Según daba cuenta el diario israelí Ha’aretz el 1 de mayo de 2019- al que los medios en español recurren asiduamente; al menos cuando publica acusaciones contra Israel –, en un “intento para evitar el colapso financiero de la Autoridad Palestina, oficiales de la Unión Europea (UE) propusieron mediar entre funcionarios israelíes y palestinos”.
El motivo de este desencuentro: la decisión de Israel de aplicar un descuento a los impuestos transferidos a la Autoridad Palestina, proporcional a la parte que esta utiliza (unos 11 millones de dólares al mes) para pagarles a los terroristas condenados y presos en Israel y a las familias de aquellos abatidos durante un ataque. Como respuesta, dicha autoridad tomó la decisión de no aceptar transferencias con dicho descuento aplicado (unos 185 millones de dólares al mes menos la deducción).
De acuerdo al medio israelí, la Autoridad Palestina rechazó lo que proponía la UE: que los presos palestinos recibieran estipendios basados en su estatus financiero y no en los crímenes cometidos.
Básicamente, la UE proponía un maquillaje atolondrado, para que todo siga tal cual es. La Autoridad Palestina incitando al odio y la violencia y glorificando el terrorismo: en definitiva, perpetuando el conflicto hasta el siniestramente “utópico” futuro en que los árabes expulsen, aniquilen a los judíos y establezcan un control musulmán sin solución de continuidad en la región.
Pero la Autoridad Palestina, que es muy amiga de tales afeites cuando de mostrarse ante Occidente se trata, no lo es cuando debe presentarse ante los suyos. Entonces no valen los disfraces. El mensaje debe ser inconfundible. Eufemismos, sólo los compartidos.
Así, según el medio citado, el director de Asuntos de los Presos de la OLP, Qadri Abu Bakr, dijo que ningún líder palestino podía aceptar esa propuesta:
“Estamos hablando de una cuestión de principios para el pueblo palestino. Los presos son luchadores por la libertad y desde nuestra perspectiva tienen el estatus de fuerzas de seguridad. Están recibiendo una pensión porque son personal de seguridad”.
Es decir que la OLP reconocía la responsabilidad por las acciones de aquellos condenados por terrorismo (muchos de ellos, por delitos de sangre). Dicho de otra manera, la OLP (a la que la Autoridad Palestina transfiere los fondos para los presos) de alguna manera admitía que tales acciones se llevan a cabo a instancias de dicha organización.
Y quien dice la OLP, dice la Autoridad Palestina. Después de todo, ambas están controladas por Fatah.
Como fuera, algo dejaba bien claro Abu Bakr: no puede haber duda que el pago se realiza de acuerdo a la acción cometida. Y que le mensaje hacia el exterior no es el mismo que hacia los propios ciudadanos.
O la UE busca un atuendo mejor, o presiona a Israel (es decir, lo demoniza), o no hay trato.
De hecho, cuando este año la Autoridad Palestina decidió rechazar los envíos de impuestos luego del descuento aplicado, como se mencionara más arriba, el diario oficial de la Autoridad Palestina, el Al-Hayat Al-Jadida, apuntó el 22 de febrero de 2019 que el Ministerio de Finanzas de la mencionada autoridad había anunciado que “pagarán los salarios de los empleados públicos a tiempo, pero es probable que sean parciales; aparte de los estipendios de pensión y los subsidios de las familias de los mártires, los heridos y los presos, que se pagarán en su totalidad”.
Prioridades… El terrorismo, primero. La educación y los servicios, después. ¿Así se construye un Estado?