversas guerras e invasiones , también forman una sutil esvástica. Como ve, no es pura paranoiainterpretativa la que lleva al cento Wiesenthal a considerar esas flechas una rememoración de la cruz gamada nazi. ReVista de Medio Oriente es la rama en español de la organización norteamericana Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America(CAMERA), que lleva más de 30 años analizando la información respecto a Israel. Y como usted bien menciona al inicio de su artículo: el conflicto árabe-israelí es uno de los más enconados y difíciles de abordar por los medios de comunicación. No consideramos que obviando el componente antisemita de movimientos como el BDS, o desprestigiando los argumentos de organizaciones serias como el Centro Simon Wiesenthal, se pueda avanzar a un mejor entendimiento de la región.
Carta abierta a la Defensora del Lector de El País
Más claro aúnfue en septiembre de 2013:
Ese es el objetivo del BDS: el fin de un estado judío. Y como sabrá usted, según la definición de antisemitsmoadoptada en 2005 por la European Union Agency for Fundamental Rights (FRA) y por la Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE) Negar al pueblo judío el derecho de autodeterminación es uno de los ejemplos de las formas en que el antisemitismo se manifiesta en relación al Estado de Israel.