La Radio Televisión Española (RTVE), ya desde su titular (“Un palestino abatido a tiros tras atropellar a dos policías israelíes en Jerusalén”; donde la consecuencia se convertía en lo primordial, en detrimento de la causa), difuminaba el hecho, ofreciéndole (o sugiriéndole) al lector la posibilidad de concluir que se trató de un simple accidente.
En el texto ahondaba en lo ambiguo – y en duda o desconfianza de la versión israelí – diciendo que:
“Según la Policía israelí, un policía de fronteras ha disparado contra el conductor de un vehículo después de que este arrollara a los agentes en un cruce.
[…]Varias personas han muertoatropelladas de esta manera en el último añopor conductores palestinos. La semana pasada cuatro personas resultaron heridas en un supuesto ataque premeditado de un vehículo contra varios viandantes que esperaban en una parada de autobús en el bloque de asentamientos de Gush Etzión…”.
¿Cuál será “esta manera”? ¿Imprudencia al volante? ¿Impericia? ¿O “supuestos ataques premeditados”?
Y, ¿“supuesto ataque premeditado de un vehículo”? ¿Desde cuándo un vehículo puede urdir un ataque?
RTVE quitaba así, de la ecuación de este modo de violencia, a los palestinos.
Pero continuemos con la agencia de noticias española Europa Press, que en su título, “Un palestino muerto a tiros tras intentar atropellar a policías israelíes”, convertía lo sucedido en algo que, en realidad, quizás no llegó a suceder, que sólo se quedó en el “intento”. Y, a su vez, señalaba que esto era, claro, según “la versión oficial”, porque:
“Un testigo asegura que fue tiroteado cuando simplemente estaba haciendo un cambio de sentido”.
¿Quién sería ese testigo?
Eso es algo que nunca sabremos.
Pero sí sabemos cuál es la fuente (recurrente) que utilizó Europa Press: la agencia palestina Ma’an (que parece tener cierta facilidad para encontrar “testigos presenciales” que exoneran al atacante: así, en realidad, se trataba de un accidente, una pérdida de control), que no oculta sus intereses ideológicos.
Por otra parte, el diario español El Mundo – que no le dedicaba un artículo al asunto, sino que incluía un breve párrafo en la crónica sobre la anulación del proyecto del Ministerio de Defensa israelí de uso separado de autobuses en Cisjordania – ofrecía una información que mostraba otro panorama:
“… dos agentes de la Policía Fronteriza israelí (una mujer y un hombre) han resultado heridos esta mañana tras ser atropellados de forma intencionada por un palestino en un barrio de Jerusalén oriental, según informa el portavoz policial. El atacante ha sido abatido. Los medios israelíes cifran en 15 el número de atentados que ha sufrido Jerusalén en los últimos seis meses”.
El diario inglés The Telegraph indicaba, en los primeros párrafos sobre la noticia, que:
“Dos policías israelíes resultaron heridos en la anexada Jerusalén Este el miércoles cuando fueron atropellados por un automóvil conducido por un palestino, que fue abatido, dijo la policía”.
Así, en su primer párrafo, el medio anteponía el ataque (causa)a las consecuencias del mismo (la muerte del perpetrador) – algo que, cabe señalar, no hacía en su titular.
Además, The Telegraph indicaba (ofreciendo contexto) que se trataba del “último de una serie de ataques [del tipo] lobo solitario llevados a cabo por palestinos utilizando sus vehículos para embestir contra peatones o policías”. Lo que RTVE transformaba en el abstracto “de esta manera”.
Y ofrecía, además, un contexto sin ambages:
“Israel ha presenciado varios ataques vehiculares y apuñalamientos aislados en Jerusalén en los meses recientes, aumentando los temores de una ola renovada de violencia palestina como la que asoló al país una década atrás.
El incidente reciente más grave se produjo el mes pasado cuando un motorista palestino embistió intencionalmente su automóvil contra un grupo de judíos israelíes cerca de Jerusalén, matando a un hombre e hiriendo de gravedad a una mujer”.
Los supuestos y “esas maneras”, en inglés, son veracidades y hechos definidos…
Mas, ¿por qué surgirán esas brechas informativas?