Esta semana conmemoramos Yom Hashoá y recordamos con dolor y tristeza el asesinato de 6 millones de judíos a manos del régimen antisemita nazi y sus aliados que perpetraron el Holocausto.Mientras tanto, en México, el caricaturista del periódico La Jornada, El Fisgón ([email protected]), publicaba una caricatura donde un soldado israelí apunta con una metralleta a un individuo crucificado, vestido con un atuendo árabe típico. Este es un ejemplo clásico del líbelo de sangre antisemita.
A lo largo de la historia, acusar a los judíos de asesinar a Jesús o de matar a niños cristianos durante Pesaj (Pascua judía) funcionó como un método de represión violenta y mortal contra comunidades judías en todo el mundo, de Rusia, a Siria, a España, a Alemania, a Polonia y a muchos otros lugares.
Por lo anterior, resulta evidente que la caricatura de El Fisgón tiene todo de odio y racismo y absolutamente nada de gracioso, ofende a judíos y defensores de derechos humanos.
En la actualidad, los elementos más radicales y los terroristas fundamentalistas islámicos, utilizan el líbelo de sangre para promover campañas antisemitas, que muchas veces culminan con violencia mortal en forma de atentados terroristas. Demasiadas noticias versan sobre atropellamientos de civiles, acuchillamientos de transeúntes en Israel e incluso bombas que explotan en restaurantes o autobuses llenos de mujeres, niños y hombres inocentes.
Un ejemplo del uso del líbelo de sangre son las palabras del clérigo radical musulmán Imad Hamatu, quien en la TV oficial de la Autoridad Palestina declaró que los judíos son “los asesinos de profetas y los asesinos de inocentes”. La caricatura de El Fisgón en el periódico La Jornada promueve exactamente el mismo mensaje, pero con imágenes en lugar de palabras.
En el momento que un individuo como El Fisgón piensa que bromear con lo anterior es válido y aún peor cuando un periódico avala dicha postura, todas las alertas rojas deben encenderse, pues el odio rancio es retroceso, oscurantismo y odio.
Fotografía: Koffermejia CC