Pero de esto, en los medios en español, pues nada.
Menos que menos que un ex oficial de enlace con la FPNUL, recientemente transferido a otro puesto, declaró que:
“Cuando detectáramos actividades militares en nuestra zona, especialmente cerca de la Línea Azul [frontera con Israel], el ejército libanés nos impediría enviar observadores. Es como si esas decisiones no procedieran de ellos. Todos saben que Hizbulá está usando la zona para la próxima guerra”.
El silencio de la prensa en español nos permite oír clarito a un comandante finés que sugirió que algunas de las fuerzas asociadas con la FPNUL también podrían estar ayudando a Hizbulá:
“Puedo asegurarle que las fuerzas indonesias de mantenimiento de paz están constantemente informando de los movimientos israelíes a varios actores libaneses”.
El comandante, agregó que algunos de los empleados civiles no ocultan su pertenencia a Hizbulá.
Vale la pena aclarar a consecuencia de qué se establece la mencionada Línea Azul:
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- En 1978 Israel ingresó en el Líbano para poner fin a los ataques transfronterizos perpetrados por la OLP ante la pasividad de las autoridades libanesas.
- En 1982, según la FPNUL, “tras el intenso fuego cruzado en el Líbano Meridional y a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano, Israel invadió el Líbano nuevamente”. El fuego al que se refiere la FPNUL (aunque evita mencionarlo), provenía mayormente de la OLP. De acuerdocon la propia agencia palestina de noticias Maan, la OLP operaba en el sur del Líbano como un “estado dentro del estado”, desde donde utilizaba tácticas de “guerrilla” contra Israel.
Por su parte, un artículo publicado por Ynet apuntaba precisamente que la operación tenía por objetivo destruir las estructuras terroristas (principalmente de la OLP) ubicadas en la frontera entre ambos países, que habían sido utilizadas para lanzar ataques terroristas contra el ejército israelí y contra las comunidades israelíes cercanas al a frontera.
Pero la Línea Azul y la presencia de la FPNUL no parece ser muy efectiva ante el grupo terrorista Hizbulá. A fin de cuentas, como reconocía la propia Fuerza de la ONU:
“El 12 de julio de 2006 empezaron nuevas hostilidades en la frontera entre el Líbano e Israel después de que Hizbollah lanzase varios misiles desde territorio libanés a través de la Línea Azul hacia las posiciones de las Fuerzas de Defensa de Israel y en las proximidades de la ciudad israelí de Zarit. Al mismo tiempo, combatientes de Hizbollah cruzaron la Línea Azul entrando en territorio israelí, asaltaron a una patrulla israelí y capturaron a dos soldados israelíes, asesinaron a otros tres e hirieron a otros dos”.
Eso en 2006. Doce años después, Hizbulá ha vuelto a campar a sus anchas en la zona, se ha rearmado (contraviniendo la resolución de la ONU que obligaba a su desarme) y, al parecer, da órdenes al ejército libanés. Pero todo ello, con los antecedentes que existen, a la prensa en español no le interesa. Casi de la misma manera en que a la fuerza de la ONU no le interesan los antecedentes del personal civil que contrata en la región.